Hermana

Que difícil es pedir,
que alguien te quiera escuchar,
cuando hay algo que te mata,
y quieres llorar ...

Pero ahí estuviste tú,
mi amiga, compañera, confidente,
pues contigo desahogué
las nostalgias del ayer,
en aquel presente ...

¿Y cómo sentiré tu último abrazo?
si ya no estás.
¿Y cómo estar triste?
si es el paraíso,
el lugar donde te fuiste...

Siento cada noche el respiro,
de un alma feliz, y callada,
de la joven siempre amada,
y le lloro a las estrellas
tu partida inesperada ...

Sólo me queda decirte,
avergonzado, y perdido,
como a ti,
a nadie jamás había querido...
mi amiga, mi hermana.

Gabriel Belmonte

No hay comentarios: