"A partir de cierto punto no hay retorno. ese es el punto que hay que alcanzar."

Franz Kafka 


"A pesar de toda su inquietud y nerviosidad, hay cosas que muchas veces ella no ve (la ciega su engreimiento) y también, sin gran esfuerzo, se le pueden hacer preterir muchas más, pues de esto se encarga un enjambre de aduladores."

Franz Kafka
 Josefina la cantora o el pueblo de los ratones


"A qué grado de indiferencia pueden llegar ciertas personas a qué profunda certeza de haber perdido para siempre el verdadero camino."

Franz Kafka


“Afortunadamente la incongruencia del mundo es de índole cuantitativa.”

Franz Kafka


"Ahora puedo mirarlos en paz, ya no me los como."
(parado frente a un acuario)

Franz Kafka


"Al creer apasionadamente en algo que todavía no existe, lo creamos. Lo inexistente es lo que no demos deseado lo suficiente."

Franz Kafka


"Ayer te aconsejé que no me escribieras cada día (...), hoy te lo aconsejo otra vez con más insistencia, pero, por favor, no me obedezcas y escríbeme a diario."

Franz Kafka
tomado de la revista Filosofía hoy, página 48, nº 55



“Cascar una nuez no es realmente un arte, y en consecuencia nadie se atrevería a congregar a un auditorio para entretenerlo entonces ya no se trata meramente de cascar nueces. O tal vez se trate meramente de cascar nueces, pero entonces descubrimos que nos hemos despreocupado totalmente de dicho arte porque lo dominábamos demasiado, y este nuevo cascador de nueces nos muestra por primera vez la esencia real del arte, al punto que podría convenirle, para un mayor efecto, ser un poco menos hábil en cascar nueces que la mayoría de nosotros.”

Franz Kafka



“Como un camino en otoño: tan pronto como se barre, vuelve a cubrirse de hojas secas.”

Franz Kafka


"Como yo te quiero (...) quiero al mundo entero, y a él pertenece también tu hombro izquierdo, no, era primero el derecho y por eso lo cubro de besos cuando me apetece."

 Franz Kafka




“Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible o mejor: liberarse o mejor aún: ser indestructible o mejor aún: ser.”

Franz Kafka


"Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza no envejecerá nunca."

Franz Kafka


"Cualquiera que no pueda arreglárselas con la vida mientras está vivo necesita una mano para apartar la desesperación sobre su destino… pero con la otra mano puede apuntar aquello que ve entre las ruinas, pues ve más y diferentes cosas que los demás; después de todo, está muerto durante su propia vida y es el real sobreviviente."

Franz Kafka
Diaries
Tomada del libro Hombres en tiempos de oscuridad de Hannah Arendt





“Dos pecados capitales existen en el hombre, de los cuales se engendran todos los demás: impaciencia e indolencia. Fue a causa de la impaciencia que lo han expulsado del paraíso, al que no puede volver por culpa de la indolencia. Aunque quizá no existe más que un sólo pecado capital: la impaciencia. La impaciencia hizo que lo expulsaran, es con motivo de la impaciencia que no regresa.”

Franz Kafka



"Domingo, doce del mediodía. He malgastado la mañana en dormir y leer el periódico. Este miedo a escribir siempre se manifiesta cuando ocasionalmente, sin estar junto al escritorio, invento frases introductorias al pasaje a escribir, que de inmediato resultan ser inservibles, secas, fragmentarias, y que con sus manifiestos lugares de ruptura presagian un triste futuro."



Franz Kafka




“Dos posibilidades: hacerse infinitamente pequeño o serlo. La segunda es solución, por lo tanto éxtasis; la primera comenzar por lo tanto a actuar.”

Franz Kafka


"Doy la razón a todo lo que para mí es inalcanzable."


Franz Kafka



“El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está extendida en alto, sino sobre el suelo. Parece preparada más para hacer tropezar, que para que se siga su rumbo.”

Franz Kafka


"El deber escolar eres tú. No se ve un alumno por ninguna parte."

Franz Kafka



"El dolor es el elemento positivo de este mundo, más bien el único vínculo entre este mundo y lo positivo en sí."

Franz Kafka


"El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, sólo el petrificado azoramiento de un niño."

