Canta

Canta, oh Diosa, la luz estremecida
de esta mañana de febrero. Canta
su victoria final sobre el insomnio
y las últimas sombras. Canta el mundo
restituido a los hombres, los aromas
del lado más remoto de mi tiempo,
el brillo de las cosas diminutas
y los ojos que saben descubrirlas.
Canta el estar en el lugar exacto
en el momento justo de la vida.
Canta hasta que consiga comprender
y una voz sola sean nuestras voces.

David López Sandoval



El corazón de un hombre

Aunque esta noche escapen las chispas de la hoguera
y el viento haga temblar las ramas de los árboles,
aunque esta noche ruede la piedra cuesta abajo
como todas las noches de tu vida hasta ahora,
aunque queden pendientes demasiados deseos
para seguir creyendo que hay un plan infinito,
sin reglas ni esperanza, sin miedo a lo que ocurra,
por encima de todo procura ser feliz.
Feliz porque la lucha por llegar a la cima
basta para colmar el corazón de un hombre.

David López Sandoval


En otro universo

Para garantizar su anonimato
por si un día este libro se publica,
jamás escribiré su nombre, aunque ya es parte
de mí. A ella le debo, por ejemplo,
mi impenitente amor por los ojos azules
y los pechos pequeños. Y le debo también
que busque en otros cuerpos el suyo desde entonces.
Durante muchos meses pensé en ella
y fueron para ella mis primeras estrofas.
Es posible que ahora no la reconociese.
Mil millones de vueltas habrá dado su vida.
Puede ser que haya muerto, o esté en dificultades,
o sea tan feliz que ya ni me recuerde.
Y sin embargo sé que hay un lugar
en el que el argumento jamás transcurre así.
Sé que en otro universo no acaban los veranos.
Y tengo trece años y ella dieciséis.
Y acudo eternamente a aquella playa
donde es de noche siempre y aquel beso
es el único beso de la historia.

David López Sandoval


Por un abrigo que llevaba Eratia una noche

Se me detuvo el tiempo cuando el coche
te llevó hasta tu casa tras la cita.
Quedó el mundo suspenso en la infinita
pausa del universo a medianoche.

Creía que le habías puesto el broche
a mi ciega inquietud de troglodita,
y entendí que estarías siempre adscrita
al oscuro mercado de la noche.

Ya me sumía, Eratia, en el desgaste
de imaginarte a ti con ese amigo
y empezaba a mandarlo todo al traste,

cuando viniste entonces con tu abrigo
y, como Audrey Hepburn, te giraste
y el planeta giró también contigo.

David López Sandoval


Todos esos espejos

Todos esos espejos
en los que un día me miré, ¿qué imagen
guardan de mí?, ¿qué parte de mi vida
rebalsan? ¿Qué ocasiones
cabrillean aún sobre sus ondas?

David López Sandoval


Uno de los grandes

A Pencho

La canasta en el último suspiro,
los besos que no son los de tu madre,
la carrera imposible hasta la isla
mientras estalla el sol sobre la espuma,
la primera ocasión en la que oyes
la melodía azul de aquellos ojos.
Consérvalos, conserva esos momentos
dentro de ti, aunque nadie te arrebate
el aliento en el campo de batalla
o mueras con el pecho emponzoñado
de mentiras. Conserva esos recuerdos
para aferrarte a algo y darte cuenta
de que no necesitas ser un héroe
para irte como uno de los grandes.

David López Sandoval













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