Podemos considerar al Zodiaco como una especie de "matriz" -o un huevo cósmico- en el interior del cual nuestro planeta entero, y en particular su biofesra (el reino de la vida sobre la superficie de la Tierra y a su alrededor), desarrolla sus innumerables formas de vida. El Zodiaco proporciona estas formas de vida con las energías que necesitan para su completa existencia y desarrollo.

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual, pçagina 16


Cuando hablamos de los signos del Zodiaco y de su significado, el punto esencial es que todos son diferentes aspectos de un Zodiaco único, tal como se entendía que las jerarquías celestiales eran aspectos diferentes de una Mente Universal única, a menudo identificada con el Espacio mismo, pero el Espacio no como simple vacío, sino más bien como plenitud de seres cósmicos. La astronomía moderna está cayendo en la cuenta, al fin, de que los espacios interplanetarios e interestelares están llenos de toda clase de vibraciones, incluso de sustancias.
De esta forma, el estudiante de astrología comprendería que todo lo que pueda decirse sobre cualquiera de los signos del Zodiaco en particular es necesario que tenga sentido en cuanto representa una fase particular o un aspecto del ciclo completo de existencia y de la plenitud del ser representadas por el Zodiaco-como-un-todo. El Zodiaco es un conjunto completo. Sus doce signos son las partes que componen ese conjunto; cada una de ellas está relacionada con todas las demás. Un signo del Zodiaco está especialmente relacionado con su signo opuesto y con los que están en ángulo rexcto con él, porque el Zodiaco es esencialmente una representación simbólica y cósmica de todas las posibilidades de vida sobre la faz de la Tierra, y la fuerza vital es básicamente bipolar. La Polaridad es el principio primordial de la existencia -por lo menos, de la existencia tal como nosotros la conocemos-. Nadie puede entender el Zodiaco y sus signos si no capta el significado de esta polalización, una polarización que actúa a diferentes niveles: atómico, biológico, psíquico, mental, cósmico.

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual, pçagina 20


En toda carta natal están incluidos los doce signos del zodiaco. Cada signo aporta algún factor esencial al carácter y a la personalidad del recién nacido. En cualquier carta concreta hay signos que adquieren relevancia por la presencia en ellos de planetas, o por estar situados en los cuatro Ángulos de la carta. Como resultado, el astrólogo puede determinar la "fórmula" básica que caracteriza a una personalidad individual. He enseñado durante muchos años que la carta natal de una persona constituye, de esta manera, un "mensaje" del universo; es como un manual de instrucciones que el Cielo le da al nacer. Es el "Nombre celestial" del individuo -un nombre muchísimo más válido y verdadero que el nombre que le viene de sus padres y de la cultura y religión de éstos...

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual, página 20


La voluntad de volver a nacer del espíritu, por la fuerza del espíritu y para conseguir la finalidad espiritual de nuestra existencia, es lo que dinamiza de verdad todos los esfuerzos auténticamente espirituales.

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual, página 75


Tal como yo considero, las Casas Natales (calculadas para el momento exacto en que se respira por primera vez al nacer), representa doce categorías esenciales de las experiencias que cada persona individual encontrará a lo largo de su vida, según vaya desarrollando sus capacidades innatas. El signo del Zodiaco situado en la cúspide de una Casa nos da la clave del tipo de cualidad que se debería acentuar cuando se enfrenta uno con la clase de experiencia a la cual se refiere dicha Casa. Las cuatro Casas angulares -cuyas cúspides son el Ascendente, el Nadir astrológico, el Descendente y el Zénit- son, con mucho, las más importantes, porque tienen que ver con las cuatro categorías de experiencia, básicas en a estructura del desarrollo de la personalidad.

