"A quien en la ciudad estuvo largo tiempo confinado, le es dulce contemplar la serena y abierta faz del cielo, exhalar su plegaria hacia la gran sonrisa del azul."

John Keats

“Adoro el cuerpo. Porque la carne es honesta y los órganos no mienten.”

John Keats




Al leer por primera vez el Homero de Chapman

Mucho tiempo he viajado por los mundos dorados,
y he visto muchos reinos e imperios admirables,
y he estado en torno a las islas occidentales
que protegen como feudos de Apolo los bardos.

He oído a veces hablar de un territorio vasto
que el taciturno Homero gobernó como suyo,
mas nunca he respirado su aire sereno y puro
hasta que he oído a Chapman hablando tan claro:

entonces me he sentido como el que observa el cielo
y ve un nuevo planeta surgir ante sus ojos,
o como el gran Núñez cuando con los ojos de águila

contemplara el Pacífico -mientras sus inciertos
hombres allí se miraban, atónitos todos-
callado en un monte de Darién, sobre la cima.

John Keats



Al ver los mármoles de Elgin
"Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,
como un sueño inconcluso, la espera de la muerte
y cada circunstancia u objeto es una suerte
de decreto divino que anuncia que soy presa
de mi fin, como un águila herida mira al cielo.
Pero es un delicado murmullo este lamento
por no tener conmigo una nube, acaso un viento
que hasta abrir su ojo el alba me dé tibio consuelo.
Estas borrosas glorias que imagina la mente
prestan al corazón un territorio escondido
y un extraño dolor cuyo prodigio silente
mezcla la helénica grandeza con el sonido
del Tiempo ya pasado o de un mar inclemente,
con el solo la sombra de un ser desconocido."

John Keats



“Estoy de mal genio porque si estuviera bajo el agua, difícilmente nadaría para llegar a la cima.”

John Keats




“¿Cuándo ha logrado el hombre ser capaz de soportar la incertidumbre, el misterio y la duda sin buscar irritado hechos y razones?”

John Keats



Cuando tengo miedo de dejar de existir

"Cuando tengo miedo de dejar de existir
antes de que mi pluma haya vaciado mi cerebro entero,
antes de que libros apilados, en orden perfecto,
preserven como cosechas el grano ya maduro;
cuando contemplo, en el rostro estrellado de la noche,
enormes símbolos nublados de un romance más alto,
y pienso que quizás nunca viva para rastrear
sus sombras con la mágica mano del azar;
y cuando siento, bella criatura de una hora,
que nunca más volveré a mirarte,
que nunca disfrutaré el poder etéreo del amor irreflexivo,
entonces, en la orilla del ancho mundo me quedo solo,
y pienso hasta que el amor y la fama en la nada se hunden."

John Keats


“¡De olvido! Esa palabra, como campana, dobla
y me aleja de ti, hacia mis soledades.
¡Adiós! La fantasía no alucina tan bien…”

John Keats





"¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes que no despedirán jamás la primavera!"

John Keats


"Diré que el mundo es una Escuela instituida con el fin de enseñar a leer a los niños, dirá que el corazón humano es el silabario que se usa en esa Escuela, y que el niño capaz de leer es el Alma formada en esa escuela y con ese silabario. ¿No ves cuán necesario es un Mundo de Dolores y problemas para instruir una Inteligencia y hacer de ella un alma?"

John Keats


"¿En dónde con sus cantos está la primavera? No pienses más en ellos sino en tu propia música."

John Keats


"En la tierra jamás la poesía cesa: cuando, en la solitaria tarde invernal, el hielo ha labrado el silencio, en el hogar ya vibra el cántico del grillo, que aumenta sus ardores, y parece, al sumido en somnolencia dulce, la voz de la cigarra, entre colinas verdes."

John Keats


"Entonces me sentí como un observador de los cielos.
Cuando cae dentro de su saber un planeta nuevo."

John Keats


"Es lo bello alegría para siempre."

John Keats


Esta mano viviente

"Si esta mano capaz de apretar con vigor,
cálida y vivaz ahora, yaciera en cambio fría
en el silencio helado de la tumba, igualmente
rondaría tus días y helaría tus sueños,
hasta hacerte ofrecer tu propia sangre, toda,
para animar de nuevo mis arterias,
calmando tu conciencia; aquí la tienes,
mírala, te la tiendo."

John Keats


"Esta tumba contiene todo cuanto fue mortal de un joven poeta inglés, quien en su lecho de muerte, en la amargura de su corazón, en el poder malicioso de sus enemigos, deseó que grabaran estas palabras en su sepultura: 'Aquí yace aquel cuyo nombre fue escrito en el agua'."

