De otoño

Un vuelo melancólico de hojas
en las arcadas de la selva ondula,
como sonrisa virginal que adula
la muerte, de la vida en las congojas.

tal en tu selva, corazón: despojas

tus ramas de recuerdos, y simula
un miraje engañoso que estimula
el manojo de ensueños que deshojas.

De otoñales tristeza se diluye
un algo espiritual en la contienda
en que el aroma de tu vida exhalas;

y al rumor angustiado, sustituye,
de tus alas heridas en la senda,
un vuelo melancólico de alas.

Carlos Póo Urbach



In extremis

   Aura sutil su clámide olorosa
de verde enredadera en los festones
desgarra. Melancólicas canciones
flébiles surgen de la selva hojosa.

   Tiñe el cielo su bóveda azulosa
con lácteas tenuidades de jarrones,
y en el ocaso humeantes bermellones
del sol la veste esparce esplendorosa.

   Como un pálido ejército las garzas
van acampando en las punzantes zarzas
que bordan los linderos del camino

   donde en áspero lecho de fría piedra
que alfombra crespa exuberante hiedra
agoniza extenuado peregrino.

Carlos Póo Urbach


Incoherentes

   ¡Los fervientes anhelos! los que hilan
los flébiles amores celestiales
y enervando el dolor de los mortales
cual lánguidas visiones se perfilan;

   en mi alma nostálgica destilan
el aroma de goces ideales,
y lívidos fantasmas, espectrales
por mis ensueños cándidos, desfilan;

   al cruzar por mi mente oscurecidos
como un sol deslustrado que se apaga
o tristes como pálidos dementes;

   entumecen mis nervios doloridos
con la dulzura misteriosa y vaga
que engendran los delirios incoherentes.

Carlos Póo Urbach



Los templos

En sus bóvedas guardan la infinita
castidad que los sueños tornasola,
como guarda en su pálida corola
alburas la silvestre margarita.
En su recinto protector no agita
el ansia terrenal su impura ola;
del blanco cirio la dorada aureola
a los delirios lánguidos excita.

Narcótico deleite se desprende
del incensario fúlgido que al aura
impregna de balsámicos olores;

y el ritmo melancólico que extiende
por la atmósfera el órgano, restaura
el piadoso fervor de mis mayores.

Carlos Póo Urbach




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