A Jesús crucificado

A vos corriendo voy, brazos sagrados
en la Cruz sacrosanta descubiertos,
que para recibirme estáis abiertos
y para no castigarme estáis clavados:

A vos, ojos divinos, eclipsados,
de tanta sangre y lágrimas cubiertos,
que para perdonarme estáis despiertos
y por no confundirme estáis cerrados.

A vos, clavados los pies, para no huirme,
a vos, cabeza baja por llamarme;
a vos, sangre vertida para ungirme:

A vos, costado abierto, quiero unirme,
a vos, clavos preciosos, quiero atarme
con ligadura dulce, estable y firme.

Juan Manuel García Tejada


Escucha Dios...

Escucha Dios en su encumbrado cielo
de humildes golondrinas el gemido
cuando, lejanas del paternal nido,
vagan desamparadas por el suelo.

Yo, gimiendo en amargo y triste duelo,
familia, bienes y el hogar perdido,
de su beneficencia he recibido
socorro en mi orfandad y desconsuelo.

Guárdete el mismo Dios tres veces santo,
y a tu familia y grey, ¡oh pastor bueno!
bajo la sombra de su augusto manto.

Como de gratitud le pido lleno,
pues tan grata acogida mi quebranto
halló en tu dulce y compasivo seno.

Juan Manuel García Tejada











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