Franz Kafka


“El hueco que la obra genial ha producido a nuestro alrededor es un buen lugar para encender nuestra pequeña luz. De allí la inspiración que irradian los genios, la inspiración universal que no sólo nos impulsa a la imitación.”

Franz Kafka


"El mal conoce el bien, pero el bien no conoce el mal."

Franz Kafka



"El miedo ante la unión, ante el fluir hacia la otra parte. Entonces ya no estoy nunca más solo."

Franz Kafka


"El miedo es verdaderamente extraño, sus leyes internas no las conozco, solo conozco su mano en mi garganta."

Franz Kafka


"El poseer no existe, existe solamente el ser: ese ser que aspira hasta el último aliento, hasta la asfixia."

Franz Kafka



“El progreso se evapora y deja atrás una estela de burocracia.”

Franz Kafka


"El espíritu se libera sólo cuando deja de ser un soporte."



Franz Kafka


"El verdadero camino pasa por una cuerda que no está tensada en las alturas, sino apenas, por arriba del suelo. Más pareciera estar destinada a hacernos tropezar que a ser recorrida."

Franz Kafka
Aforismos de Zürau


"El verdadero enemigo te transmite un valor sin límites."

Franz Kafka



“Empieza de una vez a ser quien eres, en vez de calcular quién serás.”

Franz Kafka



"En la sastrería del hotel le probaron el uniforme de ascensorista, adornado con gran gala de botones y cordones dorados, y sin embargo, se estremeció un poco al ponérselo, pues la chaquetilla, especialmente en los sobacos, era fría, dura y al mismo tiempo húmeda por el sudor de los ascensoristas que la habían usado antes que él. El uniforme, por otra parte, hubo de ser agrandado especialmente para Karl, en el pecho sobre todo, pues ni uno sólo de los diez que allí había le quedaba bien, aunque sólo fuese aproximadamente. Pese al trabajo de costura que se hizo necesario y aunque el sastre parecía muy minucioso –por dos veces volvió al taller el uniforme ya entregado– todo quedó listo en apenas cinco minutos, y Karl abandonó el salón del sastre convertido ya en ascensorista, con pantalones ajustados y una chaquetilla que, a pesar de la firme aseveración contraria del sastre, le quedaba muy estrecha y lo tentaba continuamente a practicar ejercicios de respiración, pues tenía deseos de comprobar si todavía le era posible respirar.
Luego se presentó al camarero mayor, a cuyas órdenes quedaría: un hombre esbelto, hermoso, narigudo, que seguramente ya tenía unos cuarenta años. Ni siquiera tuvo tiempo de entablar la menor conversación y lo único que hizo fue llamar, mediante un timbre, a un muchacho ascensorista; era, por casualidad, precisamente el que Karl había visto la víspera. El camarero mayor sólo lo llamaba por su nombre de pila, Giácomo, pero de esa particularidad se enteró Karl sólo más tarde, puesto que a través de la pronunciación inglesa, el nombre quedaba tan desfigurado que era imposible reconocerlo. Ahora bien, ese chico recibió orden de enseñarle a Karl todo lo necesario para el servicio de los ascensores, pero era tan esquivo y se daba tanta prisa que Karl apenas pudo enterarse siquiera de lo poco que en el fondo había que aprender. Seguramente Giácomo estaba disgustado porque debía abandonar el servicio de los ascensores, evidentemente por Karl, para ser colocado como ayudante de camareras; lo cual, de acuerdo con ciertas experiencias que con todo no quiso revelar, le parecía infamante. El hecho de que la relación de un ascensorista con la maquinaria del ascensor consistiera únicamente en ponerla en movimiento mediante la simple presión del botón, fue lo primero que desilusionó a Karl, pues hasta para la reparación de los motores se utilizaba tan exclusivamente a los mecánicos del hotel que por ejemplo Giácomo, a pesar de que su servicio en el ascensor llevaba ya medio año, no había visto con sus propios ojos ni los motores del sótano ni la maquinaria del interior del ascensor; si bien, por lo que decía él expresamente, eso le hubiese gustado mucho."

Franz Kafka
América



“En ti observé lo que tienen de enigmático los tiranos, cuya razón se basa en su persona, no en su pensamiento. Al menos, así me lo parecía.”

Franz Kafka



“En tu lucha contra el resto del mundo, te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo.”

