Cuando digo astrología no entiendo en realidad aquella que mide la grandeza y los nódulos de las estrellas con método matemático, arte segura y noble, llena de dignidad por méritos propios..., sino la que prevé el futuro en el curso de las estrellas... falaz especulación... sostenida por charlatanes... cuyos cultores se llamaron otrora, según sus orígenes, caldeos, o, a tenor de la profesión, genetlíacos.

Giovanni Pico della Mirandola
Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 119


Si las fábulas astrológicas no se basan en la razón ni dan fe de experimento alguno, ¿por qué ha de admitirlas el sabio? ¿O es que hay que creerlas oráculos y aceptar como cosas divinas las que hemos confutado como irracionales, imitando a los astrólogos que remiten a las estrellas todo lo que los hombres hacen sin razón, y atribuyendo, por seguir el ejemplo de ellos, los delirios de los hombres a los dioses?

Giovanni Pico della Mirandola
Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 122


Cuanto los filósofos griegos han pensado correctamente en materia de filosofía natural, gracias a demostraciones racionales, no lo han tomado en ningún sentido de los egipcios; de los egipcios no han tomado más que cosas tocantes al culto y a la astronomía. Y de ello es prueba que, cuando se trata de astronomía y de misterios, siempre los vemos citar a caldeos y egipcios..., pero en lo concerniente a pensamientos filosóficos jamás los encontramos mencionados en Platón o en Aristóteles...
Los que están inmersos en una teoría suelen remitir todo a ella, y no por ambición de explicarlo todo con ella solamente, sino porque les parece que verdaderamente es así. Porque la captan como quien anda por la nieve, a quien todas las cosas acaban por parecer blancas...; como quien ama desesperadamente y en todo ve el semblante de la amada... Así, quien es teólogo y nada más que teólogo todo lo remite a causas divinas; quien es médico, a los hábitos corpóreos, así como el físico a los principios naturales de las cosas, el matemático a números y figuras, según hacen los pitagóricos. Del mismo modo, siendo de los movimientos celestes y a la observación de los accidentes de las estrellas... todas las cosas eran estrellas para ellos y a éstas remiten todo de buena gana...
(Los astrólogos) no han considerado suficientemente la realidad física, de modo que pueden entender qué es lo que distingue la causa universal de las particulares, cuál es la función de aquéllas y éstas, qué conviene y qué repugna a la sustancia de los cielos, qué es sustancia y qué accidente... qué diferencia hay entre las obras de la naturaleza y del artificio humano, si un signo puede indicar una cosa sin ser causa de ella.

Giovanni Pico della Mirandola
Disputationes
Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 122-123


Tú admiras una ciencia perfecta en Aristóteles y yo lo admiro contigo. La causa suya, dices, es el cielo y la configuración estelar bajo la que nació Aristóteles. Yo niego esto: y no tanto por el motivo trivial de que muchos, nacidos bajo la misma estrella, no hayan sido Aristóteles, como porque, además del cielo, bajo el que como causa universal salieron a la luz lo mismo los cerdos de Beocia que los filósofos áticos, hay causas cercanas, propias y peculiares de Aristóteles a las que podemos remitir el singular adelantamiento del mismo... Le cayó en suerte un alma buena y no por el cielo;... y un cuerpo..., que tampoco provino del cielo, sino de sus progenitores... El ingenio, que es incorpóreo, no viene de los astros, sino de Dios, lo mismo que el cuerpo le vino de su padre y no del cielo.

Giovanni Pico della Mirandola
Disputationes

Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 124-125



Nulla est scientia quae magis nos certificet de Divinitate Christi quam Magia et Cabala.

Giovanni Pico della Mirandola









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