A Mercedes

Virgen, de puras vírgenes ejemplo,
flor delicada entre escogidas flores,
óyeme grata, si al cantar de amores,
la ya olvidada lira no destemplo.

Cuando escucho tu voz, cuando contemplo
de tus ojos los lánguidos fulgores
que rebelan un alma, encantadores,
de la dulzura y la inocencia templo;

es cuando a ti, Mercedes, sólo admiro,
sólo tú endulzas mi destino adusto,
sólo vivo por ti, por ti suspiro.

Y mi amor te declaro, porque es justo
que la beldad que lo inspiró, lo sepa...
Pero no se lo digas a la Pepa.

Felipe Pardo y Aliaga



A mi hijo en sus días

Dichoso hijo mío, tú,
que veintiún años cumpliste;
dichoso que ya te hiciste
ciudadano del Perú.
Este día suspirado
celebra de buena gana,
y vuelve orondo mañana
a la hacienda y esponjado,
viendo que ya eres igual,
según lo mandan las leyes,
al negro que unce tus bueyes
y al que te riega el maizal. 

Felipe Pardo y Aliaga



A mis amigos

La pasión que devórame insensata,
voy a decirla de primer envite:
fuego de amor mi corazón derrite,
fuego de amor mi espíritu arrebata.

¡Amigos! No juzguéis que es patarata,
ni hagáis mofa de mí, porque me irrite
viéndome en este juego sin desquite,
sin tener, ay, ni a quien llamar ingrata;

que en tal hoguera, en tan ardiente pira,
en tan estrechas e invencibles redes
en tal amor, lo que me da más ira,

es no poderles explicar a ustedes
si es Pepa o es Mercedes quien lo inspira
o lo inspiran las dos, Pepa y Mercedes.

Felipe Pardo y Aliaga



A Pepa

Dulce de tus ojuelos es la llama;
dulce tu hablar, tu aliento y tu sonrisa,
cual del jardín la perfumada brisa
que la atmósfera templa y embalsama.

Si es que te ofende, ángel de amor, quien te ama
de tu alma encantadora la divisa
no en tu frente hagas ver, clara y precisa,
ni en el carmín que tu mejilla inflama.

¡Oh! ¡Pepa hermosa! ¡Sólo a ti te adoro!
Sé que otro más feliz supo agradarte,
y de tu corazón ganó el tesoro.

¿Y qué haré yo? Me bastará el amarte
ya que a mi amor corresponder no puedes...
Pero no se lo digas a Mercedes.

Felipe Pardo y Aliaga


Invención de estrambótico artificio...

Invención de estrambótico artificio,
existe un rey que por las calles vaga,
rey de aguardiente, de tabaco y daga,
a la licencia y al motín propicio.

Voluntarioso autócrata, que oficio
hace en la tierra de ominosa plaga:
príncipe de memoria tan aciaga
que a nuestro Redentor llevó al suplicio.

Sultán que el freno de la ley no sufre,
y de cuya justicia no hay reintegro:
rey por Luzbel ungido con azufre;

zar de tres tintas, indio, blanco y negro,
que rige el continente americano,
y que se llama... Pueblo Soberano.

Felipe Pardo y Aliaga



Los paraísos de Sempronio

“Si yo fuera Presidente,
¡Bello el país estaría!
¡Ah! cómo se elevaría
Prontamente,
Hasta un grado incomprensible
De prosperidad y gloria!
No afearan nuestra historia
De la horrible
Anarquía los tizones,
Que trastorna las naciones,
Y desgarra”…
—Otra cosa es con guitarra.

“Cuanto en los libros se ensarta
Sobre romanas escenas,
Cuanto se admira de Atenas
Y de Esparta;
Cuanto hablan autores ciento
De públicas libertades,
No fuera en estas edades
Puro cuento,
Si los destinos quisieran
Que los peruanos cayeran
En mi garra.”
—Otra cosa es con guitarra.

“Dicta el congreso una ley:
En cumplirla seré activo;
Pues yo soy ejecutivo,
No soy Rey.
Arruina al país quien la invoque;
No importa; tieso que tieso,
Hasta que en otro Congreso
Se revoque.
Huirá el desorden maldito
Como se borra lo escrito
En pizarra.”
—Otra cosa es con guitarra.

