Amarga posesión

Tener amor, tenerlo por entero,
es ya perder amor, verlo alejarse,
porque amar y sentirse amado es darse
al instante -al engaño- pasajero.

(Amó y no tuvo amor, y el verdadero,
el que en vano esperó, más que apagarse,
le fue creciendo dentro hasta encontrarse
al amor en el pecho prisionero.)

No es ser dueño, al amor no se domina:
cuando cubre la nube la colina,
su sed la altura no mitiga, esconde.

Por un túnel de negras rosas vamos
al amor, pero sólo lo encontramos
al soñar –al vivir– sin saber dónde.

Juan Rejano


Canción del Guadalquivir

1

Vengo de un pinar serrano
y llego a la mar amarga
con un lucero en la mano.
Bajo la luz la canción
la esperanza –las adelfas-
ciñiéndome el corazón.

Nieve doy en Cazorla,
la sierra fría.
Barro claro en Andúajar,
la alfarería.
En Córdoba la lengua
de cien molinos.
Un espejo en Sevilla
de cristal fino.
Verde aceituna,
en Sanlúcar no muero,
muere la luna.

2

Entre jara y olivar
comienza mi vida, acaba
entre el racimo y la sal.
Oleo llevo en la garganta,
mi cuerpo es de trigo y mosto,
de arena y nardo mi planta.

Las cosechas, los frutos
me abren orilla,
las canciones del hombre
su maravilla.

Yo también voy cantando,
rumbo al olvido,
para que el hombre tenga
paz en su nido.
Hasta las penas,
vestidas de esperanza
van por mis venas.

Juan Rejano Porras



Dos tiempos de llanto

1

Como un terrón que escapa del surco hacia los cielos,
cargado de asperezas y fragancias,
apareciste, hermano.
Contigo se elevaron la espiga y la paloma,
el íntimo perfume del romero,
el balido inocente de la oveja más tierna.
Te recuerdo invadido de rumores
 como un olivar triste,
con la frente combada hacia la aurora
y un clavel horadándote las manos.
Te recuerdo de miel y espino seco.
En tus abarcas de pastor llevabas
todo el rocío virgen, todo el fuego
increado del alba;
en tu zamarra un áspero rumor de encinas graves
y más adentro,
sobre tu corazón, la voz del río
donde, embriagado ruiseñor, creciste.
Oh, cantor milagroso de la ternura agreste,
un mastín te guardaba la osamenta
 y a la puerta encrespada de tus venas
 suspiraba una alondra.
 Eras una raíz tan amorosa,
erguida con tal furia entre los hombres,
que se te oía correr la sangre hermosa
 como un galope de caballos jóvenes
sujetos por un freno de alhelíes.
Un temblor de amapolas y trigales maduros
se asomaba a tus ojos
y una violenta sed te rodeaba,
una sed escondida
en los siglos de llanto,
en el hombre, en la piedra, en las retamas
que a nuestros campos dieron
su inmemorial tristeza.
Tierra tú mismo te nombraste, tierra,
y de la tierra fuiste a despertar al pueblo,
a ceñirle coronas,
a restañarle heridas
cuando la soledad y la agonía
como rosas de espanto a su sien se asomaban.
Ay, tu gloria fue entonces,
tus matinales nupcias con lo eterno.
Nadie puede decir cuándo morimos
para nacer al alba perdurable,
pero en aquella unión de sangre y tierra
te brotaron entrañas en la entraña,
alas crecieron de la pana honrada
que tu cuerpo vestía,
y tu canción se alzó sobre la muerte,
heroica, deslumbrante,
porque a la muerte misma se ofrendaba.
Solitario cabrero del verbo apasionado,
allí sigues viviendo, en ese instante
conmovido respiras,
sueñas,
cantas.
No has muerto, no pudieron
matarle los que a golpes de rencor te mataron.
La tierra no perece, y tú eres tierra,
toda la noble tierra de España que ahora cubre
tantos sueños tronchados.
Tú eres, niño de fuego, la esperanza.

2

Como un lucero herido que a la tierra desciende
después de dar su luz al mundo ciego,
partiste hacia las sombras.
Mírame aquí cantando con mis lágrimas
tu ausencia irreparable,
los enlutados ecos de tu canto.
Entre mis manos guardo su fulgor que no cesa:
España, tu gemido de fruto desangrado.

Juan Rejano Porras
Al morir el poeta Miguel Hernández


El nombre

Si escribo gratitud, si escribo amor,
solo ofrezco unos signos. Signos. Nada.

Puedo escribir también pan, libertad,
y acaso se me quiebren las palabras.

Yo escribo en mis adentros hombre y pueblo,
y algún sentido tiene ya la fábula.

Lo más profundo siempre está en el nombre:
México, Cárdenas.

Juan Rejano Porras





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