Franz Kafka


"En un tiempo no podía comprender por qué no recibía respuesta a mi pregunta, hoy no puedo comprender como pude estar engañado hasta el extremo de preguntar. Pero no es que me engañase, preguntaba solamente."

Franz Kafka



"Entre nosotros no hubo realmente ninguna lucha; yo de inmediato estuve liquidado; lo que quedó era huida, amargura, tristeza, lucha interna."

Franz Kafka



 “Es difícil hablar de la verdad, pues aunque sólo haya una verdad, ésta está viva y por lo tanto posee un rostro vivo y cambiante.”

Franz Kafka
Tomada del libro Hombres en tiempos de oscuridad de Hannah Arendt



"¿Estoy tan por debajo de ustedes dos que me da asco hablar siquiera de ellos?

Franz Kafka



"¿Has tenido alguna vez flores atravesadas en la garganta?"

Franz Kafka




"Hay problemas que jamás hubiéramos resuelto si fueran realmente nuestros problemas."

Franz Kafka


"Hay que soportar la imperfección solitaria en todo momento, en cambio, no es necesario soportar la imperfección compartida."

Franz Kafka



"He obedecido una vez sin razón a la llamada de la campanilla nocturna; es irreparable para siempre."

Franz Kafka



"¡Hundirse en la noche! Así como a veces se sumerge la cabeza en el pecho para reflexionar, sumergirse por completo en la noche. Alrededor duermen, los hombres.
Un pequeño espectáculo, un autoengaño inocente, es el de dormir en casas, en camas sólidas, bajo techo seguro, estirados o encogidos, sobre colchones, entre sábanas, bajo mantas; en realidad se han encontrado reunidos como antes una vez y como después en una comarca desierta: Un campamento al raso, una inabarcable cantidad de personas, un ejército, un pueblo bajo un cielo frío, sobre una tierra fría, arrojados al suelo allí donde antes se estuvo de pie, con la frente contra el brazo, y la cara contra el suelo, respirando pausadamente. Y tú velas, eres uno de los vigías, hallas al prójimo agitando el leño encendido que cogiste del montón de astillas, junto a ti. ¿Por qué velas? Alguien tiene que velar, se ha dicho. Alguien tiene que estar ahí."

Franz Kafka
Por la noche



Jueves 

"Ya ve Milena, me quedo echado en mi silla de reposo, por la mañana, desnudo, medio en el sol, medio en la sombra, después de una noche casi enteramente insomne; cómo dormir, cuando soy demasiado liviano para el sueño y revoloteo constantemente en torno a usted, cuando en realidad estoy aterrado, exactamente como escribe usted hoy, por eso «que me ha caído en el regazo», tan aterrado como los profetas que según se cuenta eran débiles criaturas (ya o todavía, es lo mismo), cuando oyeron la voz que los llamaba y se sintieron aterrados, no querían obedecer, hundían los pies en el suelo y sentían un miedo enloquecedor; ya habían oído anteriormente voces, pero no sabían de dónde provenía el tono aterrador de esta voz determinada -si era la debilidad de su oído o la potencia de la voz-, ni tampoco sabían, porque eran criaturas, que la voz ya había vencido y ya se había acuartelado, justamente gracias a ese terror preliminar y lleno de premoniciones  que les inspiraba, y que sin embargo no demostraba todavía su condición de profetas, ya son muchos los que oyen la voz, pero en realidad es muy dudoso afirmar aún objetivamente que la merezcan, y para mayor seguridad sería mejor negarlo de antemano… Así estaba yo, cuando llegaron sus dos cartas.

Algo tenemos en común, Milena, según creo: somos tan tímidos y tan temerosos que cada carta es distinta, casi todas las cartas se asustan de la anterior y aún más de la respuesta. Usted no es así por naturaleza, eso se ve fácilmente, y yo, hasta es posible que tampoco yo sea así por naturaleza, pero ya se ha convertido casi en mi propia naturaleza; sólo cuando estoy desesperado y a veces cuando estoy enfadado pierdo esa cualidad y, por supuesto, cuando tengo miedo.

