Castillos

En el cielo hay
un castillo,
un castillo hay
en el mar.
El del cielo es de vuelo,
de agua y olas el de la mar.
En el pino hay
un castillo,
un castillo hay
en el mar.
El del pino es de trinos,
de arena el de la mar.
En mi sangre hay
un castillo.
un castillo hay
en el el mar.
El de sangre es mi hijo:
cielo, alas, trino y mar.

Excilia Saldaña Molina



Discor descortés

Ay, qué enojo,
que me mojo!
–Dijo un pétalo de flor
a la gota de rocío
(qué tristeza, qué vacío)
que le ofrendaba su amor.

Excilia Saldaña Molina



El fondo del mar

Vive en el centro
del
agua
y nadie
la
puede
habitar.
Se envuelve en redes
de
algas
y sale
de
noche
a cantar.
Tiene un secreto.
Lo
calla.
Olokun
es
lo hondo
de la mar.

Excilia Saldaña Molina


Papalote

Nunca habrá tiempo
de enredar el amor en las venas
nunca habrá tiempo
para echarse a calentar la alegría
como una gallina clueca
sin embargo
la cosa sería muy fçacil
si militaras bajo mis párpados
si te comprometieras
a llorar mi tristeza
y la empinaras al viento
como un papalote sobre los tejados de la ciudad.

Excilia Saldaña Molina


Viejo amigo

Mi niño tiene un amigo
–los ojos de negro bosque,
el pelo negro y endrino,
la piel de puro azabache,
la voz de oscuro castillo–
de noche viene a buscarlo
en un corcel negro y fino
y se van los dos alegres
por un antiguo camino:
Mi niño hecho niño-sueño.
Su sueño hecho sueño-niño.

Excilia Saldaña Molina



Zéjel de la soledad

Palomo, venga a mirar
lo sola que anda mi vida.

Sin usted ya no sé amar
ni sé el arrullo arrullar
y menos puedo volar
si es que tengo el ala herida.

Palomo, venga a mirar
lo sola que anda la vida.

Excilia Saldaña





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