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual, página 99


TEMAS ASTROLÓGICOS PARA MEDITAR

SOBRE LA MEDITACIÓN

La meditación más perfecta es la que abarca todos los momentos de la existencia individual; se convierte en una actitud que acompaña siempre a la existencia individual. Se puede experimentar cada acto, cada pensamiento y cada sentimiento como fases sucesivas de un proceso que dura la vida entera, de conocimiento de sí mismo y de autorrealización llena de sentido. Y el verdadero astrólogo puede ver el conocimiento del estado del universo que nos rodea y la interacción de los ciclos planetarios y estelares, a cada momento de una vida individual, solo como el código de un profundo "Lenguaje Misterioso", en el cual cada palabra queda formada sobre la pantalla luminosa de una consciencia para la cual no puede haber diferencia entre Arriba y Abajo, entre el universo y la persona. No puede haber diferencia porque, para la mente del astrólogo auténtico, lo que estudia la astrología no son las influencias de cuerpos celestes sobre el hombre físico terrenal, sino, más bien, la "forma" siempre cambiante que adopta el inmenso y variado teatro de la existencia en la consciencia colectiva
de la humanidad o en la persona individual.
(...)
Carece de importancia, a mi entender, la cuestión tan duramente debatida de si la astrología puede o no ofrecernos la certeza, la probabilidad o solamente la posibilidad de acontecimientos futuros. No hay acontecimientos futuros; solamente hay fases de nuestra existencia que todavía no se han realizado. Lo que llamamos, con bastante crudeza, acontecimientos, son oportunidades para llegar a ser, paso a paso, lo que ya somos en potencia.
Hay diversos tipos de oportunidades y la astrología las clasifica según un esquema que consta de doce partes. Podemos imaginar las doce "casas" de una carta astrológica como colores que, al experimentarlos todos juntos en su interacción dinámica, se convierten en la pura luz de la consciencia; pero estas analogías confunden más que ayudan. Lo que aquí nos preocupa es la posibilidad de centrar nuestro planteamiento de la meditación en algunos planteamientos de vida, siguiendo determinados senderos que surgen de la naturaleza misma de las técnicas astrológicas, cuando se simplifican al límite.
La palabra clave es simplificación. hay algunos temas importantes que aparecen, con variaciones múltiples, en la vida de los seres humanos, estén donde estén. Hay que se conscientes de ellos y permitir que crezcan y maduren. Se muestran a cada individuo bajo diferentes formas y disfraces. Cada carta natal ofrece indicios significativos de la realidad escondida bajo el disfraz, y lo que llamamos sucesos son realmente disfraces. Si nos enfrentamos con ellos decididamente, sin miedo ni prejuicios, si rasgamos los velos de Isis que los disimulan, descubrimos que todos son como rostros, hasta ahora desconocidos u olvidados desde hace mucho tiempo, de nuestra personalidad individual.
La carta natal nos revela perfiles de nuestra personalidad bien pero poco conocida, de nuestro Nombre celestial. No hay nada que hacer con él si no es usar cada uno de sus rasgos, uno tras otro, como senderos que nos llevarán, si lo seguimos atentamente en la meditación, a la Mística Alma de Diamante, en cuyo interior encontramos la pura luz de la consciencia, y que irradia esta luz con múltiples y maravillosos colores.
(...)
Los temas de meditación que se ofrecen a continuación siguen, en líneas generales, la secuencia de las doce casas astrológicas -que no hay que confundir ni identificar con los signos del Zodiaco y que no tienen nada que ver con los signos no son las constelaciones del Zodiaco-. La secuencia es fundamental en términos de un crecimiento personal y de la realización de sí mismo. La astrología, especialmente en su aspecto psicológico y humanístico, identifica las casas con los doce sectores del espacio que envuelven a cada vida orgánica o a cada consciencia que nace; y, al hacerlo, pone en relación con el universo el desarrollo de la capacidad que tiene el hombre de experimentar en cuento "Yo", todo lo que el modo de encuentro con los diversos aspectos de su entorno biopsíquico trae a su consciencia central. Este desarrollo de la capacidad de experimentar como "Yo" actúa a lo largo del ritual de realización de sí mismo, que dura toda la vida. Parte del punto de vista del ego estrechamente condicionado, el construir socio-cultural que requiere la vida diaria. En una vuelta más elevada de la espiral, marcada por un ritmo de siete y de veintiocho años, puede actuar en términos de la personalidad. El Poder interior, la semilla de Dios en cada ser humano. El final es "la universalización de sí mismo", la cosmificación de la existencia individual.
(...)
Meditación, sí. Pero esa palabra quiere decir todo o nada. Puede ser una muleta. Puede ser liberación. Puede ser alegría, paz, certidumbre, amor, iluminación. Puede ser un silencio, terriblemente absoluto, vacío de toda posibilidad de marcos de referencia. Puede durar cinco minutos, un segundo, toda una vida. meditar es vivir cada instante en el umbral del ser mayor de uno mismo, del propio ser galáctico.


