"Cada generación de estudiantes tiene su faena por hacer. Quienes han pasado ya por las aulas y han transitado los caminos del estudio universitario, han cumplido bien o mal la tarea que les correspondía."

Manuel Benjamín Carrión Mora



Decálogo del estudiante universitario

Queda mucho por hacer en la obra de edificación del hombre ecuatoriano. En la obra de edificación del Ecuador. Y esa es la misión, esa es la obra de los estudiantes universitarios, hoy como nunca premiosa, hoy como nunca ineludible.

1. Restablecer la fisonomía rebelde de la patria. No la inconformidad pesimista, que no afirma ni construye, sino la rebeldía optimista, que no se somete, y que exige a los demás –y les enseña– el no-sometimiento. Es absolutamente inconcebible la posición del estudiante universitario –cuya edad legal está comprendida entre los 18 y 25 años- que adopta calculadas prudencias, frente a posibles ventajas o peligros, como un anciano valetudinario, que lleva inclinada la cabeza hacia la tierra.

2. Defender, por sobre todas las cosas, la libertad para pensar y expresar el pensamiento. Dentro de la Universidad y fuera de ella. Para los hombres todos de la patria. Luchar contra los dogmatismos que encasillan la ciencia, a la investigación, dentro de sus andariveles estrechos. Que no nos opongan el Génesis a Darwin, ni el Éxodo a Galileo o a Cristóbal Colón. Que las investigaciones de la economía no sean proscritas porque hacen daño a los ricos, a los explotadores eternos de la miseria del pueblo. Y que jamás se acepte la invocación de Jesús –el pobre entre los pobres- en defensa de la explotación del hombre por el hombre.

3. Investigar las raíces verdaderas de la patria, estudiar sus esencias profundas. Es en el espacio de la patria y en el tiempo de la patria, donde podremos indagar su realidad y comprenderla: la geografía y la historia, la tierra, el aire, el sol, los hombres. Tratar de desentrañar la verdad del trópico de tierra baja y del trópico de tierra alta, para aspirar a conocer la verdad entera del país.

4. Trabajar por la unidad y la integración humana de la patria. Estudiantes de las universidades serraniegas y estudiantes de las universidades litorales deben hacer el juramento de realizar la fraternidad total del hombre ecuatoriano. Que las diferencias sean estímulo de superación y no de rivalidades suicidas. Y que las características que imprimen carácter sean aprovechadas para encontrar el barro –el mar y la montaña, la llanura y el risco- bueno que haga el hombre ecuatoriano, el de siempre, amante de la cultura y de la libertad. Que las universidades, de la patria sean caminos vivientes de la unificación de las regiones y comarcas.

5. Trabajar por la justicia y el pan, porque todos los hombres del Ecuador gocen de un mínimo de comodidades, mediante el aprovechamiento racional de los bienes todos de la patria. La igualdad social debe ser la meta de lucha para el estudiante ecuatoriano y, por lo mismo, su causa ha de ser la causa de los trabajadores, y el estudiante universitario, siempre, siempre, ha de estar junto al trabajador, en su lucha por las reivindicaciones a que tiene derecho. Resulta inconcebible la posición del estudiante que, en el conflicto del capitalista y el trabajador, del explotador y el explotado, no se halle fraternizando con los eternos desposeídos, las permanentes víctimas del sistema que vivimos, dentro de nuestra retrasada economía.

6. Defender al hombre ecuatoriano –el capital humano- de la patria. Defenderlo en su salud, en su moral, en su cultura y su justicia. Prestar todo el apoyo necesario y, en lo posible, promover campañas sanitarias, campañas de alfabetización, enseñanza del aprovechamiento de la tierra y el subsuelo de la patria. Los estudiantes de derecho, ayudando a la defensa de la justicia de los trabajadores y a la enseñanza mínima, entregándose a la defensa de la salud, los de ingeniería, química, agronomía, veterinaria, ayudando a la investigación de las riquezas nacionales. Finalmente, los de Filosofía, Educación y Letras ofreciendo la enseñanza de la moral y la justicia, para construir un pueblo sano y capaz para vivir su proyecto de vida dentro de los linderos de la patria.

