Así es Cumaná
Gente, paisaje y ternura
forman en la tierra mía
un oasis donde el día
vierte la expresión mas pura
de color y su pintura.
El sol le dan en plena cara
y la transparente para
que no haya en su recinto
sordidez de laberinto
ni dobleces de mampara.
Julio Zerpa
El hombre
El amor lo inventó Dios
para el reino de la paz,
pero el hombre es incapaz
de partir su pan en dos
y vive en un mundo atroz,
pues en bases del egoísmo
edifica su humanismo
y en su trágico episodio
cultiva el amor con odio
destruyéndose a sí mismo.
Julio Zerpa
El hombre y la esperanza
El hombre y la esperanza que lo mueve
habitan una misma soledad.
Aquí con duro sol, allá con nieve,
el dolor es su sola vecindad.
Si el cielo de la espiga un soplo leve
caer deja en su dura intimidad,
afluente del sudor el grano breve
esparce esa amorosa claridad.
Hay un lento camino, un cauce largo
-trayectoria del trigo al pan amargo-
entre el hombre y su espiga de esperanza.
Pero el amor que lo fecunda todo
cava la árida tierra, la hace mansa,
y transparenta el ámbito del lodo.
Julio Zerpa
Soledad y amor
Del lado del amor tu boca espera
al duendecillo que su huella imprime
en el labio, y sin herir redime
de la cruel soledad y su quimera.
La soledad es la voraz hoguera
que se alimenta de lo que reprime.
El amor la esperanza que se esgrime
al tiempo mismo de la primavera.
La soledad es un camino largo
y la mujer no debe seguir sola
cuando el amor le desarruga el ceño,
porque el amor es la sedienta ola
que recorre la costa del letargo
y conmueve a los ángeles del sueño.
Julio Zerpa
Tiempo de amar
Te he tenido en mis brazos tantas veces
que me sé de memoria tus latidos.
Conozco tus deseos inocentes
e intuyo lo que quieres sin pedirlo.
Te inhibes hoy. Mañana te sucedes.
Tu ardiente geografía he recorrido,
venciendo la violencia del relieve
y el sí y el no en que gira tu capricho.
A la paz vegetal de tus caricias
he soltado a pacer tanto mis besos
que siento que se agotan tus espigas.
Tal vez por eso selles con silencios
lo que fue, lo que es, lo que seria
la cosecha predial de tus tres tiempos.
Julio Zerpa
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