“Cuanto la luz supera a lo luminoso, y a la verdad a lo verdadero, y cuanto más excelente es la causa infinita que el efecto finito, con tanta mayor eficacia prueba eso la inmortalidad del alma.”

Pietro Pomponazzi



“Cuanto más sobresaliente y virtuoso sea un hombre, menos será movido por la esperanza y el miedo; y cuando más débil y pecador sea, más se sentirá impulsado por ellos. El hombre justo, ‘que nada teme, que nada espera, es el mismo en la prosperidad y el infortunio.”

Pietro Pomponazzi


"El hombre es un microcosmos, es decir, un mundo pequeño, de donde entenbdemos que en el hombre hay un órgano principal del que todos los demás, por diversos que fueren, dependen... Respecto de esta comparacvión, en otra parte sostuve que este mundo estaba gobernado por los cuerpos celestes, porque éstos son como el corazón... Tienen movimientos diversos, si bien todos ellos gracias al corazón, gracias al cielo, se entiende... Decimos de los superiores que no solo concurren por efectos irracionales, sino también totalmente racionales... todos éstos son gobernados por aquellos cuerpos, que dominan el nacimiento, el aumento, la disminución y el ocaso... Diréis: "si es así, Dios es injusto". Yo lo niego y afirmo que eres un animal..., porque... no es posible obrar de otro modo; está claro que no todos pueden ser reyes y príncipes. Ya que para que existe un hombre o un animal es preciso que haya un miembro principal y no es posible que todos los miembros sean iguales en sus funciones, pues de lo contrario ni habría hombre ni animal; así, si ha de haber mundo, no por ello todos han de ser iguales, del mismo modo que para que existe un pueblo no es preciso que haya solo príncipes. De lo contrario es evidente que no habría ni mundo ni pueblos, razón por la que no se sigue que haya injusticia..."

Pietro Pomponazzi



“El simple entendimiento del alma conoce de manera intuitiva todas las cosas: el racional entiende discursos desconociendo de una cosa a otra y temporalmente; esa servidumbre delata su imperfección y su materialidad: ésas son precisamente los condiciones de la materia.”

Pietro Pomponazzi



"En cuarto lugar todas las religiones (leges), tanto las que tuvieron vigencia como las que la tienen, defienden que el alma permanece tras la muerte; y así estamos ante algo extraordinariamente difundido en todo el orbe. Por lo cual, o es necesario sostener que el alma es inmortal, o bien todo el mundo está engañado y lo conocido sería completamente falso."

Pietro Pomponazzi
Tratado sobre la inmortalidad del alma


“Hay unos seres que existen completamente separados de la materia; por consiguiente, esos seres, en su conocimiento, no necesitan del cuerpo ni son conocidos por el cuerpo, pues son moventes, no movidos, ésos son las sustancias separadas que llamamos intelectos o inteligencias.”

Pietro Pomponazzi


“La diferencia entre la inteligencia y el entendimiento humano está en el depender del órgano: el entendimiento humano recibe y es perfeccionado por el objeto corporal, ya que es movido por él; en cambio, la inteligencia no recibe nada del cuerpo celeste, sino que tan sólo le da algo.”

Pietro Pomponazzi


"Se llama magia porque sólo los más sabios de los hombres la comprenden, y las cosas más secretas pertenecen a los sabios (ocultissima sunt sapientum)... y la palabra "mago" significa en persa sabio... Los ángeles y los demonios se han introducido a causa del pueblo y quienes los han introducido sabían bien que no podían existir en realidad... Pero los hombres vulgares que no son filósofos, son realmente como animales (veluti bestiae)... El lenguaje de las religiones (sermo legum), como dice Averroes en su "poética", es semejante al de los poetas... Tales fábulas sirven para conducir a la verdad y para instruir al tosco vulgo, al que es necesario inducir al bien y alejar del mal, como se hace con los niños con la esperanza del premio y el miedo del daño."



Pietro Pomponazzi
De incantationibus
Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 138-139

"Siendo el cambio de las religiones el máximo de los cambios, y siendo difícil el paso de lo acostumbrado a los sumamente insólito, es preciso que la sucesión de la nueva religión se acompañe de milagros extraordinarios y pasmosos. Por esto, los cuerpos celestes, en el advenimiento de una nueva religión, han de hacer aparecer hombres hacedores de milagros. Hombres de tal índole que puedan provocar y eliminar las lluvias, el granizo y los terremotos, dar órdenes a vientos y mares, curar toda suerte de enfermedades, descubrir los secretos, predecir el futuro y recordar el pasado, e ir más allá del sentido común de la gente. De otro modo no podrían introducir nuevas religiones y nuevas costumbres bien diferentes. Así, las fuerzas derramadas en las hierbas, en las piedras y en los animales racionales parecen concentrarse en estos hombres por don de Dios y de las inteligencias, tanto que con razón se les cree hijos de Dios (Dei filii rationabiliter creduntur)."

Pietro Pomponazzi
De incantationibus, XII

Tomada del libro de Eugenio Garin El zodiaco de la vida, página 138-139
















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