John Keats
Epitafio




Estrella brillante

"Estrella brillante, si fuera constante como tú,
no en solitario esplendor colgada de lo alto de la noche
y mirando, con eternos párpados abiertos,
como de naturaleza paciente, un insomne Eremita,
las móviles aguas en su religiosa tarea
de pura ablución alrededor de tierra de humanas riberas,
o de contemplación de la recién suavemente caída máscara
de nieve de las montañas y páramos.
No, aún todavía constante, todavía inamovible,
recostada sobre el maduro corazón de mi bello amor,
para sentir para siempre su suave henchirse y caer,
despierto por siempre en una dulce inquietud,
silencioso, silencioso para escuchar su tierno respirar,
y así vivir por siempre o si no, desvanecerme en la muerte."

John Keats


“Jamás la poesía de la tierra se extingue:
cuando a todos los pájaros abate el sol ardiente
y ocúltanse en fresdores de umbría, una voz corre
de seto en seto…”

John Keats



"La belleza es verdad, y la verdad belleza: nada más preciso saber en la tierra."

John Keats



La caída de Hiperión (Sueño)

"Tienen los locos sueños donde traman
elíseos de una secta. Y el salvaje
vislumbra desde el sueño más profundo
lo celestial. Es lástima que no hayan
transcrito en una hoja o en vitela
las sombras de esa lengua melodiosa
y sin laurel transcurran, sueñen, mueran.
Pues sólo la Poesía dice el sueño,
con hermosas palabras salvar puede
a la Imaginación del negro encanto
y el mudo sortilegio. ¿Quién que vive
dirá: “no eres poeta si no escribes
tus sueños”? Pues todo aquel que tenga alma
tendrá también visiones y hablará
de ellas si en su lengua es bien criado.
Si el sueño que propongo lo es de un loco
o un poeta tan sólo se sabrá
cuando mi mano repose en la tumba.
Soñé que en un lugar estaba donde
palmera, haya, mirto, sicomoro
y plátano y laurel formaban bóvedas
cerca de manantiales cuya voz
refrescaba mi oído y donde el tacto
de un perfume me hablaba de las rosas.
Vi un árbol de boscaje recubierto
por parras, campanillas, grandes flores (…)"

John Keats


"La poesía de la tierra nunca muere."

John Keats


"Lo hermoso es alegría para siempre: su encanto se acrecienta y nunca vuelve a la nada, nos guarda un silencioso refugio inexpugnable y un reposo lleno de alientos, sueños, apetitos."

John Keats




"Los fanáticos crean un ensueño y lo convierten en el paraíso de sus secta."

John Keats


"Los hombres de genio son fuerzas químicas etéreas que operan sobre la masa del intelecto neutral."

John Keats


"Más tiernas suenen en el espíritu las canciones sin notas."

John Keats



"Me gusta ver semblantes tristes en tiempo claro y alguna alegre risa oír entre los truenos; bello y feo me gustan: dulces prados, con llamas ocultas en su verde, y un reírse zumbón ante una maravilla."

John Keats


“Mi alma es demasiado débil; sobre ella pesa,
como un sueño inconcluso, la espera de la muerte…”

John Keats





"Miré un poco, y tan ágil y libre me sentía como si, abanicándome, las alas de Mercurio hubiesen en mis pies retozado: era leve mi corazón, y muchas delicias de mis ojos me estremecían."

John Keats


"Nada es real hasta que se experimenta; aun un proverbio no lo es hasta que la vida no lo haya ilustrado."

John Keats


"No estoy seguro de nada sino de la santidad de los afectos del corazón y de la verdad de la imaginación. Lo que la imaginación capta como belleza debe ser verdad, existiera antes o no; tengo la misma idea de todas nuestras pasiones, que son todas como el amor en su creación sublime de la belleza esencial."

John Keats
Tomada del libro En defensa de Dios de Karen Armstrong, página 322




"No hay infierno tan terrible como fracasar en una gran empresa."

John Keats


“… No te desazones por el saber. Ninguno
tengo yo, mas la tarde me escucha…”

John Keats



"No tengo reverencia por el público, ni por nada que no sea el Ser Eterno, el recuerdo de los grandes hombres y el principio de Belleza."

John Keats
Tomada del libro El secreto de la vida: Ensayos de Oscar Wilde



"Nunca llega a ser coronado por la inmortalidad quien teme ir adonde le conducen voces desconocidas."