Muchas veces tengo la impresión de que estuviéramos en una habitación con dos puertas opuestas, y cada uno tuviera aferrada la manija de una puerta, y apenas uno mueve los párpados ya está el otro detrás de su puerta, y ahora basta que el primero diga una sola palabra para que el otro cierre su puerta detrás de sí y desaparezca. Volverá a abrir la puerta, por supuesto, ya que tal vez es una habitación que no puede abandonarse. Si por lo menos el primero no se pareciera tan exactamente al segundo, si se quedara quieto, si por lo menos aparentara no mirar al segundo, si se dedicara a poner lentamente en orden el cuarto, como si fuera un cuarto como todos los demás; pero en cambio hace exactamente lo mismo que el otro junto a su puerta, a veces se encuentran ambos cada uno detrás de su puerta, y la hermosa habitación queda vacía. 

Esto da origen a dolorosos malentendidos, Milena; usted se queja de algunas cartas, dice que les da vuelta por todos lados y nada cae de ellas, y sin embargo son ésas, justamente ésas, si no me equivoco, en las que me sentía tan cerca de usted, tan subyugado en mi sangre, tan subyugador de la suya, tan profundamente en el bosque, tan reposado en la calma que uno realmente no quiere decir nada, salvo, por ejemplo que el cielo se divisa por entre las ramas de los árboles, nada más, y una hora después uno repite lo mismo, y sin embargo, no hay en esa frase «una sola palabra que no haya sido cuidadosamente meditada». Y tampoco dura mucho, en el mejor de los casos un instante, pronto vuelven a sonar las trompetas del insomnio nocturno. 

Reflexione, además Milena, en qué condiciones me acerco a usted, qué viaje de treinta y ocho años hay detrás de mí (y un viaje mucho más largo todavía, porque soy judío), y cómo, al tomar una curva aparentemente casual del camino, la veo, cuando no esperaba verla, y menos aún tan definitivamente tarde, entonces Milena, no puedo gritar, ni tampoco grita nada en mí, ni siquiera digo mil tonterías, porque no están en mí (omito las otras tonterías, de esas poseo en exceso), y quizá sólo advierto que estoy arrodillado al ver que sus pies están ante mis ojos, y al acariciarlos.

Y no me exija sinceridad, Milena. nadie puede exigírmela más que yo, y sin embargo, muchas cosas me rehúyen, es más, quizá me rehúyan todas. Pero al alentarme en esta cacería, no me alienta nada de eso, ya no puedo dar un paso más, de pronto se vuelve mentira, y el perseguido acosa al perseguidor. Voy por un camino tan peligroso, Milena. Usted se encuentra segura junto a un árbol, joven, hermosa, sus ojos subyugan con su brillo el dolor del mundo. Estamos jugando a un juego infantil, yo me arrastro por la sombra, de un árbol a otro, estoy en pleno camino, usted me llama, me señala los peligros, quiere darme ánimos, se desespera al ver mi paso inseguro, me recuerda (¡a mí!) la seriedad del juego… no puedo, desfallezco, ya he caído. No puedo escuchar al mismo tiempo las voces terribles de mi interior y la suya, pero en cambio puedo oír la suya sola y confiar en usted, en usted como en nadie más en el mundo."

Suyo, F.

Franz Kafka
Extraído de: Cartas a Milena, de Franz Kafka.





"La avaricia es sin duda una de las señales más auténticas de una profunda pena."

Franz Kafka



"La desgracia de Don Quijote no fue su fantasía, sino Sancho Panza."

Franz Kafka



“La eterna juventud es imposible; aun cuando no hubiera otros impedimentos, la introspección la imposibilitaría.”

Franz Kafka


“La felicidad suprime la vejez.”

Franz Kafka



“La fortuna de comprender que el suelo sobre el que permaneces no puede ser más grande que los dos pies que lo cubren.”

Franz Kafka


"La juventud es feliz porque tiene la capacidad de ver la belleza. Cualquiera que conserve la capacidad de ver la belleza jamás envejece."


Franz Kafka


“La historia de los hombres es un instante entre dos pasos de un caminante.”

Franz Kafka



"La literatura es siempre una expedición a la verdad."

Franz Kafka


"La necesidad metafísica sólo es la necesidad de la muerte."

Franz Kafka


"La quietud es nuestra música más querida."