"¿QUIÉN SOY?"

En el mundo entero, individuos sensibles y grupos tradicionales que se siguen aferrando a instituciones y a ídolos que se desmoronan, están viviendo lo que se ha puesto de moda como "crisis de identidad". Se preguntan: ¿Quién soy? Sin embargo, en la mayoría de los casos, lo que realmente preguntan es: ¿Qué soy?
Identidad significa, sencillamente, ser algo que existe con unas características individuales diferentes de todo lo que le rodea; ser distinto, poder ser definido y nombrado y poder estar en un espacio propio con su propio ritmo, "ocupándose de sus asuntos". La clave, aquí, es la palabra diferente. Te das cuenta de que sientes de forma diferente que la gente que te rodea, especialmente tu familia, tus colaboradores en el trabajo y el ciudadano corriente. Piensas de forma diferente, deseas actuar de forma diferente, a tu manera. Pero ¿qué es "a tu manera"? Intentas definir esa "tu manera". Y al intentar formularte a ti mismo ese qué, puedes parate y preguntarte: pero ¿Quién soy? Y a esto no hay respuesta. No la hay en mucho tiempo. Hasta que alguna experiencia, tal vez de repente, abre una puerta escondida en algún rincón oscuro de tu consciencia.
(...)
Ni los padres ni la sociedad constituyen el universo entero. El vientre que condicionó el crecimiento del embrión que se convirtió en "ti", persona individual, no era el universo entero. La sociedad que intenta adiestrar rígidamente tu mente para que te adaptes a patrones militares o de asuntos específicos, no es el universo entero. Naciste del vientre de tu madre. Solo podrás saber quién eres cuando te sientas "renacer", saliendo de esa otra matriz que es tu cultura y tu sociedad.
Tienes que volver a nacer para ver el cielo, para el universo. Tu ser renacido es tu verdadero ser; es quien tú eres en relación con el universo entero, el patrón de tu nueva identidad.
Ese patrón o modelo es tu carta natal. Ha estado dentro de ti desde que respiraste por primera vez; pero no lo podías ver porque estabas todavía sometido al poder envolvente -y el amor posesivo- de tu entorno más próximo. Ahora puede hablarte. Te ofrece el mensaje del cielo, tu Nombre celestial.

TU IDENTIDAD CELESTIAL

El nombre que has recibido de tus padres, siguiendo alguna tradición cultural o una inclinación personal, señala que aparentas ante los demás y, generalmente, ante ti mismo. Representa lo que eres comos ser social. Por otro lado, tu carta natal simboliza lo que eres como ser celestial, un ciudadano del universo. ¿A cuál prefieres responder?
En tu carta natal, los diez planetas (incluyendo el Sol y la Luna) indican lo "que eres". Son las letras de tu Nombre; pero, según vas creciendo, sus posiciones en el cielo cambian cada día y se alteran las relaciones entre ellos. El sistema solar es su campo de actividad; representa tu personalidad en cuanto todo y sus funciones básicas, tanto psíquicas como físicas.
Sin embargo, hay muchas personas que han nacido el mismo día. Te preguntarás: "Entonces ¿quién soy?" Eres la forma peculiar en que tú y el universo os enfrentáis mutuamente; es decir, tu orientación concreta hacia ese universo. Al rotar la tierra alrededor de su eje, en cada punto de la tierra y a cada momento del día, esta orientación adquiere un carácter peculiar. Este carácter está determinado astrológicamente por la posición zodiacal del horizonte y del meridiano en el instante exacto en que respiras por primera vez. Esta cuz entre las líneas horizontal y vertical en tu carta natal, forman un marco de referencia dentro del cual y con relación al cual actúan los planetas, las estrellas y todos los demás factores. Determinan la estructura en cuatro planos de tu existencia individual los fundamentos de tu se quien tú eres.