John Keats


Oda a un ruiseñor

"Me duele el corazón y aqueja un soñoliento
torpor a mis sentidos, cual si hubiera bebido
cicuta o apurado algún fuerte narcótico
ahora mismo, y me hundiese en el Leteo:
no porque sienta envidia de tu sino feliz,
sino por excesiva ventura en tu ventura,
tú que, Dríada alada de los árboles,
en alguna maraña melodiosa
de los verdes hayales y las sombras sin cuento,
a plena voz le cantas al estío.

¡Oh! ¡Quién me diera un sorbo de vino, largo tiempo
refrescado en la tierra profunda,
sabiendo a Flora y a los campos verdes,
a danza y canción provenzal y a soleada alegría!
¡Quién un vaso me diera del Sur cálido,
colmado de hipocrás rosado y verdadero,
con bullir en su borde de enlazadas burbujas
y mi boca de púrpura teñida;
beber y, sin ser visto, abandonar el mundo
y perderme contigo en las sombras del bosque!

A lo lejos perderme, disiparme, olvidar
lo que entre ramas no supiste nunca:
la fatiga, la fiebre y el enojo de donde,
uno a otro, los hombres, en su gemir, se escuchan,
y sacude el temblor postreras canas tristes;
donde la juventud, flaca y pálida, muere;
donde, sólo al pensar, nos llenan la tristeza
y esas desesperanzas con párpados de plomo;
donde sus ojos claros no guarda la hermosura
sin que, ya al otro día, los nuble un amor nuevo.

¡Perderme lejos, lejos! Pues volaré contigo,
no en el carro de Baco y con sus leopardos,
sino en las invisibles alas de la Poesía,
aunque la mente obtusa vacile y se detenga.
¡Contigo ya! Tierna es la noche
y tal vez en su trono esté la Luna Reina
y, en torno, aquel enjambre de estrellas, de sus Hadas;
pero aquí no hay más luces
que las que exhala el cielo con sus brisas, por ramas
sombrías y senderos serpenteantes, musgosos.

Entre sombras escucho; y si yo tantas veces
casi me enamoré de la apacible Muerte
y le di dulces nombres en versos pensativos,
para que se llevara por los aires mi aliento
tranquilo; más que nunca morir parece amable,
extinguirse sin pena, a medianoche,
en tanto tú derramas toda el alma
en ese arrobamiento.
Cantarías aún, mas ya no te oiría:
para tu canto fúnebre sería tierra y hierba.

Pero tú no naciste para la muerte, ¡oh, pájaro inmortal!
No habrá gentes hambrientas que te humillen;
la voz que oigo esta noche pasajera, fue oída
por el emperador, antaño, y por el rústico;
tal vez el mismo canto llegó al corazón triste
de Ruth, cuando, sintiendo nostalgia de su tierra,
por las extrañas mieses se detuvo, llorando;
el mismo que hechizara a menudo los mágicos
ventanales, abiertos sobre espumas de mares
azarosos, en tierras de hadas y de olvido.

¡De olvido! Esa palabra, como campana, dobla
y me aleja de ti, hacia mis soledades.
¡Adiós! La fantasía no alucina tan bien
como la fama reza, elfo de engaño.
¡Adiós, adiós! Doliente, ya tu himno se apaga
más allá de esos prados, sobre el callado arroyo,
por encima del monte, y luego se sepulta
entre avenidas del vecino valle.
¿Era visión o sueño?
Se fue ya aquella música. ¿Despierto? ¿Estoy dormido?"

John Keats


Oda a una urna griega

"Tú, todavía virgen esposa de la calma,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o de ambos quizá,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres?
¿Qué doncellas rebeldes?
¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera?
¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles,
ese salvaje frenesí?

Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas;
sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Osado amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances, mas no te desesperes:
marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia,
¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!

¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes
que no despedirán jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que infatigable
modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más dichoso!
Por siempre ardiente y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven;
cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado,
la garganta y la frente abrasadas de ardores.

¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que hacia los cielos muge,
los suaves flancos cubiertos de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar,
alzada en la montaña su clama ciudadela
vacía está de gentes esta sacra mañana?
Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, y ni un alma que sepa
por qué estás desolado podrá nunca volver.

¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede
como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»...
Nada más se sabe en esta tierra y no más hace falta."

John Keats
Traducción de Julio Cortázar



"Odiamos la poesía que tiene una intención palpable respecto de nosotros, y que parece meterse las manos en los bolsillos si no la aprobamos. La poesía debería ser grande y discreta, algo que entra en el alma, y que no la asusta ni la asombra consigo misma, sino con su tema. ¡Qué hermosas son las flores en un lugar retirado! ¡Cómo perderían su belleza si llegaran en tropel hasta el camino gritando: «Admiradme, soy una violeta. Fijaos en mí, soy una prímula."

