"A veces uno toca un cuerpo y lo despierta, por él pasamos la noche que se abre, la pulsación sensible de los brazos marinos y como al mar lo amamos, como a un canto desnudo como al solo verano."

Homero Aridjis Fuentes 


"Al hablarte me escuchas desnuda de conceptos, renuncias a ti misma para volverte aire."

Homero Aridjis Fuentes 

Ayer y hoy

Tu paso, como una sombra,
era difícil de seguir,
y al perderte en una esquina
sólo quedaba en mí, como en la calle,
un vago sentimiento de vacío.

Tu cimbreo, tu cintura
me estremecían
y el jardín parecía tener más rosas
y el verano calor,
pues en mis labios de niño aún no había
la palabra que define al amor.

La edad nos separaba,
como a dos cuerpos,
no de tamaños distintos,
sino de espacios diferentes.

Y mis manos asiéndote,
mis brazos abarcándote,
no podían asirte,
no podían alcanzar tu cuerpo, tu mirada.

Homero Aridjis


Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina...

"Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina
su rostro reflejado atraviesa cristales
y finalmente se instala en todo brillo

Sus dedos trenzan en el aire
los bellos frutos de los días de mayo

Muda en la respiración muda de las cosas
la voz de una mujer pasa buscándola

Desnuda en el esplendor irreparable
sus ojos se abren como un río

de luz y de sonido."


Homero Aridjis


"Cuando sólo tenga la eternidad para ofrecerte, una eternidad de voces y de olvido, una eternidad en la que ya no podré verte ni tocarte ni encelarte ni matarte, cuando a mí mismo ya no me responda y no tenga día ni cuerpo entonces seré tuyo entonces te amaré para siempre."


Homero Aridjis Fuentes 





Déjame entrar...

Déjame entrar a tu íntimo alfabeto
para saber lo tuyo por su nombre
y a través de tus letras
hablar de lo que permanece
y también de auroras y de nieblas
Déjame entrar para aprenderte
y girar en tu órbita de voces
hablándote de lo que me acontece
describiéndote a ti
Quiero dar testimonio a los hombres
de tus enes y tus zetas
desnudarte ante ellos como una niña
para que todos se expresen con acento puro.

Homero Aridjis


"Deseo. Dos llamas que apagan su calor cuando están más fundidas, y tienen más desolación cuando parecen más unidas."

Homero Aridjis Fuentes 




"Desnuda en el esplendor irreparable sus ojos se abren como un río de luz y de sonido."

Homero Aridjis Fuentes 


"Dos cosas constantes te revelan, te tienen de cuerpo entero en el instante, y son la cama y la mesa de madera, hechas a la medida del amor y del hambre."


Homero Aridjis Fuentes 



En el comedor de mi casa
tuve mis primeros amores:
Dickens, Cervantes, Shakespeare
y el otro Homero.

Homero Aridjis


Erótica

Globos
El deseo perfora
en la clara dureza de su cuerpo,
delgadeces empujan en su vientre
un temblor que si se agita salta,
ritmos balancean bajo su pecho
viva abundancia que el deseo persigue
con una sombra flaca.

Deseo
Dos llamas que apagan su calor
cuando están más fundidas,
y tienen más desolación
cuando parecen más unidas.

Pareja
Dos cuerpos que agotan su fervor
en otro cuerpo,
que es suyo y no es suyo
al mismo tiempo.

Homero Aridjis


"Hay siglos en los que no pasa nada y años en los que pasan siglos."

Homero Aridjis


"La ciudad se ilumina para nuevas proezas."

Homero Aridjis Fuentes 




"La poesía es poner la vida en palabras."

Homero Aridjis Fuentes 




"Ni un momento he dejado de ver en este cuerpo la forma de tu ausencia."


Homero Aridjis Fuentes 





Poema de amor en la ciudad de México

En este valle rodeado de montañas había un lago,
y en medio del lago una ciudad,
donde un águila desgarraba una serpiente
sobre una planta espinosa de la tierra.

Una mañana llegaron hombres barbados a caballo
y arrasaron los templos de los dioses,
los palacios, los muros, los panteones,
y cegaron las acequias y las fuentes.

Sobre sus ruinas, con sus mismas piedras
los vencidos construyeron las casas de los vencedores,
erigieron las iglesias de su Dios, y las calles
por las que corrieron los días hacia su olvido.