LA INTERACCIÓN DE LA CONSCIENCIA Y DEL PODER

Sólo muy recientemente se ha utilizado la astrología, deliberadamente, con una técnica para conseguir el desarrollo psicológico de personas individuales, es decir, para obtener el proceso de "individualización" 0 de "autorrealización". Este es el tipo de astrología "centrada en la persona", lo que podríamos llamar cosmopsicología. Esta es la astrología que se puede utilizar como base para la meditación que busca establecer la posición del hombre en el todo universal y, con ello, el fundamento de su auténtico ser en el momento presente, dentro del tiempo y de la evolución humana.
(...)
Consciencia y poder son los dos polos de la existencia humana. La consciencia convierte en poder lo que estaba en potencia y, con el uso del poder -en sánscrito, shakti- aparecen nuevas formas de consciencia que, a su vez, actualizan un nuevo quantum de energía en el inmenso océano de potencialidad del cual surgen universos, periódicamente. Este es el gran Juego de la existencia, la interacción cíclica del Yin y del Yang en la filosofía china. Cada uno es un aspecto individualizado de este eterno "diálogo" entre la consciencia y el poder.
¿Puedes aprender a sentirte y a verte de esta forma? Será difícil, al principio, pero conviene tener consciencia de ello en el trasfondo de la mente; sí, bajo las fórmulas y los problemas siempre cambiantes de tu vida diaria.
Si te consideras simbolizado, ante todo, por la interacción continua del horizonte y del meridiano, puedes adquirir un sentido nuevo de la individualidad. Dondequiera que vayas, serás siempre la interacción de la consciencia horizontal y del poder vertical. Eres el centro de su cruz de existencia individual, la Rosa que florece donde se reúnen las dos líneas. esta Rosa es el auténtico "Centro del Corazón" del hombre.

LA PALABRA DE PODER DEL INDIVIDUO


La astrología es un lenguaje. Si comprendes ese lenguaje, el cielo te habla. Te dice para qué has nacido y cómo puedes realizar mejor las potencialidades que hay en tu naturaleza. Esto es lo más importante que puedes conocer, es decir, cómo llegar a ser plenamente aquello que puedes ser, cómo desempeñar tu función en el universo. Hay que hacerlo conscientemente, utilizando de forma inteligente el poder.Cuando se mira la carta natal, calculada para el momento exacto y para el lugar preciso en que se respiró por primera vez, hay que observar, lo primero de todo, los extremos de las líneas horizontal y vertical. Son los cuatro Ángulos de la carta.
El Ascendente (a la izquierda de la carta) indica qué signo y qué grado del Zodiaco aparecían en el horizonte oriental cuando se respiró por primera vez. Este es el punto importantísimo, porque representa el amanecer de tu consciencia, la firma de lo que eres en cuanto yo personal, la clave de tu individualidad. Más que ningún otro factor de la carta natal, por sí solo, te dice quién eres como persona con una función relativamente única en el universo (tu destino).
(...)
Cuando se reflexiona sobre el Ascendente, no hay que hacerlo como si fuera un factor aislado. Nunca hay que separarlo del Descendente -su punto opuesto en el Zodiaco- ni de los dos extremos del eje vertical de la carta que, por lo menos simbólicamente, señalan el nadir y el zénit, las raíces y el florecimiento de tu existencia individual. La personalidad (Ascendente) no puede separarse de la capacidad para entrar en relación con otros (Descendente), y la consciencia (el horizonte) queda sin efecto si no puede expresarse a través de una personalidad integrada (el nadir) y mediante alguna modalidad de participación en una comunidad grande o pequeña (el zénit).
Tu carta natal es una "palabra de poder". Como la Palabra sagrada de los hebreos, Tetragrammation, tiene cuatro letras fundamentales, los cuatro Ángulos. Son las consonantes esenciales. Los diez "planetas" de tu carta son las vocales que simbolizan las energías vibratorias de tu universo. La astrología es, en efecto, un lenguaje sagrado. Establece una forma de comunicación fundamental entre el universo y tu consciencia. Pero hay que aprender el secreto de escuchar en silencio, lo cual viene a ser lo mismo que el ver con los ojos bien abiertos. Acalla tu mente personal y acalla las voces de tus sentidos y de tus emociones. Escucha las palabras que el cielo pronuncia. Habla siguiendo modelos de luz que se proyecta sobre la pantalla oscura del cosmos.

