Comienza un lunes

La eternidad por fin comienza un lunes
y el día siguiente apenas tiene nombre
y el otro es el oscuro, al abolido.
Y en él se apagan todos los murmullos
y aquel rostro que amábamos se esfuma
y en vano es ya la espera, nadie viene.
La eternidad ignora las costumbres,
le da lo mismo rojo que azul tierno,
se inclina al gris, al humo, a la ceniza.
Nombre y fecha tú grabas en un mármol,
los roza displicente con el hombro,
ni un montoncillo de amargura deja.
Y sin embargo, ves, me aferro al lunes
y al día siguiente doy el nombre tuyo
y con la punta del cigarro escribo
en plena oscuridad: aquí he vivido.

 Eliseo Diego


"De entre narradores, dramaturgos y ensayistas, los poetas son los primeros."

 Eliseo Diego



Delante del arbolito
Eres toda un arbolito,
Tan linda la cara y firme.
“¡Yo no me muevo de aquí!”
    
 Eliseo Diego
“Primer retrato de Bella en Arroyo Naranjo”




Desde los bancos de los parques el humo sube poquito a poco,
empinándose,
confundiendo al murciélago: sobre la hoja del plátano
amanece el cocuyo, la trémula belleza del origen,
y ya podemos irnos, soñando, a casa. Mañana será la Isla
como la vio Cristóbal, el Almirante, el genovés de los duros ojos
abiertos,
en amistad la tierra con el mar, tierra naciente,
de transparencia en transparencia, iluminada.

 Eliseo Diego



"El ajedrez sigue siendo la pasión más grande."

 Eliseo Diego


En esta extraña calle donde vivo,
esta increíble calle de otra parte,
quién habita esta casa que es la mía
y entrando por la puerta grande y ocre
me deja fuera a mí, que soy él mismo,
temblando como un niño ante la entrada.
Me deja a la intemperie de este mundo
como en ciudad ajena donde debo
inventarme un quehacer igual al mío
y con palabras que jamás se amigan
ni sé qué son ni nunca lo he sabido
explicar a empellones que no entiendo
qué hago yo entre estas rocas bien medidas
con geométricas grutas donde moran
los que vanse y regrésanse sin prisa
y a lo sumo me miran de reojo
como si sólo fuese el que hubo entrado
apenas no sé cuándo allá en sí mismo
hacia el infierno que naturalmente
será saberme siempre el que está fuera
temblando ante la entrada como un niño.

 Eliseo Diego




"Estaba en el ejército, al frente de un pelotón, y me encontré con el director de la revista militar de las Fuerzas Armadas de Cuba, una revista que se llama Verde Olivo. Le dije una mentira: le conté que tenía escrita una novela y me propuso publicarla por capítulos, cada semana una parte. Me dijo que le mandara el primer capítulo, era un viernes. Ese día por la noche me senté a escribir, porque no tenía ninguna novela. Esa novelita se llama La fogata roja y trata sobre un pelotón de niños que tenía el general Sandino en Nicaragua, que se llamaba El Coro de los Ángeles. Yo había conocido a uno de esos angelitos. Nunca había estado en Nicaragua, pero con esa novelita me gané el Premio Nacional de la Crítica en La Habana. Esa fue mi primera novela."

 Eliseo Diego


"Los dictadores odian a los poetas porque son los seres más lúcidos que existen; ven lo que otros no ven; si miran unos zapatos, saben los caminos que han andado, hasta la vaca de donde provienen esos zapatos."

 Eliseo Diego



“Los poetas no mueren nunca, y menos si los matan.”

Eliseo Alberto



"Me gusta la cocina, he aprendido que soy un cocinero extraordinario. Eso lo aprendí cuando me quedé solo con mi hija que era muy pequeñita. A mí la cocina me entretiene muchísimo. Cocino mucho, en mi casa todos los días van a comer diez o doce amigos, casi todos cubanos errantes también, exiliados. Muertos de hambre que van a la casa a buscar su olla popular, digamos. La cocina me entretiene mucho, me encanta cocinar, me gustaría escribir un libro de cocina."

 Eliseo Diego


"Si quieren escribir una buena novela, lean a los poetas de su generación. Léanlos. Un poeta no es más que una mirada. Lean a los poetas. Contamínense, úsenlos, ensúciense de los poetas. Los poetas van por delante: Dios los bendiga."

 Eliseo Diego


“Yo he sido muy crítico con Fidel y con el gobierno de mi país. Yo, además, he recibido numerosas críticas de parte del gobierno cubano, críticas hasta insultantes, pero yo no escribiré nunca nada que le haga daño a Cuba. Antes de eso, mejor me corto la lengua y los brazos... A mí me gusta decir, y estoy dispuesto a demostrarlo, que nadie ama más a Cuba que yo. La pueden amar como yo muchos, millones, no digo que no, pero más no, más no... porque eso es humanamente imposible...”

 Eliseo Diego









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