Siglos después, las multitudes la conquistaron de nuevo,
subieron a los cerros, bajaron a las barrancas,
entubaron los ríos, talaron árboles,
y la ciudad comenzó a morir de sed.

Una tarde, por una avenida multitudinaria, una mujer
                                                                         vino hacia a mí,
y toda la noche y todo el día
anduvimos las calles sin nombre, los barrios desfigurados
de México-Tenochtitlán-Distrito Federal.

Entre paquetes humanos y embotellamientos de coches,
por plazas, mercados y hoteles,
conocimos nuestros cuerpos,
hicimos de los dos un cuerpo.

Cuando ella se fue, la ciudad se quedó sola,
con sus muchedumbres,
su lago desecado, su cielo de nebluno
y sus montañas invisibles.

Homero Aridjis



Polvo de ti en el cielo ensimismado...

Polvo de ti en el suelo ensimismado
cuencos de ti hasta el fondo y por arriba
agua de ti me baña las palabras

Cópula de vulnerables y prosigue
números sin salida te denuncian
el sol la tarde el grito son un mismo ojo

Todo es agua en la noche compartida
Me descubro en tu antemuro como cuerpo
Emerges niebla      Yo los dedos adheridos

Mujer preservas el trigo hasta el verano
Aglomeración de luz es la tiniebla
Hay mesura en tus fugas        me desplazo

Eres causal cuando te heredas
estás llena de afecciones y habitada
qué azul sereno agradecida

Antes de hablar ya tengo tu vestigio
claridad de seres         sacramentos tuyos
Déjame buscarte cuando pasas

Esto es el mundo       sumisión de arena
abrazo de cálida penuria
escribir en tus ojos hacia dentro

La mujer sonrisa doble lo ha sabido
Continua y ascendiendo la luz de la fatiga
Te inmensas por el campo        Ya no estás

Homero Aridjis


Por el silencio sigues...

Por el silencio sigues
embriagada y sonámbula

Detrás de los espejos
se desnuda tu nombre

Difusa entre las lámparas
es mortal tu pupila

Naciendo con el día
llevas un luto largo
de vasijas y cuerpos

Tu revelación no cesa nunca
en la noche sin huellas

Al fondo de tu voz que niega
hay otra voz que afirma

Tus dioses desplazados
se recrean sigilosos
en la realidad invisible.

Homero Aridjis



Profecía del hombre

Las nubes colgaron como hollejos
los ríos se estancaron muertos
se extinguieron las aves y los peces
en las montañas se secaron los árboles
la última ballena se hundió
en las aguas como una catedral
el elefante sucumbió
en el zoológico de una ciudad sin aire
el sol pareció una yema arrojada en el lodo
los hombres se enmascararon
sin noche y sin día
caminaron solitarios por el jardín negro.

Homero Aridjis
 en Quemar las naves (1975)



"... Sólo la noche posada en tus cabellos,
la noche raspándonos los ojos,
la noche uniéndonos y separándonos..."

Homero Aridjis

"

"Tiene la medida de mi sueño los ojos de mi infancia ama lo que yo amo lo que no retorna lo que no llega todavía se levanta en mis párpados y de ahí hace volar sus sueños."

Homero Aridjis Fuentes 


"Tu cimbreo, tu cintura me estremecían y el jardín parecía tener más rosas y el verano calor."


Homero Aridjis Fuentes 


Un poema de amor

"Cuando hable con el silencio
cuando sólo tenga una cadena
de domingos grises para darte

cuando sólo tenga un lecho vacío
para compartir contigo un deseo
que no se satisface ya con los cuerpos de este mundo

cuando ya no me basten las palabras del castellano
para decirte lo que estoy mirando

cuando esté mudo de voz de ojos y de movimiento

cuando haya arrojado lejos de mí
el miedo a morir de cualquier muerte

cuando ya no tenga tiempo para ser yo
ni ganas de ser aquel que nunca he sido

cuando sólo tenga la eternidad para ofrecerte
una eternidad de voces y de olvido

una eternidad en la que ya no podré verte
ni tocarte ni encelarte ni matarte

cuando a mí mismo ya no me responda
y no tenga día ni cuerpo

entonces seré tuyo
entonces te amaré para siempre."

Homero Aridjis Fuentes 


"Una palabra corta en dos tus labios."


Homero Aridjis Fuentes 





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