EL DESTINO ES LA PERSONALIDAD

No hay nada "fatídico" en el destino, si comprendemos que la secuencia de los sucesos de una vida está estructurada por el mismo poder que nos hace ser lo que somos como individuos. El destino es individualidad. La personalidad, en cuanto forma única de la existencia humana, existe en el tiempo. La personalidad es el ser; el destino es el devenir.
(...)
El ser humano se convierte en "persona individual" bajo la presión y gracias al calor de muchos encuentros, del mismo modo que el carbón se puede transformar en diamante. La pregunta fundamental a la cual debe responder todo ser humano a través de su acción, de sus sentimientos y de sus pensamientos, mucho más que con meras palabras de consentimiento o de desesperación, es: ¿Aceptas convertirte en diamante? ¿Aceptas ser lo que eras, en potencia, al nacer a pesar de las dificultades, de los fallos aparentes y de los ideales destrozados, que tal vez no fueran sino el reflejo de los ideales que tenía otra persona en ti?
El patrón de tu destino está implícito en tu carta natal; pero hay que hacer explícito lo que está implícito. La mayor parte de los seres humanos se cansan muy pronto en el esfuerzo de ser lo que está implícito en su "logos", en la Palabra que estaba al principio de su existencia individual. Prefieren seguir la autopista de la conformidad con los ideales familiares, sociales y culturales, pero, en todo caso, locales. En lenguaje astrológico, se ven afectados por los "tránsitos", es decir, por la presión de lo que sucede fuera de ellos, en su sociedad, en el universo.
Lo que importa, principalmente, es que el hombre permita a los modelos simiente representados en su carta natal, desenvolver sus poderes y desarrollar sus facultades de acuerdo con los ritmos internos de su naturaleza individual. Ello está en relación, al menos en parte, con lo que se denomina "progresiones".
Pero no hay que considerar a las progresiones como incidentes aislados. Sólo se pueden entender, y así se las debería considerar siempre, si se reflexionara sobre ello, como una secuencia orgánica de evoluciones, como el destino revelándose a la mente para que la conciencia pueda comprender mejor sus implicaciones y cooperar con las oportunidades externas para su transformación persona...
Para conseguir pasar con éxito por las doce difíciles pruebas de la experiencia individual, es necesario mantenerse muy atento a lo que hay de permanente en nosotros y confiar en ello; es decir, al carácter permanente de la personalidad y la estructura fundamental de nuestra individualidad, y es casi tan importante afrontar el cambio y la transformación personales, con una actitud tranquila y acogedora de aceptación. Pero esto nos significa "resignación" en el viejo sentido cristiano. Tampoco quiere decir exuberancia ni demasiado optimismo. Tal vez signifique "amor", el amor a lo desconocido, precisamente porque no se conoce y se puede conocer, porque nos pertenece, en esencia, y porque nosotros le pertenecemos, como pertenecemos al universo a pesar de ser "nuestro universo".
Y así se va avanzando, abiertos como un cielo claro, observando la magnífica danza de estrellas y planetas, todo en nuestro interior. Observando sin miedo, sin expectativa. Dejando que todo ocurra, pero totalmente conscientes, libres para movernos en la dirección del viento de nuestro destino, siempre diferentes, aunque siempre iguales, como el universo.

