"A veces como si fuera una especie de misión, me imagino al lector y me digo: ¿qué le puedo ofrecer para darle una llave o abrirle una puerta? Al final siempre me repito que, si solo una persona me lee y empieza a entender cómo funcionan las cosas, ya ha valido la pena. Si no, es como si de entrada ya ganaran los otros. La entrevista es una forma de conocimiento, de divulgación.

Roberto Saviano


"Confieso que nunca imaginé que escribir 'Gomorra' resultaría ser tan peligroso. Si lo hubiera sabido, no lo habría escrito. Sé que sueno cobarde pero soy honesto. No vale la pena, de verdad. Saber que en cualquier momento podrías ser acribillado a balazos es demasiado agotador."

Roberto Saviano



"Cuando se despertó, con los ojos aún empastados y en los oídos los ruidos del día anterior, lo primero que hizo Nicolás fue comprobar el teléfono. Letizia le había respondido como esperaba, y también le había mandado una secuencia de corazoncitos.
Llegó a la escuela cuando eran las diez, y dado que ya iba con retraso consideró que media hora más o menos no cambiaría nada y se refugió en el baño para liarse un porro. En la tercera hora, si recordaba bien, tendría a De Marino. Era el único al que soportaba. O al menos no le resultaba indiferente. Lo que explicaba le importaba un pito, pero le reconocía la tenacidad. No se resignaba a que no lo escucharan y procuraba llegar al fondo de los muchachos que tenía enfrente. Nicolás lo respetaba por eso, aunque sabía que Valerio De Marino no salvaría a nadie.
Sonó el timbre. Ruido de puertas que se abren y pisadas en los pasillos. El retrete en el que se había escondido sería tomado por asalto dentro de poco, así que Nicolás tiró el resto del porro en el váter y fue a sentarse en su pupitre. El profesor De Marino entró mirando la clase y no como hacían los otros, para quienes el aula era sólo una pieza de la cadena de montaje. Cuanto antes se acaba el turno, antes se vuelve a casa.
Esperó a que llegaran todos y luego cogió un libro en la mano, que tenía enrollado como si fuera algo sin importancia. Estaba sentado en el aula y con aquel libro se tamborileaba una rodilla.
Nicolás lo observaba, despreocupado del hecho de que también De Marino lo estaba observando."

Roberto Saviano
La banda de los niños



"El bajo era como una porción de orden en el caos de los muros entre los que estaba encajado. Las pintadas de un grafitero se interrumpían al llegar a la puerta de caoba que Greta lustraba todos los fines de semana y continuaban pasado el marco de la ventana. Abrió la puerta, empujó dentro a los niños y se quedó en el umbral esperando a que Emma entrara también. Michelino y Susy se sentaron a una mesa ya puesta que separaba la cocina del resto de la casa, y ella, después de cerrar la puerta con tres vueltas de llave y entornar los postigos de la única ventana que había, encendió el fuego y puso a calentar pasta con salsa de albóndigas. Emma vio el televisor, lo encendió, zapeó hasta encontrar un canal en el que emitían dibujos animados, subió el volumen hasta que la voz de Masha ahogó el ruido de los coches que pasaban por la calle y se acercó a Greta.
[...]
Desde el día en que se sintió tocada por la gracia divina, se había vuelto más severa con él. Había renunciado al programa de protección, pero la trabajadora social le decía constantemente que era peligroso volverse atrás, que ella ya había hablado con la policía (y, aunque esto no se lo hubiera dicho, ya les había dado sus nombres) y le insistía en que no podía cambiar de idea.
Pero sí se podía, yo lo he hecho, se decía: antes ese era el único camino, ahora ya no. También Emma la llamaba para pedirle que se lo pensara o aparecía en su casa sin avisar, pero ella estaba segura. Estaba tan segura de su decisión que una noche, cuando iba a trabajar al hospital, se desvió para el puerto. Se acercó todo lo que pudo al mar, se aseguró de que no hubiera más testigos de lo que hacía que las gaviotas, sacó del bolso un envoltorio de trapos y lo arrojó al agua. Había hecho aquel hatillo para olvidar que dentro estaba la pistola con la que su hijo se había convertido en un asesino. La bola de trapos flotó unos segundos, luego se abrió y dejó caer al fondo la pistola. Eduardo ya no corría peligro, solo tenía que portarse bien. Pero él, en lugar de ser bueno como un cordero, le traía aquel engaño del préstamo y aquel préstamo seguro que era cosa de la banda de los Niños y ya solo eso era ofender a la providencia."

Roberto Saviano
Beso feroz




“El miedo es el instinto más vital, el que más hay que respetar. La cobardía es una opción, el miedo un estado.”

Roberto Saviano


"En México se puede ver a la perfección lo frágiles que son las democracias. En tiempos de crisis, el crimen organizado encuentra las mejores posibilidades para introducirse en las estructuras políticas y económicas."

