A pesar de todo

He sido despojado de la luz y la sonrisa
y avanzo lentamente
buscando un futuro que no me pertenece
pero que me aguarda
a pesar de todo.

Carlos Enrique Ungo


De la poesía

Eres sencillamente
luz proletaria
sal
pan
vida
impulso inicial
de todo movimiento.

Carlos Enrique Ungo



Del poeta

Hombre-mujer que grita
hombre-mujer que llora
hombre-mujer que canta
hombre-mujer que en silencio
muere y nace
con cada aurora.

Carlos Enrique Ungo



El unicornio existe, amor

El unicornio existe amor
es la risa de los niños
el milagro de un beso
la caricia que quema
las alas tibias de un sueño.

El unicornio existe amor
es la poesía de todos
el canto de las aves
el rumor de la tierra
el perfume de las flores.

El unicornio existe amor
es el eco de tu nombre
la agonía de tu ausencia
el manto tibio de tus manos
la rosa sagrada de tu sexo.

El unicornio existe amor
es la luz de tu mirada
las estrellas de tu noche
el suave mar de tus cabellos
el territorio prohibido de tu cuerpo.

El unicornio existe amor
y resurge brioso
salvaje
victorioso
cuando mi boca pronuncia tu nombre.

Carlos Enrique Ungo



He de volver a ti

He de volver a ti sin más demora,
a recorrer de nuevo tus caminos
y ver amanecer allá a lo lejos
los sueños que tuvimos cuando niños.

He de volver a ti como la noche
comparte con los hombres sus secretos
y derramar mi amor en una lágrima
sencilla, limpia y pura, sin pretextos.

Solamente así amor,
solamente así,
podré recuperar todo este tiempo.
Solamente así amor,
solamente así,
podré volver a ti como yo quiero.

He de volver a ti como la risa
que florece en el rostro de mi pueblo
y descubrir de nuevo sus paisajes
ocultos entre mis temores y mis miedos.

He de volver a ti con mucha fuerza,
volver a sentirte plena, toda, entera
y nacer de ti con nueva vida
como nace la flor en primavera.

Solamente así amor,
solamente así,
podré recuperar todo este tiempo.
Solamente así amor,
solamente así,
podré volver a ti como yo quiero.

He de volver a ti sin más demora
a recorrer de nuevo tus caminos
y ver amanecer allá a lo lejos
los sueños que tuvimos cuando niños.

He de volver a ti sin más pretextos
y compartir tus luchas y alegrías.
He de volver a ti, ¡Oh Patria Mía!
He de volver a ti porque te quiero.

Carlos Enrique Ungo


Hoy pensé en ti

Hoy
he pensado en ti
                  amiga
y he querido compartir con mis fantasmas
el secreto de tu risa
para escapar así
de esta soledad que me acompaña.

Quisiera poder decirte tantas cosas
como por ejemplo
hoy la luna ha estado triste
                                       y yo con ella
al no encontrar tu mirada en mi camino
pero sencillamente el tiempo pasa
y se lleva sin reparo
de mis sueños sus estrellas.

Quisiera que entendieras
el lenguaje silencioso de mis gestos
para así descifrar juntos
cada signo
cada palabra
cada caricia
cada beso
y compartir nuestras soledades
sin misterios ni secretos.

Pero hay veces amiga en que el alma llora
y el dolor te hace visitar los abismos de la muerte.

Por ejemplo
como no llorar
al ver los rostros golpeados por el hambre
de los niños de mi pueblo
rostros curtidos por el sol de un pasado sin futuro
como no llorar
al ver tanta vida segada sin permiso
en nombre de dios y del progreso
como no llorar
al iluminar con la llama del recuerdo
los caminos lejanos de mi tierra.

Hoy
como me duele el alma
y quise que lo supieras a través de este poema
porque
         ¿sabes?
El alma duele menos
cuando pienso en ti
                                    amiga

Carlos Enrique Ungo



Lunas de otoño

Primera Luna

La noche se negó a parir su concierto de estrellas
y el silencio reinó al compás de la danza de los dioses.
Nada pudo romper el sortilegio de esta luna de otoño
inmensamente hermosa
inmensamente triste
como el recuerdo de tus besos.

Segunda Luna

Mi alma se desnuda y sufre bajo tu mirada cómplice
y el silencio me golpea con la ausencia de su nombre.
Dime, ¿a dónde irán a parar mis lágrimas, luna de otoño?
Los versos húmedos de este poema inconcluso
que se pierden en este otoño gris
errantes
                          solitarios
                                                        soñadores
                                                                                            e inquietos.

Tercera Luna

En esta luna sólo hay silencio
ese silencio inmóvil
frío
hiriente
y mortal
que emana de tu ausencia.

Cuarta Luna

Esta noche me invaden tus urgencias mas íntimas
tus explosiones de amor
el llamado al gozo de tu salvaje geografía.
Esta noche descubro tu sudor en mis playas
y me pierdo en el milagro de tu sexo
buscando convertir tus aguas mansas
en un mar tempestuoso y violento.
Sin embargo esta noche tu presencia es sólo un recuerdo
un sueño reflejado en el espejo triste de esta luna
mi cuarta luna
que le quitó a mi cuerpo tu mar hambriento de caricias.

Quinta Luna

Sombras, son sólo sombras
las que habitan mis noches
retazos de sueños
en el mar de los espejos rotos
las aves grises del pasado
en su vertiginoso vuelo hacia el sur
almas vagabundas sedientas de besos
rostros interminablemente tristes y ajenos
ajenos a la luz de una sonrisa.
¿Sombras, son sólo sombras?

Sexta Luna

Hoy visto tu color melancolía
y me cobijo con el abrazo de estos vientos de octubre.
¿Quién le ha robado a mi lienzo sus celajes y golondrinas?
¿Por qué la plaza no viste sus mejores galas?
¿Por qué los campanarios no están llenos de palomas?
¿Por qué este otoño gris?
¿Por qué?

Séptima Luna

He llegado a mi séptima luna
la antesala a la nieve del olvido
al invierno hostil de la carencia de tu nombre
de tu rostro y su luz
de tus labios y sus mieles
de tus manos y sus fuegos
de tu cuerpo y sus sudores
de tu vientre y su humedad
¿de ti?
He llegado a mi séptima luna
y no me quedan fuerzas o lágrimas
ni siquiera para morir
ni siquiera para llorar.

Carlos Enrique Ungo



Y que venga la noche...

Regálame la risa de tus ojos,
la tenue luz de tu sonrisa,
y el milagro de tu nombre
en mi boca.

Regálame la humedad de tus besos,
el tibio manto de tu abrazo,
y el mar embravecido de tu cuerpo
junto al mío.

Regálame el amanecer de tus pasiones,
el espejo frágil de tus lluvias,
y tu inocencia hecha mujer
con mis caricias.

Regálame tu amor
amor
y que venga la noche...

Carlos Enrique Ungo









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