NUNCA ESTÁS SOLO

La Casa primera de la carta natal simboliza la prueba principal de aislamiento y de la soledad que cada individuo auténtico ha de pasar. Puede uno experimentarse a sí mismo como "todo uno", o sufrir y marchitarse en la soledad, con un sentimiento de no pertenencia o de alienación, que roe por dentro. Cuando un astrólogo habla de una casa, se refiere, ante todo, al signo del Zodiaco que ocupa su "cúspide"; la cúspide es el comienzo de la casa. El signo del Zodiaco determina la cualidad fundamental de la clase de experiencia que representa esa casa. El Ascendente es la cúspide de la primera casa, que es el sector de 30.º de anchura del espacio que está justo debajo del horizonte oriental en el lugar y hora de la primera respiración. La casa primera, en conjunto, representa las experiencias a través de las cuales, de una forma normal y como más convenga, te será revelado el carácter de tu individualidad y tu destino único.
(...)
Cuando medites sobre el contenido de tu casa primera no debes identificarte con esos contenidos, sean como sean. Te están indicando, sin más, cómo debes reconocer mejor las oportunidades para descubrirte a ti mismo, según se presenten. Un "planeta ascendente" no "hace" nada a "ti" en cuanto persona. Está ahí para indicarte el mejor modo de actualizar tu potencial natal. Está ahí para indicarte el mejor modo de actualizar tu potencial natal. Esa actualización puede verificarse a varios niveles: biológico, psicológico o mental. Déjalo venir, sin más; pero intenta hacerlo conscientemente y con un sentimiento sereno de aceptación.
Carl Jung definió el Tao como "el camino consciente". Esto es lo que la astrología puede y debe ser: un camino consciente para crecer, sin miedo y sin anticiparse. Sin mirar hacia delante, con nervios y con angustia, a una proyección en el futuro de lo que nosotros esperamos, sino reconociendo e identificando las experiencias según vienen; considerándolas en su plenitud de significación dentro de nuestro destino total.

¿PARA QUÉ POSEEMOS BIENES?

En tu carta natal astrológica, la segunda casa, por debajo del horizonte oriental, está en relación con lo que se posee; pero la palabra posesiones se toma, generalmente, en un sentido demasiado reducido, únicamente como dinero y bienes materiales. Debe significar cualquier cosa necesaria para manifestar en una forma concreta de existencia lo que se es como centro individual de consciencia y de existencia; así pues, posesión es cualquier cosa que se puede utilizar para "ser" como persona.
(...)
Los planetas situados en esa casa señalan cómo vas a hacer uso de lo que te pertenece, sea mucho o sea poco, y, lo que es más importante, cuál va a ser tu actitud hacia cualquier forma de propiedad.

TU ENTORNO Y TÚ

La casa tercera, con su contenido, indica, según la tradición, lo que un recién nacido encuentra alrededor de él. Está especialmente en conexión con los "hermanos y hermana" y todos los próximos parientes, pero esto es, por descontado, una simplificación. Esencialmente, significa las experiencias surgidas, a diario, de los contactos con seres humanos a quienes le une un parentesco de sangre, de cultura y de las tradiciones culturales. La oposición polar a esta clase de experiencia, la casa novena, indica las experiencias que tienen algo que ver con viajes largos, contacto con extranjeros y todas las relaciones que implican un ideal asociativo remoto, generalizado o trascendente.
Aquí también lo que busca un astrólogo con una orientación psicológica no es tanto una descripción de lo que el niño encuentra en torno a sus primeros pasos, sino su actitud hacia esos encuentros y su repercusión sobre el desarrollo de su forma de pensar y sentir.

LOS FUNDAMENTOS DE LA PERSONALIDAD

Progresar hacia arriba requieres buenos cimientos hacia abajo.
(...)
La casa cuarta y el nadir de la carta simbolizan la estabilidad fundamental de la existencia humana. Tradicionalmente se ha asociado esta casa con el hogar y, casi siempre, con la madre, ya que la madre simboliza la continuidad de la vida ancestral, puro conservadurismo, la inercia" del ser que busca permanecer como ha sido desde el principio. Pero la cuarta casa tiene un significado más amplio. Simboliza lo que, para un individuo, representa las raíces o el centro de su ser actual como persona. Intenta experimentar, en la meditación, que estás realmente dispuesto a aceptar -y aceptar sin lugar a dudas- como los cimientos de tu persona individual. La casa cuarta de tu carta y lo que ella contenga te darán indicios sobre la mejor forma de llegar al centro y convertirte, así, en un ciudadano del universo.

EXPRESA TU YO: ¿QUÉ YO?