Roberto Saviano


"Es raro decirlo, pero yo escribo de lo que escribo porque tengo esa formación. Me gusta mucho. Sobre todo, la poesía desesperada. Me gustan los poetas que no tienen miedo de la desesperación. De hecho, son los escritores que más me gustan."

Roberto Saviano


“Existen dos clases de riquezas. Las que cuentan el dinero y las que lo pesan. Si el tuyo no es el segundo tipo de riqueza, no sabes qué es realmente el poder.”

Roberto Saviano



“La coca es la respuesta exhaustiva a la necesidad más apremiante de la época actual: la falta de límites.”

Roberto Saviano


“La crueldad es esencial para conservar el poder. Sin crueldad puedes parecer débil, y los adversarios se aprovechan de ello. Es como con los perros: el que gruñe más fuerte se convierte en el macho dominante.”

Roberto Saviano


"La guerra del narco se libra en los mercados financieros de europa."

Roberto Saviano


"La mafia necesita a la democracia. Cuanta más democracia haya, mayor es el riesgo de que haya más mafia. Cuanto más libre sea un mercado, tanto mejor para el crimen organizado."

Roberto Saviano


"La muerte es un elemento esencial en su vida. Pero en México también es igual. Los chavales de los Zetas son idénticos a los yihadistas, por ejemplo. Su comunicación es parecida. Hice un estudio sobre esto, sobre la comunicación en narcos y yihadistas, es igual: escopetas, cabezas cortadas, coches… Igual. Los yihadistas miran mucho a los narcos y a los napolitanos. Es la muerte lo que tienen en común. Un camorrista nunca iría a la calle a matar indiscriminadamente y dejarse matar, porque no ganaría dinero con eso. Pero sí correría el riesgo de matar inocentes si es necesario para que su operación tenga éxito."

Roberto Saviano


“Los centros del poder financiero mundial se han mantenido a flote con el dinero de la coca.”

Roberto Saviano


"Me gustaría volver a Italia, pero a vivir. Me gustaría volver en moto."

Roberto Saviano



"Me he arruinado la vida."

Roberto Saviano


"Menos los españoles, todo el mundo sabe que España es un país donde los jefes del narcotráfico van a vivir."

Roberto Saviano


"Mientras haya capitalismo, habrá mafia, en Italia y en todo el mundo."

Roberto Saviano



"No se puede decir que España haya sido salvada por el narcotráfico, pero la banca sí."

Roberto Saviano




“Si hubieras invertido 1.000 euros en acciones de Apple a principios de 2012, ahora tendrías 1.670. No está mal. Pero si hubieras invertido 1.000 euros en coca a principios de 2012, ahora tendrías 182.000: ¡cien veces más que invirtiendo en el título bursátil récord del año!”


Roberto Saviano



“Si no gesticulara,  las palabras se ahogarían en mi garganta. Si no gesticulara, no lograría acompañarlas hasta el corazón de mi interlocutor. Si no gesticulara, hablaría por la mitad.”

Roberto Saviano



"Te sientes inflado como después de una comilona o de un trago de vino de la peor calidad. Un miedo que no estalla en los anuncios de las calles o en los diarios. No hay invasiones o cielos cubiertos de aviones, es una guerra que sientes por dentro. Casi como una fobia. No sabes si manifestar el miedo o esconderlo. No acabas de ver claro si estás exagerando o infravalorando. No hay sirenas de alarma, pero llegan informaciones de lo más divergentes. Dicen que la guerra es de bandas, que se matan entre ellos. Pero nadie sabe dónde se encuentra la frontera entre lo que es suyo y lo que no lo es. Los vehículos de los carabineros, los puestos de control de la policía y los helicópteros que empiezan a sobrevolar a todas horas no tranquilizan, casi parecen acotar el terreno. Quitan espacio. No calman. Circunscriben y hacen el espacio mortal de la lucha todavía más angosto. Y te sientes atrapado, hombro contra hombro, y el calor del otro te resulta insoportable.
(...)
Estar en situación de decidir sobre la vida y la muerte de todos, de promocionar un producto, de monopolizar un segmento de mercado, de invertir en sectores de vanguardia es un poder que se paga con la cárcel o con la vida. Tener poder durante diez años, durante un año, durante una hora. La duración da igual: vivir, mandar de verdad, eso es lo que cuenta. Vencer en la arena del mercado y llegar a mirar el sol directamente, como hacía en la cárcel Raffaele Giuliano, boss de Forcella, desafiándolo, demostrando que a él no lo deslumbraba ni la luz por excelencia. Raffaele Giuliano, que había tenido la crueldad de espolvorear con pimienta la hoja de un cuchillo antes de clavárselo a un pariente de uno de sus enemigos, a fin de hacerle sentir una quemazón lacerante mientras la hoja entraba en la carne, centímetro a centímetro."

Roberto Saviano
Gomorra














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