Como sueño

Un día, sin guitarra, sin luna, sin tus ojos:
vendrá la voz del viento,
negra y desdentada, beberá de la mano,
de la tierra -sedienta y renegrida-
beberá sin descanso la sal de las auroras.

Yo estaré dormido,
bajo la sombra aterida de las aves,
en los golpes de lluvia peregrina,
en el frutal esbozo de unos labios.

En cada sorbo la voz hará un camino,
para el silencio de entumidos huesos.

Y pasará de largo, hollando el fistol
de mi corbata; como sueño
al final de las calendas.

Everardo Antonio Torres González


Otoñal

Como sombra perdida en otra sombra
tu ser y mi ser se fusionaron
en el canto temprano de la alondra
la luna y el viento se ayuntaron.

Las hojas cayeron de los sauces
las aves al sur también volaron
mis ojos vacíos se entrecerraron
al evocar tus formas elegantes.

Partiendo con pasos vacilantes
con rumbo al sur mi vida dirigía
para buscar las luces del vigía
que con gentil lucero señalaba
la ruta otoñal que principiaba
donde un rayo de amor se consumía.

Everardo Antonio Torres Glez


Soledad

La inmensa soledad es una fuente
con claros horizontes de vacío,
espuma que se escurre del navío
en la curva final de una pendiente.
Libera con mandíbulas y dientes
la cuerda de relámpagos y ríos
al borde de afilado desvarío,
al filo desbordado de la mente.
Y sola se desangra en la hojarasca,
con húmeda mirada acariciante
-La inmensa soledad es un instante-
que muerde el corazón en la borrasca.
Es rosa de los vientos que se atasca
en la sombra de luna trashumante.

Everardo Antonio Torres Glez










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