"Nunca doy por bueno lo primero que escribo y un libro no lo dejo hasta que estoy convencido de que no tengo nada más que añadir. Por eso digo que la poesía es una revelación, un complejo de misterios y matices que te vinculan a tu propia esencia como ser humano y al mundo en el que vives."

Ignacio Caparrós


Resurrección

Razones guarda el pecho en su congoja,
que el alma no comprende, alborozada.
¿De qué se ríe el mirlo en la enramada?
¿Por qué es perfecta aquella rosa roja?

En su cendal el aire se deshoja,
derrama ácida luz alucinada.
El mar está cantando. Nada, nada...
Escapa a ese sentir que no te aloja.

Quien tañe una campana tras la bruma,
avanza hacia la paz de un ancho puerto,
con que el vino celebre su agonía.

Olvida tu dolor, amigo. Exhuma
al hombre que en tu pecho llevas muerto
e invítale a beber de tu alegría.

Ignacio Caparrós



Mas la verdad ignora su simiente,
como la mano el fruto de su angustia.
Y así, en este ara abyecta
para el ruin sacrificio de deseos y afanes,
me inmolé en la palabra, relegado,
como ladrón de nubes que atesoran tormentas.
Y supe que vivir consiste en aprender 

a morirse sin otro empeño
que entregar en sazón los frutos del espíritu.

Ignacio Caparrós



Mentiras

La verdad es mentira, el amor un engaño,
la amistad, mientras dura, algún tanto por ciento
y, si nada, el olvido, la transferencia urgente
a otra espalda corriente que abrazar con más rédito.

Ignacio Caparrós



“Mientras siga yo en pie, aunque solo y con asco,
porque da asco pujar en el sucio mercado,
cuya parca presea, ofrecida en sus tiendas,
es la rosa en los labios del cadáver que somos.”

Ignacio Caparrós



“Si me mantengo en pie contra nubes y sombras
que en lo oscuro me acechan para ver cómo caigo,
para ver cómo pueden cercenarme las alas
con espadas de incuria o taimados puñales.”

Ignacio Caparrós



Solo un consejo

Corazón y alma a tu trabajo entrega,
no importa el tiempo que hayas empleado
en alcanzar el fin que te impusiste.
Esquiva es la materia con que el Arte
construye sus etéreas maravillas
y más cuando concentra en las palabras
el don de provocar extrañamientos.
Si entre los elegidos te encontrases,
aprende a diseñar pacientemente,
con exigencia y mimo, el laberinto
en el que has de atrapar, con franca audacia,
a ese ángel fantasmal, que es el misterio.
Y si no eres afín a lo divino
que debes traslucir en cada idea,
entrégate a vivir sin freno alguno,
pues no tienes pasaje ni paisaje
en ese alto dominio evanescente
que es el arte de arder en la Poesía.

Ignacio Caparrós
Extraido de "Esa nada creadora"














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