Aquellas noches

Cuando en el automóvil paso las avenidas
farolas y semáforos entrecruzan colores
evocando las fiestas pueblerinas, disfrute
de unos años que ya parecen sueños. 

Aquellas noches de brillos y cinturas,
por la gracia del baile y el resplandor de los rostros,
han salido al encuentro en los días de hoy, no desdeñados,
porque vivir es siempre una alegría, un don del cielo,
al que a veces acude la desdicha,
pero también la luz convive con las sombras
y una sonrisa rompe el gesto más amargo.

Dionisia García


De Ideario de otoño (Libro primero)

Los extremos sacrifican la idea.
La alegría de la vida es la alegría de la vida.
Lo demás son componendas.
El rigor no merma la libertad, la fortalece.
Actuar con naturalidad no es meritorio, la misma palabra lo dice.
La permanencia de lo perfecto hastía, por eso la naturaleza es sabia.
Cuando alguien desee perdurar, q construya en vida su monolito.
Algunos conocidos, terroristas de la intimidad.
Los atenienses no eran ni más guapos ni más altos.
Observaban el mundo y lo decían.
Ahora lo manipulamos.
En la infancia, la lectura de la Ilíada se reducía a la anécdota del caballo.
Una guerra, como referencia, atrasa el devenir de las épocas.
El silencue noio cumple misiones tan importantes como las palabras.
Los muebles crujen porque los árboles viven en ellos.
Dicen.Cuando escribas, cuando ames, cuando interpretes, imagina que es la última vez, y acrecentarás la emoción.
La noche nos disculpa.
Comenzamos a ser reos con la luz.
La suerte del agua es escapar.
Trabajo en mis creencias, como en el mejor oficio.
Los juncos, cerca del camino, se balanceaban.
El sonido, al entrechocar, de difícil descripción.
Cosas del campo.
A la maestra de veinte años que nos hablaba del rey de Argos, en la escuela rural, dedico mi memoria.
Las muñecas lucían dientes de cartón, y pelucas de seda.
Ahora dan miedo.
Si las ideas envejecen, dejarlas morir en paz.
¿Qué pasaría si el pueblo se negara a presenciar las bodas reales?
Era otoño.
Las nubes parecían cabalgar en la tarde, y volé con ellas.

Dionisia García


El fervor de las cosas

Me siento a esperar el poema
de espaldas a la luz
en la pequeña casa
que habitamos.
No puedo remediar el griterío,
la percepción de ruidos trepadores,
en este quinto piso, de horas menguadas,
sin paisaje. Sólo el fervor de las cosas,
su obediente compañía.

Dionisia García


"El mundo de los afectos y la cercanía con las personas es mi mejor refugio, siempre lo ha sido."

Dionisia García


"Está en nuestras manos poder penetrar el alma de las cosas, mientras permanecemos abrazados a un mundo bello y frágil."

Dionisia García



Habrá lilas

Tiemblo
al pensar que, algún día,
ya no veré las lilas de los huertos,
ya no oleré la tierra
en caricia que esponja
ni cruzaré palabras
en mañanas de sol o niebla,
hermosas e incitantes.

He visto a mis amigos;
he sentido deseos de besarlos,
de tenerlos así,
porque más tarde no habrá besos de ahora.

No me gusta creer
que las lilas perderán su existencia
tras los telos de la noche,
de esa noche;
han de existir,
porque también ignoro
si, en alguna parte, cerca de mí,
hay presencias
que no palpo
y fueron siempre.

Dionisia García


Meditación y canto

Mientras seas, conmemora los días,
préndelos en varillas titilantes,
amparado abanico entre tus manos.

El transcurrir ligado a sus historias,
y, desde los registros de recuerdo,
podrás rememorar con impaciencia
cualquier atardecer sobre nosotros.
Es el rastro cuanto nos sobrevive
y unge carne de amar en falso sueño.
Las caricias, ay, las manos, y el beso
de aquella madrugada junto al álamo:
todo quedó grabado sobre el lienzo,
armonía con cintas de paisaje
en tímido desdén amanecido
hasta llenar el vaso de los ojos.

Mientras no sucumbimos, cumple al cielo,
prepara los manteles para el ágape,
reza conmigo el canto apasionado
a tanto pormenor que Dios ofrece.

Dionisia García


"¿Miedo? Trato de racionalizarlo. Si no lo consigo, le abro la puerta y llegamos a un entendimiento."

Dionisia García


“No se puede escribir sobre lo inmediato; es en ese recuerdo que permanece y que regresa para convertirse en una nueva realidad donde está el poema.”

Dionisia García


"Pienso que el arte y la poesía nos salvan de muchas cosas. Para mí, escribir un poema es un momento de luz, no sé si útil, pero valiosísimo."

Dionisia García


Poeta menor

Qué importa ser poeta menor, si de la naturaleza gozo.
¿Qué es lo verdadero? ¿Quiénes lo aplauden?
Qué se yo de este mundo, de mi presencia en él,
del exterminio de cuanto he amado, de este cuerpo
y su declinar, día tras día, sin poder detener un instante
el soplo que mueve mi complicado ser.
Oh cielos, cuándo hablará mi Dios en sencillo lenguaje,
cuándo a mi mesa, y a mi fidelidad, ha de acercarse quedo.
Y, vosotros, a preguntar llegáis: a que me descubra
sin imágenes ni símbolos, sin preciso ropaje ante lo incierto.
Atentos, si inspiración o intelecto impulsa, si capricho,
necesidad o vanagloria acreditan la verdad del poema.

Dionisia García


"Soy creyente practicante, y busco; trabajo en ello. Con frecuencia recuerdo a Agustín de Hipona y sus palabras: 'Mi fe es la fe que busco'."

Dionisia García


"Valoro el amanecer de cada día, que sigue pareciéndome prodigioso."

Dionisia García













No hay comentarios: