Déjame

Disfrázate de río.
Desborda en mi cuarteado territorio
tus mansas aguas, dulces, tibias,
pero déjame
cuando puedas volver sobre tu cauce
la próspera bondad de tierra fértil. 

Disfrázate de luna.
Despliega en este valle de canela
exhausto, torpe, inútil,
tu blanca seda.
Al rendirte al bostezo trasnochado
déjame la frescura del rocío. 

Disfrázate de orilla
en este inexacto límite entre ambos
irregular, pendiente, resbaloso.
Soborno de frontera
donde entre guerrilleros y soldados
levantemos el puente de un te amo.

Carmen Luisa Pinto Pereira


Discrepancia

Urge
sosiego,
temperancia,
racional proceso,
 replanteo de lo inevitable,
análisis acucioso,
táctica efectiva
sobre vivencia
en esta estrategia de sentirnos.

Carmen Luisa Pinto Pereira


Hoy

Hoy es un conteo,
un frío espasmo,
un gris de invierno,
no han habido voces,
ni acortadas distancias,
la interrogante del pájaro perdido es un horizonte desolado,
la muerte una señora bordando algún pañuelo donde envolver a la sonrisa,
vestida de incertidumbre en este largo día de insomnio prolongado,
amenazada de nueva soledad en golpe bajo,
camino entre rosarios de penitencia
esperando.

Carmen Luisa Pinto Pereira



Respondiendo a un por qué

Porque llegaste tarde a las palabras,

porque ya los caminos se van haciendo estrechos,

porque en abrazo tierno del gastado horizonte se nos vistió de ocaso el sol de los inviernos,

porque aunque soy estreno, mis ropas entre arrugas de sábanas usadas conocen el misterio de viejas madrugadas,

porque ahora las alondras que desprenden sus alas sobre las altas olas no inauguran el vuelo de tu piel a mi cama,

porque soy un crucero de destino apretado entre un rabo de nube y un halcón destrozado,

porque voy engarzada a un pasado de antojos que se queda perdido en la luz milenaria que despiden sus ojos,

porque ya nada espero,

porque no habrá más puertos donde anclar con mi barca en estos malos tiempos de vientos y borrasca,

porque de hacer caminos, desperté una mañana encendida de asombros convertida en destino,

porque entre mis canciones fui perdiendo el sentido de la dulce armonía de una voz encontrada,

porque todo lo tengo,

porque en tanta impresencia renacieron los nardos de un jardín encantado donde no juegan niños, sino toros dorados,

porque sin ser La Higuera que abochorna a la rosa, su susurro me roza más allá del deseo cuando rompe el anhelo, siempre al pie de su boca y mordiendo los labios me repite ¡preciosa...!

Carmen Luisa Pinto Pereira


Si acaso yo supiera

Si acaso yo supiera cómo puedo esperarte
saldría por las calles con mi cara de fiesta
en cada nueva tarde;

si acaso yo supiera que en la próxima esquina
me encontrara algún rastro de tu sereno paso
andara despeinada bajo la lluvia fina;

si acaso yo supiera que en cada madrugada
inventaras un viaje a mis montes talados,
desnudada de antojos me volvería campana;

si acaso yo supiera que tu piel fuera el aire
que acaricia de brisa mis rosales abiertos,
yo sería en mi oruga,

mariposa futura inundando el desierto
de tus tantos desaires.

Carmen Luisa Pinto Pereira









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