Almería

En ti se mira el mar bella Almería.
Alma del mar que toca con sus dedos
entre los verdes pámpanos, viñedos
con que corona a Baco Andalucía.
Crótalo de tu baile la poesía
que en el encanto de tu cante afina,
porque esta tierra es andaluza y fina
y cuando eleva con cordura y tino
de sus pámpanos verdes un racimo
¡A su trasluz se ve la luz marina!

Juan Morales Rojas



Cádiz

Ciega de tanta claridad tu orilla,
isla de blanca luz que reverbera.
Para la Historia, liberal semilla
de la que nace, al filo de tu espada,
fuego de libertad que es mancillada
por el francés que quiere dominarte;
mas del bronco cañón de Bonaparte
¡te burlas con tu gracia iluminada!

Juan Morales Rojas


Córdoba

La centenaria piedra al sol dorada;
Bética Madre en quién florece el río.
Campiña que arde al fuego del estío;
jara, espliego y tomillo, cumbre alada.

Por la cultura, tú, romanizada.
Por el Corán se pierde tu albedrío.
Te libra el fuego de la Cruz del frío,
teológico sentir, cristianizada.

Risueña en tus viñedos y olivares,
poetas te coronan de cantares,
prudente y sabia en tu filosofía.

Y entre callejas, plazas y rincones,
un cante jondo enciende corazones.
Y brota del nocturno tu Poesía.

Juan Morales Rojas


El duque poeta

Fue liberal, apuesto y aristócrata.
Fue popular, fue clásico, elegante.
En las fuentes de Homero y de Virgilio
la frescura encontró de sus romances.
El vetusto museo de Talía,
entre el mosaico de sus maquillajes,
en el arcón dorado de los tiempos
guarda la gloria de sus personajes.
Prendido entre los vuelos de su capa
un ritmo azul se trajo de Versalles.
Tenía una finura diplomática
y una arrogancia de oficial de Flandes.
Y cuentan que la gracia toreadora
de un caballero de andaluces lares.
¡Valiente Duque liberal de España!
Brazo en las Cortes del cercado de Cádiz
que aborrece al francés y al rey de España
desprecia altivamente por cobarde.
¡Quién lo viera paseando la elegancia
de su figura en las estrechas calles
de Córdoba, en el siglo diecinueve,
o recitando quedo madrigales
junto a los hierros de cualquier ventana
donde el amor bajo la luna nace!
¡Quién lo viera en los riscos de Hornachuelos
por los picachos donde anidan aves,
dando forma al Romanticismo hispano
que fértil en su noble frente arde!
¡Quién lo viera entre peñas del Bembezar
soñando su Don Alvaro gigante,
descansando a la sombra recoleta
del solemne convento de los Ángeles!
¡Quién lo escuchara componiendo versos
por aquellas terribles soledades
diciéndole a las breñas solitarias
la canción fatalista de la tarde...
¡Valiente Duque liberal de España!
Clásico, popular, fino, arrogante...
Poeta desterrado de su tierra,
poeta de tragedias inmortales.
Córdoba teje hoy, por tu recuerdo,
una corona de laurel y azahares
y engarzada con versos de poetas,
entre las glorias de sus madrigales,
a ti. Duque poeta, te la ofrece
¡Y que la ciñan en tus sienes ángeles!

Juan Morales Rojas



Eternidad en Montoro

La tarde se diluye entre los montes
entre un sopor estático de olivos...
El arrecife malva de los vientos
hojas juega de planta en remolinos.
¡Cuántas tardes iguales, ¡oh, Montoro!
fueron labrando tu erosión de siglos!...
¡Cuántas brisas suaves peinadoras
de ese suelto cabello de tus riscos!
¡Cuánto aroma de bálsamo de aceite
temblando en el alcor de tus molinos!...
Un pálpito de paz brota en los muros
dorados de tus viejos edificios:
edificios calientes con aleros
donde aves tiernas suspendieron nidos.
¡Cuántas noches iguales, ¡oh Montoro!
Viejas y estrellas duermen en tus quicios;
niños y perros juegan en tus plazas...
bajo tu puente pasan tiempo y río...
La vida se diluye entre tus montes.
Bajo tu amada tierra son los míos
canción de la nostalgia, acaso rosas,
polvo de siderales infinitos,
dulzura amarga en la borrada huella,
Eternidad de donde nacen siglos,
¡Cuánto aroma de tiempos, ¡oh Montoro!
¡Qué jugar de tu plata en remolinos!
Un pálpito de paz vive en tu brisa...
bajo tu puente pasan tiempo y río...!

Juan Morales Rojas


Soneto a Andalucía

Cielo azul entre campos soleados,
desde Jaén a Córdoba la Llana.
Una lírica gracia sevillana
y un bálsamo de olivos plateados.

Carabelas y afanes preparados
al alborear en Huelva la mañana,
de la gloriosa gesta americana
de marinos por Dios iluminados.

Cádiz, napoleónica e isleña.
Gloria mediterránea malagueña.
Y un mar de fandanguillo en Almería.

España admira, absorta y asombrada,
la infinita belleza de Granada.
¡Belleza sin igual de Andalucía!

Juan Morales Rojas


Viento

Y tan sólo en un momento
se cambió el aire de nombre
y quiso llamarse viento.
Viento para las ramas
del peral
que fue arrancando
y dejando
que, doradas, mustias, yertas,
volaran sus hojas muertas...
Fue tan sólo en un momento:
El aire se volvió brisa
y la brisa se hizo viento.
¡Y a volar!..
Hojas doradas,
¿A dónde iréis a parar?
¿Un remolino de oro,
la casa, el campo, la cal
llena de un azul de cielo,
de un azul de Inmensidad?
Brisa, viento, hojas doradas
¿está en el Cielo la mar?
¡A volar, hojas doradas!
¿A dónde iréis a parar?...

Juan Morales Rojas






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