Si queremos utilizar para meditar algunos factores que forman parte del simbolismo de la casa quinta preguntaremos lo siguiente: ¿Dónde me coloco como fuente de energía que se libera? Tengo derecho a estampar por la fuerza en el mundo las energías biopsíquicas que, una vez estabilizadas dentro del "motor" de mi personalidad, producen un sobrante de energía? ¿Me expreso a mí mismo sin tener en cuenta las necesidades y las relaciones de otra gente, sin preocuparme para nada de lo que pueda ocurrir, con tal de liberarme de lo que el filósofo romántico Nietzsche, llamó "el insoportable tormento de la plenitud"? Es, realmente, un exceso de energía; pero ¿no podría ser simplemente el resultado de haber sido condicionado por mi entorno, por las modas sociales o por los hábitos peculiares de mi clase o de mi grupo? ¿Estoy seguro que lo que han hecho de mí mi soledad y mi cultura, o lo que hice yo mismo de mí, tal vez como protesta, es un ejemplo válido que quiero imprimir en mis hijos, en mis amigos o asociados?
La casa quinta no responderá a nuestra pregunta, sea cual sea su cúspide y tenga o no tenga planetas. pero sí podría indicarnos dónde y cómo se pueden encontrar las respuestas.
Si, por ejemplo, tienes a Marte en la casa quinta, eso no significa que lo natural y maravilloso para ti sea lanzarte de cabeza hacia todo lo que deseas en el exterior. Ni hace de ti un jugador o un don Juan. Lo que hace es sugerirte que, en tu impaciencia natural por realizar exteriormente lo que eres por dentro como persona individual, debes poner un cuidado especial en la calidad de la energía que estás liberando cuando te expresas a ti mismo, es decir, en el carácter intrínseco, en el ritmo y en la pureza de esa energía. Por otro lado, si tienes a Venus en la casa quinta considera cuidadosamente el valor de tus motivaciones. No pienses que las motivaciones comunes o tradicionales son "bastante buenas" para ti. Debes querer dar la cara conscientemente y personalmente por tus propios valores, siempre que intentes exteriorizarlos de forma objetiva, mediante tus actos.
Júpiter o o Saturno en la casa quinta te están advirtiendo para que cuides mucho tus condiciones sociales o financieras, dentro de tu medio ambiente, que pudieran estimular o reducir tu deseo de tener un telón de fondo social extraordinario, para tu posición individual, cuando tomas la iniciativa de demostrar al mundo quién eres. Nada malo hay en querer expresar una personalidad que se realiza en un plano de relaciones sociales normales y de elevados ideales colectivos o formas de disciplina, siempre que se asuman conscientemente como propios. Sobre todo cuando se enfoca la meditación desde un punto de vista astrológico, un planeta en una casa no nos dice lo que hay que hacer, sino qué es lo que hay que hacer para conseguirlo.
Una astrología auténticamente "cosmopsicológica" pretende hacer del psiquismo individual un cosmos, esto es, una forma de orden que tenga sentido. El acento cae en que tenga sentido. Por ello, en la quinta casa, el individuo debe poner particular atención en las motivaciones, el orden debido, el valor, la capacidad de transformación (sobre todo Urano) y el sentido fundamental (Plutón) de sus esfuerzos por expresarse a sí mismo.