Franz Kafka
 Josefina la cantora o el pueblo de los ratones




"La verdad es indivisible, es decir no puede reconocerse a sí misma; quien quiera reconocerla, debe ser mentira."

Franz Kafka



Las preocupaciones de un padre de familia

"Algunos dicen que la palabra «odradek» precede del esloveno, y sobre esta base tratan de establecer su etimología. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán, con alguna influencia del esloveno. Pero la incertidumbre de ambos supuestos despierta la sospecha de que ninguno de los dos sea correcto, sobre todo porque no ayudan a determinar el sentido de esa palabra.
Como es lógico, nadie se preocuparía por semejante investigación si no fuera porque existe realmente un ser llamado Odradek. A primera vista tiene el aspecto de un carrete de hilo en forma de estrella plana. Parece cubierto de hilo, pero más bien se trata de pedazos de hilo, de los tipos y colores más diversos, anudados o apelmazados entre sí. Pero no es únicamente un carrete de hilo, pues de su centro emerge un pequeño palito, al que está fijado otro, en ángulo recto. Con ayuda de este último, por un lado, y con una especie de prolongación que tiene uno de los radios, por el otro, el conjunto puede sostenerse como sobre dos patas.
Uno siente la tentación de creer que esta criatura tuvo, tiempo atrás, una figura más razonable y que ahora está rota. Pero éste no parece ser el caso; al menos, no encuentro ningún indicio de ello; en ninguna parte se ven huellas de añadidos o de puntas de rotura que pudieran darnos una pista en ese sentido; aunque el conjunto es absurdo, parece completo en sí. Y no es posible dar más detalles, porque Odradek es muy movedizo y no se deja atrapar.
Habita alternativamente bajo la techumbre, en escalera, en los pasillos y en el zaguán. A veces no se deja ver durante varios meses, como si se hubiese ido a otras casas, pero siempre vuelve a la nuestra. A veces, cuando uno sale por la puerta y lo descubre arrimado a la baranda, al pie de la escalera, entran ganas de hablar con él. No se le hacen preguntas difíciles, desde luego, porque, como es tan pequeño, uno lo trata como si fuera un niño.
-¿Cómo te llamas? -le pregunto.
-Odradek -me contesta.
-¿Y dónde vives?
-Domicilio indeterminado -dice y se ríe.
Es una risa como la que se podría producir si no se tuvieran pulmones. Suena como el crujido de hojas secas, y con ella suele concluir la conversación. A veces ni siquiera contesta y permanece tan callado como la madera de la que parece hecho.
En vano me pregunto qué será de él. ¿Acaso puede morir? Todo lo que muere debe haber tenido alguna razón de ser, alguna clase de actividad que lo ha desgastado. Y éste no es el caso de Odradek. ¿Acaso rodará algún día por la escalera, arrastrando unos hilos ante los pies de mis hijos y de los hijos de mis hijos? No parece que haga mal a nadie; pero casi me resulta dolorosa la idea de que me pueda sobrevivir."

Franz Kafka


"Las religiones se pierden como los hombres."

Franz Kafka

"Lo cotidiano en sí mismo es ya maravilloso. Yo no hago más que consignarlo."

Franz Kafka



"Lo importante es transformar la pasión en carácter."

Franz Kafka


"Lo que nos hace llamar con el nombre de juicio final al juicio universal, es sólo nuestra concepción del tiempo; en realidad se trata de un juicio sumario."

Franz Kafka


"Los cuervos afirman que un solo cuervo podría destruir los cielos. Indudablemente, así es, pero el hecho no prueba nada contra los cielos, porque los cielos no significan otra cosa que la imposibilidad de cuervos."

Franz Kafka
Reflexiones sobre el pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino
Tomada del libro El libro del cielo y del infierno de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, página 25





“Los judíos nacemos viejos.”

Franz Kafka



“Los libros son una droga.”

Franz Kafka


"Los puntos de vista del arte y de la vida son distintos aún en el mismo artista."

Franz Kafka


"Luego habrá allí una persona flaca y larguirucha que sonreirá amablemente."

Franz Kafka



"Matrimonio, trabajo, valor, sacrificio, pureza, libertad, independencia, veracidad."


Franz Kafka


"Me quejo de haber nacido, me quejo de la luz del sol."


Franz Kafka




"Mi miedo es mi sustancia, y probablemente lo mejor de mí mismo."

