Cuento infantil

Sentado en mis rodillas, muellemente,
todo entregado a mí, mi muchachito,
dice en su media lengua: «Papaíto,
contáme el cuento del gua-guau valiente.»

«Bien; escúchame, pues, juiciosamente:
Hubo lejos, muy lejos, un perrito...»
«No, eso no; yo quiero el del chiquito
que se cayó una vez en una fuente.»

«¡Ah! ¡Muy bien...! Cierta vez una señora
muy buena, pero muy conservadora,
que se llamaba, escucha bien, Filipa,

se compró por dos pesos una lora...»
«No quiero que me cuentes ese ahora:
¡Contáme el cuento de la buena pipa!»

Juan Manuel Jordán

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