John Keats
Keats a J. H. Reynolds, 3 de febrero de 1818
Tomada del libro En defensa de Dios de Karen Armstrong, página 322



On First Looking into Chapman’s Homer

"Mucho tiempo he viajado por los mundos del oro,
y he visto muchos reinos e imperios admirables,
y he estado en torno a muchas occidentales islas
que los bardos protegen como feudos de Apolo.
He oído hablar a veces de un vasto territorio
que rigió en propiedad el taciturno Homero,
mas nunca he respirado su aire sereno y puro
hasta que he oído a Chapman hablar con vehemencia:
entonces me he sentido como el que observa el cielo
y ve un nuevo planeta surgir ante su vista,
o como el gran Cortés cuando con ojos de águila
contemplara el Pacífico – mientras todos sus hombres
se miraban atónitos y con incertidumbre –
silencioso, en la cumbre de un monte de Darién."

John Keats



"Pero esto es la vida humana: la guerra, las proezas,
la desilusión, la angustia,
las pugnas de la imaginación, lejos y cerca,
humanas todas; portadoras de este bien
de seguir siendo ellas el aire, el alimento sutil
que nos hace sentir la existencia."

John Keats
Endymonion


¿Por qué reí esta noche?

"¿Por qué reí esta noche? Ninguna voz lo dice;
ningún dios ni demonio de severa respuesta
se digna replicar desde cielo o infierno.
Así, a mi corazón humano me dirijo:

¡Corazón! Tú y yo estamos aquí tristes y solos;
escúchame: ¿por qué reí? ¡Oh dolor mortal!
¡Oh tiniebla, tiniebla! Siempre habré de gemir
interrogando a Cielo, Infierno y Corazón.

¿Por qué reí? Este plazo de ser que se me ha dado
lleva mi fantasía a sus más altas dichas;
pero acabar querría hoy mismo, a medianoche,

viendo rotas las claras banderas de este mundo:
verso, fama, belleza son mucho, ciertamente,
pero la muerte es más: el premio de la vida."

John Keats




"Pues sólo la poesía dice el sueño, con hermosas palabras salvar puede a la imaginación del negro encanto y el mudo sortilegio."

John Keats


"Quien se apene pensando en la indolencia, nunca será un ocioso, y muy despierto está quien se crea dormido."

John Keats


"Sí, en el templo mismo del Deleite
tiene la velada Melancolía su santuario soberano,
aunque no lo vea nadie más que aquel cuya lengua
pueda aplastar contra el paladar las uvas de la Alegría;
su alma saboreará la tristeza de su fuerza,
y entre sus nebulosos trofeos quedará colgada."

John Keats


"Siempre eres nueva. El último de tus besos siempre fue el más dulce, la última sonrisa, la más brillante, el último gesto, el más grácil."

John Keats



"Sólo estoy seguro de la santidad
De los efectos del Corazón
Y de la verdad de la Imaginación"

John Keats



"Soñé que en un lugar estaba donde
palmera, haya, mirto, sicomoro
y plátano y laurel formaban bóvedas
cerca de manantiales cuya voz
refrescaba mi oído y donde el tacto
de un perfume me hablaba de las rosas.
Vi un árbol de boscaje recubierto
por parras, campanillas, grandes flores (…)"

John Keats


"Soy, sin embargo, un joven que escribe al azar, buscando partículas de luz en medio de una gran oscuridad, sin conocer el alcance de ninguna afirmación, de ninguna opinión."

John Keats




“Todo lo que vive es sagrado.”

John Keats




"Un hombre tendría una vida muy agradable de esta manera: dejad que un determinado día lea cierta página de auténtica poesía o de prosa destilada y dejad que pasee con ella, que medite sobre ella, que vea su verdadero sentido, que profetice y sueñe con ella... ¡Qué feliz viaje de la concepción! ¡Qué deliciosa diligente indolencia! Es más noble estar sentado como Júpiter que volar como Mercurio; no vayamos a toda prisa por todas partes recolectando cual abeja, zumbando con impaciencia por doquier, conociéndolo todo de antemano; al contrario, dejemos que nuestros pétalos se abran como los de una flor y seamos pasivos y receptivos."

John Keats



"Una obra de arte es un gozo eterno."

John Keats


“… y si la noche viene,
me cantan los corderos una canción de cuna.”

John Keats








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