“Se encerrarán los poderes
Dentro de un límite eterno;
Y no hablarán de gobierno
Las mujeres.
Con mi política unidos
Todos al bien marcharán,
Y ya no se agitarán
Los partidos.
¿Quién, mandando yo, alborota?
¿Quién no es sincero patriota?
¿Quién desbarra?”
—Otra cosa es con guitarra.

“¿Qué obstáculo habrá que impida
Hacer mejoras a miles;
Formar códigos civiles;
Dar la vida
A la agonizante hacienda;
Honra á la literatura;
Y lograr que la cultura
Tal se extienda.
(No son estas paradojas)
Cual suelen las verdes hojas
De la parra?”
—Otra cosa es con guitarra.

“Irán siempre en sus trabajos
Las oficinas corrientes,
Aunque lluevan a torrentes
Los legajos.
Haré salir de sus ocios
A la turba de empleados,
Que a jefes poco versados
En negocios,
Confunde, ahoga, impacienta,
Sofoca, aburre, atormenta,
Y achicharra.”
—Otra cosa es con guitarra.

“Quien de su deber se aparta,
Quien la opinión atropella,
Quien con pie atrevido huella
Nuestra carta,
Creará mil Marcos Brutos.
Los periódicos, las leyes,
El pueblo, serán mis reyes.
Absolutos;
Y con tan sanos intentos,
¿Quién me hace pronunciamientos?
¿Quién me amarra?”
—Otra cosa es con guitarra.

“Si de esta administración
Cuatro años el Perú alcanza,
Será de la bienandanza
La mansión.
Y cuando haya terminado
De mi gobierno el período,
En regla dejaré todo:
Al Estado
Sin disensiones crüentas;
A las Cámaras contentas
Y a la barra.”
—Otra cosa es con guitarra.

Sempronio, tus intenciones
Son patrióticas, honrosas;
Pero no pasan de hermosas
Ilusiones:
Manda, y lucha con la inopia;
De intrigantes, ambiciosos,
Egoístas, perezosos
Con la copia;
Y dirás (hago una apuesta):
“Otra vez para esta fiesta,
¿Quién me agarra?”
“¡Vaya al Diablo la guitarra!”

Felipe Pardo y Aliaga
Publicada en el Mercurio Peruano, Lima, N° 1686, de 21 de mayo de 1833



¡Qué guapo chico!

¡Dios me bendijo
No hay duda de ello
Dándome un hijo
Mozo tan bello!
¡Cuanta esperanza
Da su crianza!
Aunque mi caja
Con el camina
Hacia su ruina
Con tal alhaja
Me juzgo rico
¡Que guapo chico!

El asombro era
De su colegio
Con su mollera
De privilegio
Ya que ha salido
De el y adquirido
Hartas nociones
Solo pasea
Y zanganea
Por más sermones
Que le predico
¡Que guapo chico!

Disputa, chilla
Nos hace burla
Su tarabilla
Nos aturrulla
Si con cariño
Le digo niño
Por Dios, no grites
Echa dilemas
Hecha enticemas
Y hecha sorites
Por ese pico
¡Que guapo chico!

A mi me asombra
La algarabía
De lo que el nombra
Filosofía
Pido razones
Y explicaciones
Claras y serias
Y en sus respuestas
Me dice que estas
No son materias
Para un borrico
¡Que guapo chico!

Siguió de historia
Para ejercicio
De la memoria
Con que propicio
Lo doto el cielo
Con gran desvelo
Curso completo
Justo es lo alabe
Lo mismo sabe
De Hugo Capeto
Que de Alarico
¡Que guapo chico!

Mas dados, banca
Y gallos juega
Con mano franca
Y más despliega
En estas cosas
Sus portentosas
Disposiciones
Que en las ligeras
Y pasajeras
Ocupaciones
A que lo aplico
¡Que guapo chico!

Si lo amonesto
Se enciende en furia
Por más que esto
Nada le injuria
Tales enojos
Brotan sus ojos
Que me acobarda
Yo callo al punto
Como un difunto
¡Buena me aguarda
Si le replico!
¡Que guapo chico!

Felipe Pardo y Aliaga





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