Fui contigo tan cruel

Callábamos los dos ... En mi tormento
resistí mi dolor altivo y fuerte,
y así sin comprender tu sufrimiento
fui contigo tan cruel hasta la muerte.

Y en la nocturna y apacible calma
de aquella noche tétrica y sombría,
escuchamos los dos dentro del alma
el grito del amor que se moría.

Hubo un silencio sepulcral ... La brisa
recogió el cascabel de tu sonrisa
que en la nocturna calma se diluía.

Y al mirarla otra vez en el encanto
de su inmenso dolor, se cubrió en llanto
su rostro de mortal melancolía...

Gonzalo Dobles Segreda



Tuve miedo

Tuve en mi mano,
siempre afectuosa,
tu blanca mano como una rosa,
casi un botón,
y al estrujarla junto a la mía
me parecía
que estaba ahogando tu corazón...
y tuve miedo de hacerte daño,
de lastimarte sin intención,
y salí huyendo de tu belleza,
de tus encantos, de tu pureza,
mientras lloraba por el camino
calladamente mi corazón...

Gonzalo Dobles Segreda




















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