Mujer que apuesta

Será que ese lugar te pertenece.
¿Será esa parte de monte inexplorado
con tanta mata que ellos han sembrado,
a ti te toque separar y ararlo?...
¿Será quizá tarea merecida
tirar semillas e incipientes riegos,
para ver que la crianza es todavía
un hecho claro, posible y prevalente?
¡Si no es la gente la que determina!
¡Si es la materia de quien no lo mira!
¿Porque… la danza de vivir la vida
a la absurda penitencia te convida?
Tú, que entronizado azahares en un cuadro
con matices de otras alegrías,
resurges viejas plegarias olvidadas
inscribiendo calma en dolorosos días.
A la vida “Mujer", que entra en tu ruedo,
quizá no debas rechazarle nada,
quizá te deba ella unos peniques
que debieras por noble recibirle
y,
atenta al juego, sin ninguna pena,
redoblarle la apuesta y no rendirte.

Griselda Gonino


No dejaron de ser

Aprehendido el poema va el soneto
que luego plasman orgullosos libros,
donde comprometida la pluma cual un silbo
viste al verso concediéndole el concreto.

No me sorprendo si aquello me limita!...
pues en mi mundo de poeta se da cita,
un llamado corazón que le obedece
a una razón, que elemental palpita.

Es la amada precencia que transciende
impulsándome al recuerdo viejos bardos,
etéricas figuras...madrigales me encienden.

Dilectos trovadores, cantarines chispeantes
manténgame sellada en sus pilares
y el recuerdo de que Vivir, ya es bastante.

Griselda Gonino




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