Franz Kafka


"Mi última petición. Todo lo que dejo atrás (...) en forma de cuadernos, manuscritos, cartas, borradores, etcétera, deberá incinerarse sin leerse y hasta la última página."

Franz Kafka


"Muchas veces es más seguro estar encadenado que ser libre."

Franz Kafka



"Nadie más que tú podría lograr acceso a través de esta puerta, pues esta puerta era sólo para ti. Ahora la cerraré."

Franz Kafka
El proceso, pág 235


" ... ningún individuo sería capaz de lo que hace el pueblo en conjunto."

Franz Kafka
 Josefina la cantora o el pueblo de los ratones


“Ninguno canta más puramente que aquellos que habitan en el más profundo de los infiernos: aquello que tomamos por el canto de los ángeles es su canto.”

Franz Kafka



“No dejes que el mal te confunda y creas que puedes tener secretos para él.”

Franz Kafka


“No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives.”

Franz Kafka


"No me atreveré a tenderte la mano, esta mano sucia, temblorosa, ganchuda, torpe, insegura, helada y ardiente."

Franz Kafka


"Pero estar arriba también era sano, y cuando en la época más calurosa del año se abrían todas las ventanas alrededor de la bóveda, y junto con el aire fresco entraba majestuosamente el sol en el recinto en el que iba cayendo el crepúsculo, era incluso bello. Ciertamente, su trato humano se había reducido; sólo a veces trepaba por la escalera de cuerda algún colega de gimnasia; entonces se sentaban ambos sobre el trapecio, se apoyaban a izquierda y derecha sobre las cuerdas de sujeción y charlaban; o algunos obreros mejoraban el tejado y cambiaban algunas palabras con él a través de una ventana abierta; o el mecánico revisaba el alumbrado de urgencia en la galería más alta y le gritaba algo respetuoso, aunque poco comprensible. Si no, todo a su alrededor permanecía tranquilo; sólo de vez en cuando miraba pensativamente un empleado, que aproximadamente hacia el mediodía se extraviaba en el teatro vacío, hacia la altura que casi desaparecía de la vista, donde el artista del trapecio, sin poder saber que alguien le observaba, ejecutaba sus artes o descansaba.
Así podría haber vivido el artista del trapecio sin ser molestado, si no hubiera habido los inevitables viajes a los distintos lugares, que le resultaban extraordinariamente molestos. Si bien, el empresario se preocupaba de que el trapecista quedara protegido de cualquier innecesaria prolongación de sus males: para los viajes a las ciudades se utilizaban coches de carreras, con los que, a ser posible durante la noche o en las primeras horas de la mañana, se atravesaban las calles desiertas a toda velocidad, pero ciertamente demasiado despacio para el afán del trapecista; en el tren se reservaba un vagón entero, en el cual, el trapecista, si bien en una lastimosa sustitución, pero sustitución al fin y al cabo, hacía el viaje arriba, en las redes del equipaje, según su habitual forma de vida; en la siguiente localidad donde iba a haber representaciones, mucho antes de la llegada del trapecista, ya estaba en el teatro el trapecio, en su lugar, también estaban bien abiertas todas las puertas que conducían al escenario del teatro, todos los pasillos se mantenían libres; pero eran los momentos más bonitos de la vida del empresario, cuando el trapecista ponía el pie en la escalera de cuerda y en un instante, por fin, colgaba de nuevo de su trapecio, arriba.
A pesar de todos los viajes que ya le habían salido bien al empresario, cada nuevo viaje le era penoso, puesto que los viajes eran en todo caso, prescindiendo de todo lo demás, fatales para los nervios del trapecista.
Así viajaron de nuevo juntos, el trapecista tumbado en la red del equipaje, soñando; el empresario se recostaba en la esquina de la ventana que había enfrente y leía un libro; entonces el trapecista le habló suavemente. El empresario estuvo inmediatamente a su disposición. El trapecista dijo, mordiéndose los labios, que ahora tenía que tener para su gimnasia, en vez del trapecio que tenía hasta ahora, siempre dos trapecios; dos trapecios, uno frente al otro. El empresario estuvo inmediatamente de acuerdo. Pero el trapecista, como si quisiera demostrar que aquí la opinión del empresario carecía de importancia, como ocurriría con una negativa, dijo que nunca más y bajo ninguna circunstancia actuaría en un solo trapecio. Ante la idea de que en verdad pudiera ocurrir alguna vez, parecía estremecerse. El empresario expresó, dudando y observando, otra vez su total acuerdo; dos trapecios son mejor que uno, además este nuevo arreglo es beneficioso, hace la producción más variada. Entonces y de repente empezó a llorar el trapecista. Profundamente asustado se levantó el empresario y preguntó lo sucedido, y al no recibir respuesta, subió al banco, le acarició y juntó su cara con la del trapecista, de tal manera que también él fue bañado por las lágrimas de éste. Pero no fue sino tras muchas preguntas y adulaciones que dijo el trapecista; «¡Sólo con esa única barra en las manos, ¿cómo puedo vivir?!» Entonces le fue ya más fácil al empresario consolar al trapecista; prometió telegrafiar inmediatamente desde la próxima estación al próximo lugar de actuación para solucionar lo del segundo trapecio; se hacía reproches por haber dejado trabajar tanto tiempo al trapecista en un solo trapecio, y le daba las gracias y le elogiaba mucho por haberle hecho ver al fin su falta. Así consiguió el empresario tranquilizar lentamente al trapecista y pudo regresar de nuevo a su esquina. Pero él mismo no se había tranquilizado; con gran preocupación observaba furtivamente por encima del libro al trapecista."