YO Y TÚ, PERO NO SOLOS

Un amor que no hace más que unir dos mitades polarizadas para reconstruir un estado original indiferenciado de unidad, por hermoso que sea, difícilmente puede llamarse espiritual, aunque sus abrazos sean muy apasionados y totales. La meta de la evolución No es un estado primitivo de unidad indiferenciada -¡el gran sueño de los pseudomísticos!-, sino alcanzar juntos con otros muchos seres un estado de consciencia unánime, pero que siga siendo individualizado; lo que he llamado el estado "multi-uno" del Pleroma, el estado Omega del ser.
Ese es el destino humano. Esa es la meta final. Dos personas pueden andar de la mano, con sus corazones latiendo uno junto al otro, en un rítmica antífona de amor; pero es el hecho de andar hacia el estado definitivo lo que da a su amor el valor funcional y su objetivo auténticamente estático.
Meditad sobre esta cualidad de amor, amigos míos; porque sin ella no puede haber comunidad espiritual ni siquiera una Era "nueva" de verdad, ni de Acuario ni ningún signo. Procurad encontrar en vuestro interior el sendero de este amor. Lo que importa no es solamente "compartir", sino la calidad y la finalidad del hecho de compartir. Hoy en día, los jóvenes ponen muchas esperanzas en la palabra amor; pero su esperanza es, muy a menudo, muy ingenua, porque no ponen a prueba el ideal mismo del amor frente a los instintos de la naturaleza biológica y emocional. Es un estado "desembragado" en el cual no se da nada espiritual porque no se relaciona con el paso siguiente, dentro de la evolución humana. De este modo, se puede transformar en un estado de desenfreno emocional o de satisfacción en el Otro. Puede ser hermoso, pero estéril en transformación profunda, porque es "fuego por fricción" y no "fuego solar", utilizando terminología ocultista.
Para ser un sol hay que pertenecer a la Hermandad galáctica de las estrellas. El amor verdadero aspira, no solamente a la transformación del ego, sino a la trascendencia del amor en una comunidad mística con el universo. Incluso el amor del fiel hacia su Dios tiene que ser trascendido, si se quiere alcanzar a la divinidad, en cuanto estado de consciencia y de ser.
Cuando se busca el sentido del amor y la transformación de la posesividad y el egocentrismo, el Descendente de la carta natal nos puede proporcionar claros indicios. Los planetas de la séptima casa pueden mostrar, a menudo, la salida a problemas y a tensiones que surgen de asociaciones estrechas. Varios planetas en este sector del cielo occidental sugieren que se necesitará una variedad de experiencias para conseguir realizar un deseo demasiado dominante por tener relaciones íntimas; un anhelo que presupone alguna falta de seguridad interior y, tal vez, la necesidad de dominar un orgullo o egocentrismo individual. Sin embargo, cuando se considera el Descendente, hay que relacionarlo siempre con el Medio Cielo; porque, en el Medio Cielo, lo que empezó en una relación alcanza madurez en la capacidad del individuo para participar de forma eficaz en la comunidad que se escogió o que impuso el nacimiento. Puede comenzar con dulzura, con pasión, con éxtasis, con grandes esperanzas; pero los frutos serán amargos si la circunferencia del amor resulta ser una concha.

SEXO Y RITOS DE PASO

"Ser solidarios" tendría que llevar a "sentir solidariamente"; y aquí entra en escena la casa octava. Actualmente, este sentir solitario se suele dejar a la suerte y a las circunstancias externas; por esto, hay tantas cosas que van mal en nuestra sociedad. En las sociedades antiguas se cuidaba mucho de grabar con intensidad, en la conciencia de los que participaban en una relación nueva, la importancia y el significado del paso que daban. Esto se hacía en lo que se denomina generalmente "ritos de paso".
(...)
... la carta octava de una carta natal simboliza la transformación en profundidad o la transmutación que una relación medianamente estable entre individuos puede o debe producir en la vida sentimental de ese individuos. Las claves de esta casa son: compartir y vivir de forma recíproca en una experiencia de relación que afecta a toda la persona, casi en su totalidad.

PROBLEMAS SUSCITADOS POR LA EXPANSIÓN

Medita sobre aquello que te indique tu casa novena. No te dejes impresionar por la presencia de planetas "benéficos" en esta casa; te pueden aprisionar en una red de expansionismo. Todas las cosas, las que llamamos afortunadas como las que llamamos desafortunadas, tienen su objetivo. Lo importante es conservar la conciencia y la objetividad, mientras nos expansionamos. Comprueba y vuelve a comprobar tus intuiciones, tus "grandes sueños". Busca confirmaciones. Los límites están en ti, no en el cielo.

EL VACÍO DE LA ABUNDANCIA

El poder que ser basa en la capacidad de utilizar las energías que se desprenden de los procesos sociales como a uno le dicta su voluntad y su imaginación, se generan en la décima casa; pero en la casa doce, hablando simbólicamente, nos encontramos definitivamente con lo que nos ha traído ese poder, directa e indirectamente, mediante la reacción de la sociedad a la forma en que hemos hecho uso de ese poder. Por ello, se llama a la casa doce, la casa del Karma.

Dane Rudhyar
Astrología y vida espiritual






































































































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