Empieza a perdonar

Empieza a perdonar, corazón mío.
Serénate, ave loca, que es la hora.
Estamos ya muy lejos de la aurora,
y hay sombra en torno, soledad y frío.

Deja que el tiempo, en su flotante río,
arrastre tus agravios; calla, y ora,
y no inflames tu carne pecadora
con la torpe arrogancia del impío.

Empieza a perdonar... ¡tú tienes tanto
que lavar en las aguas de tu llanto,
tal como en un Jordán copioso y triste..!

No te erijas en juez, ¿con qué derecho?
Y en vez de recordar lo que te han hecho,
¡solloza, corazón, por lo que hiciste..!

Gustavo Sánchez Galarraga



Meditación

Yo no sé si hay un alma misteriosa
en todo ser; pero la voz arcana
del corazón me grita: cada cosa
pide un poco de amor…
La gota enana
que filtra el muro, que manchó la hiedra;
el árbol secular que da al viajero
música, sombra y paz;
la tosca piedra
que hizo temblar tu pie sobre el sendero;
el sol, la fiera, el céfiro, la rosa,
el ruiseñor de líricas escalas,
hasta la linda y tenue mariposa
que sacude un crepúsculo en sus alas,
todo demanda amor, y todo sella
una súplica unciosa, eterna y santa,
que desde el polvo oscuro se levanta
hasta el fleco lejano de la estrella.

Como reparte el vencedor su palma,
pon, hermano, con ansia fervorosa,
el alma de tu amor en cada cosa,
y en cada cosa encontrarás un alma.

Gustavo Sánchez Galarraga











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