Franz Kafka
Primer mal



“¿Por qué nos lamentamos a causa del pecado original? No fue por su culpa que se nos ha expulsado del paraíso terrenal, sino por causa del árbol de la vida con el objeto de que no comiésemos sus frutos.”

Franz Kafka


"Por supuesto, no es necesario volar al centro mismo del sol, pero sí es necesario arrastrarse hasta un lugarcito aseado donde llegue a veces el sol y donde uno pueda calentarse un poco."

Franz Kafka


Quien busca no halla, pero quien no busca es hallado.

Franz Kafka



"Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece."

Franz Kafka



“Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas.”

Franz Kafka



"Se aprende cuando uno se ve obligado a ello, cuando se trata de encontrar una salida, se aprende sin piedad."

Franz Kafka



“¿Sería posible que este mundo nos diera alegría si no estuviéramos refugiados en él?”

Franz Kafka


"Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?... Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestra mar congelada".

Franz Kafka



"Si se llega a un punto determinado, ya no hay regreso posible. Hay que alcanzar ese punto."

Franz Kafka


“Siempre procuro comunicar algo incomunicable. Quizá en el fondo no sea otra cosa que ese miedo del cual tanto hemos hablado; pero un miedo extendido a todo, miedo tanto a lo más grande como a lo más pequeño” 

Franz Kafka
Cartas a Milena"


“Simplemente, no sobrestimar lo que he escrito; de otro modo se me volvería inalcanzable lo que aún espero escribir.”

Franz Kafka



"Sólo temblor y palpitación fue su respuesta a la afirmación de que tal vez poseía pero no era."

Franz Kafka




"¿Te asusta la idea de la muerte? Yo sólo tengo un miedo terrible al dolor. Es una mala señal. Querer la muerte pero no el dolor, es una mala señal."

Franz Kafka




"Toda revolución se evapora y deja atrás sólo el limo de una nueva burocracia."

Franz Kafka


"Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro."

Franz Kafka



“Todo lo que puede suceder sucede, pero sólo puede suceder lo que sucede.”

Franz Kafka




“Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia. Interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado al derredor de una realidad artificial.”

Franz Kafka



"Todo mi ser no es sino miedo."

Franz Kafka




"Un idiota es un idiota. Dos idiotas, son dos idiotas. Diez mil idiotas son un partido político."

Franz Kafka


"Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros."

Franz Kafka


“Una de las formas de seducción del mal más efectivas es la incitación a la lucha.”

Franz Kafka


"Una fe como una guillotina, tan pesada, tan ligera."

Franz Kafka


"Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto."

Franz Kafka


“Vivir es desviarnos incesantemente. De tal manera nos desviamos, que la confusión nos impide saber de qué nos estamos desviando.”

Franz Kafka



“Yo soy la novela. Yo soy mis historias.”

Franz Kafka










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