Santa María del mar

¡Yemayá tenía que ser!
Te sentí en tu basílica
de piedra y colores majestuosos.

Elevada, imponente, risueña
con el mundo a tus pies
y te pedí lo que los adeptos
piden siempre a sus dioses
y sintiendo tu mirada cómplice
nos guiñamos los ojos
nos echamos a reír
y pensamos:
Todo va bien, demasiado bien.
Gracias.

Heida Zambrana

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