7. Crear, con el espíritu de trabajo y de lucha, un sentido optimista y confiado en las virtudes fundamentales de la patria. Desterrar los complejos de inferioridad, que nos hace pensar que somos el último de los pueblos del mundo. Y combatir como a los mayores enemigos a quienes, en la magistratura, en la cátedra, en las letras, son pájaros de mal augurio, que todo lo encuentran malo dentro del país y bueno en otras latitudes.

8. Enseñar la vida en esperanza y júbilo. Llevar las notas más altas en el cántico que, cotidianamente, hemos de elevar a la esperanza, pero todo sobre la base de haber conseguido, mediante la investigación y el estudio, la respuesta necesariamente optimista que tiene que dar la patria a los hijos que quieren su grandeza y que han entregado lo mejor de sí mismo a su concepción.

9. Desterrar los individualismos egoístas y proclamar la prevalencia de lo social sobre lo individual, en todas las empresas de la convivencia.

10. Estudiar.

Benjamín Carrión


"Desde los tiempos indianos, no fuimos país macho, país engendrador. Fuimos país hembra, país que concibe, país de entrañas fértiles."

Benjamín Carrión


"El amor del indio a su tierra, cuando es suya no puede discutirse. Pero la tierra, casi en ningún sitio del Ecuador es del indio."

Benjamín Carrión



"En patrias nuevas, en las que lo que se halla por hacer es el hombre, la misión esencial del universitario es la de contribuir, con sus poderes de juventud y vigor, a esa edificación, sin la cual, todo lo que se construya en el campo de las ciencias, las leyes, la filosofía, será deleznable y perecedero, como cuando se construyen palacios sobre arena."

Benjamín Carrión


“No. No somos un pueblo ingobernable. Somos, hemos sido, un pueblo pésimamente gobernado, con raras y bien conocidas excepciones.”

Benjamín Carrión



"No solo de pan vive el hombre. No solo de organización hacendaria ni de leyes electorales vive feliz el estado. El problema educativo –el gran problema, el capital problema americano- debe ser preferentemente resuelto en el sentido de conseguir la reacción del indio, su rehabilitación, empleando para ello métodos eficientes y técnicos. Eficientes y técnicos. Eficientes y técnicos, pero ante todo, peculiares, propios. ¡Por Dios, no pidamos a Alemania que nos enseñe a educar a nuestros indios! ¡No enviemos a nuestros profesores a estudiar la escuela rural inglesa, francesa, alemana!."

Benjamín Carrión



"Nos quitaron la patria que tuvimos. Ahora, es preciso volver a tener patria."

Benjamín Carrión



“Señores, el pueblo ecuatoriano existe. El pueblo está de pie, listo para el sacrificio, listo para la salvación de la patria. Entregúensele verdades, désele confianza. Y en la hora de la hora, désele armas.”

Benjamín Carrión


“Si no podemos, ni debemos, ser una potencia política, económica, diplomática y menos ¡mucho menos! militar, seamos una gran potencia de cultura, porque para eso nos autoriza y nos alienta nuestra historia.”

Benjamín Carrión


"Tenemos que ser un pueblo grande en los ámbitos de la espiritualidad, de la ética... de la cultura y libertad."

Benjamín Carrión

"Yo sostengo, apoyándome en la historia y en la geografía, que el Ecuador tiene en lo espiritual, una vocación muy honda por la libertad; sus fechas, antes que de heroísmo imperial, son fechas de liberación, 10 de agosto, 24 de mayo, 6 de marzo; sus hombres –excepción hecha de García Moreno – son luchadores por la libertad: Espejo, Rocafuerte, Montalvo y Alfaro. Su literatura, es una literatura de insurgencia, desde el panfleto bravío de los luchadores por la independencia y la república, hasta la novelística actual, clamadora de justicia por el montubio, para el indio, para el explotado de ciudades y campos."

Benjamín Carrión















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