"Como se ha dicho, entre aquellos que miraron estaba Quetzalcóatl, también llamado Ecatl, y después Totec, o el señor del anillo, y tam -bién el rojo Tezcatlipoca. Después, aquellos que se llaman a sí mismo serpientes nube."

Bernardino de Sahagún
La Historia General de las Cosas de Nueva España
Tomada del libro La odisea de los dioses de Erich von Däniken, página 210


"Cuando llega la noche, todos se asustan mucho, temiendo que, como dice, el fuego no caiga de forma apropiada. Porque, en ese caso, todo resultaría destruido, el fin habría llegado, y se haría la noche para siempre. El sol no volvería a salir nunca más, y sería de noche para siempre. Los monstruos Tzitzitzimi saldrían y destruirían al género humano […]. Y nadie se tumba en el suelo, sino que la gente se sube a sus azoteas. Hasta tal punto todos están en la creencia mágica de que se debe prestar atención a los cielos, a las estrellas cuyos nombres son “las muchas” y “el fuego”."

Bernardino de Sahagún
La Historia General de las Cosas de Nueva España
Tomada del libro La odisea de los dioses de Erich von Däniken, página 209



"Cuando aún era de noche,
cuando aún no había día,
cuando aún no había luz,
se reunieron.
Se convocaron los dioses
allá en Teotihuacan."

Fray Bernardino de Sahagún
Códice Matritense


"Ésta es nuestra gloria.
Éste es tu mandato.
¡Oh, dador de la vida!
tenedlo presente, oh príncipes,
no lo olvidéis.
¿Quién podrá sitiar a Tenochtitlan?
¿Quién podrá sitiar los cimientos del cielo...?
Con nuestras flechas,
con nuestros escudos,
está existiendo la ciudad,
¡México-Tenochtitlan subsiste!"

Fray Bernardino de Sahagún
Cantares mexicanos


Los toltecas eran sabios,
sus obras eran buenas, convenientes,
todas bien planteadas, maravillosas...
Eran cuidadosos de las cosas divinas,
sólo un dios tenían,
lo tenían por único dios,
lo invocaban, le hacían súplicas,
su nombre era Quetzalcóatl.
Y eran tan respetuosos de las cosas de dios,
que todo lo que les decía
su sacerdote Quetzalcóatl
lo cumplían, no lo deformaban.
Él les decía, les inculcaba:
Ese dios único,
--dios dual: Nuestra madre, Nuestro Padre--
Quetzalcóatl es su nombre,
nada exige,
sino serpientes, sino mariposas
que vosotros debéis ofrecerle
que vosotros debéis sacrificarle. 

Fray Bernardino de Sahagún
Códice Matritense












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