Ente ante todo

Haré un trabajo valiente
Cual caballero con su semblante
Intentando en un instante
Captar el momento ferviente

Soy en secreto tu amante
Y espero impaciente
En un segundo o eternamente
Volver a ser fuego incesante

Arrasamos el ambiente
Con un aire asfixiante
Y la canción erotizante
Nos borrará del presente

El corazón palpitante
El exterior inexistente
La palabra excitante
Y la boca ardiente

Respiros exhalantes
Almas presentes
Lugares hirvientes
En olores impregnantes

Las uñas lacerantes
Se clavan en la espalda candente
Y dos sonidos armonizantes
Se sonríen complacientes

Y descansamos inconscientes
En cenizas restantes
De este lecho llameante
Donde nos descubrimos mutuamente.

Ignacio Epuñan Aguilar












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