Barco a la deriva

Hay que salvar la nave,
su tripulación,
el cargamento.
Sálvala tú que sabes el oficio,
que puedes tranquilizar el desorden
de las máquinas y el fragor de las olas
con el simple roce de tus dedos,
con el bálsamo de una sonrisa.
No permitas que naufrague
este terco barco a la deriva.
Ofrécele al final tu puerto,
condúcelo
a su muelle húmedo,
y verás cómo se aquieta
este incendio voraz
que me consume.

Enrique Jaramillo Levi


Bruja

Habitada por el viento
que en recinto cerrado
se pone a mecer tus cabellos,
nocturnas voces musitan
lapidarios dialectos
por el fluir de tus ojos.
Brilla y parece desvanecerse
el calor de tu piel
cuando platicamos de brujas
y un relámpago enciende
la punta de tu lengua.
Me convierto entonces
en la más fiel
de tus víctimas.

 Enrique Jaramillo Levi


Destiempo

El amor expira
                       y renace
cuando irrumpe su tiempo
de ser,
efímera rosa a destiempo
espinas en el tiempo justo:
preludio de trinos
que tendrán otra voz
y nueva substancia
mientras dure la cosecha.

Enrique Jaramillo Levi


El mar

Caracoleando su rumor milenario,
imponente emerge el mar
por entre oscuras rocas
que bordean la costa y me rodean
las mujeres de mi vida.
Sus cuerpos se encrespan,
estallan aquí cerca, a mi lado,
y en la distancia muere el atardecer.
Pequeñas olas llegan suavemente
tras formarse afuera
e irrumpir ahora, palabras
que ya no sé quién dijo
ni cuándo ni su razón de ser.
Líquida caricia me lame los pies,
el pensamiento, casquivana, insistente.
Hacia su origen enfilan residuos
en dulce postración.
El mar: esponja de recuerdos,
cambiante espejo, flujo
y reflujo de otras vidas,
de mi existencia metamorfosis
y resurrección.

 Enrique Jaramillo Levi


Escritura

Afuera llueve
Tu mano escribe a mi lado un poema
Veo caer la lluvia
Los trazos emiten un sentido
En los charcos de la calle flotan palabras
Una lenta humedad de signos nos ciñe al respirar
Estoy empapado de ti cuando te leo
Somos ya una misma esencia
atrapada entre agua y escritura.

Enrique Jaramillo Levi



"- Le decíamos Caracol - comentaron. - Un niño triste. Esta playa era su casa - Pero allá dormía, con la abuela -añadieron compungidos, señalando un sitio, ya oscuro, que se perfilaba a poca distancia.
Sin escuchar explicaciones, sin aceptar mi ayuda, sin decir palabra, la anciana ha ido lavando y vistiendo, trabajosamente, el maltrecho cuerpecito. Ahora, como recuperando un ritual, peina los húmedos cabellos moviendo apenas los labios, el casi olvidado rostro de salitre una mueca que deja de ser piedra antigua.
Desolado contemplo la escena: el pálido rostro cediendo a la rigidez; el peine oscuro que en la mano venosa va y vuelve y nuevamente se interna en la cabeza, sobrecargándose de arena; la mueca dejándose mirar. No llora, no se lamenta, nada me reclama. Diez años detenidos entre el rumor del aire que afuera empieza a enfriar la rotunda noche y la oscilación de las sombras interiores, a la luz de una vela, como si nunca hubieran transcurrido. Pero yo sé que el tiempo, tenaz asedio de la vida, existe."

Enrique Jaramillo Levi
Caracol



"Quisiera escribir todos los días. No lo puedo hacer a veces por mi trabajo que es muy absorbente: tengo a mi cargo en la Universidad Tecnológica de Panamá la organización de diversos eventos culturales, doy clases. Pero a veces suplo el no escribir literatura creativa todos los días con hacer un poquito de periodismo. Por épocas he tenido a mi cargo columnas, o espacios para escribir artículos de opinión en los periódicos. Y aunque es otro tipo de escritura, uno ejercita la pluma y la mente. Pero de una manera u otra estoy escribiendo. Si se me viene una idea a la cabeza inmediatamente escribo un párrafo o versos que pueden posteriormente formar un poema. Lo escribo en lo que sea: en servilletas, lo que tenga a mano. Pero hubo una época en que sí me dediqué todos los días a escribir. Cuando tuve esa beca en México durante 1971, no desaproveché nunca la oportunidad de hacerlo. Ese año debo haber escrito por lo menos cincuenta cuentos; me dediqué totalmente a escribir. En realidad Duplicaciones es un pequeño fragmento de lo que escribí ese año y posteriormente en México. Hay épocas en que me da por escribir poemas y cuando estoy escribiendo poesía no puedo escribir cuentos. La poesía es para mí muy de índole terapeútica, catártica, y ese sentido es muy personal. Y bueno, respecto a las otras facetas, la del ensayista, el antologísta, he hecho muchas antologías, de literatura mexicana, centroamericana, panameña, he reseñado muchos libros, he tratado también de promover a otros escritores. Aquí hay una revista cultural, Maga, que es un espacio que trato de abrir para los nuevos escritores. En Panamá no hay muchas posibilidades de publicar, no hay empresas editoriales, el Estado no ayuda mucho. De una u otra manera todas estas facetas convergen en la labor de hacer una literatura nacional. El escritor, el crítico, el investigador, el profesor de literatura, el promotor cultural, el editor, el que hace periodismo cultural—son caras de la misma moneda en el fondo. Y todas las cultivo."

Enrique Jaramillo Levi



Sonrisa

                                                         A Tatiana, mi primera hija

El día es gris
y están frías mis manos
cuando a través de la ventana
veo agitarse los rosales
en el jardín
azotado por el viento.
Empieza a llover
como un lento aprendizaje
de la naturaleza
hasta que la oscuridad
que ha ido creciendo
entra en mi ánimo.
Oigo un suspiro
leve
a mis espaldas
y me doy vuelta
buscando recuperar el tiempo
de la alegría
en el espacio exacto
que ocupa el pequeño bulto
animado
sobre el tapete.
En su rostro pálido me veo repetido
y pienso que esa sonrisa suya
inocente
es capaz de mover el mundo
en que me muevo
iluminándolo
hasta cortarle las alas
a la tristeza
y restaurar mil veces
el genuino rostro
de la paz.

Enrique Jaramillo Levi












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