Desde el playón

Desde el playón, con mi dolor a solas
contemplo la brumosa lejanía.
Ruge furiosa la existencia mía
cual ruge el mar con sus soberbias olas.

Te vas.... Pero me queda la esperanza
de encontrarte algún día en mi camino
y así como hoy se trunca mi destino
mañana puede ser mi bienandanza.

Me quedo tristemente solitario
con mi dolor en cruz, hacia el calvario.
Hoy empieza mi senda adolorida.

Porque te llevas tú, mujer amada
en la húmeda expresión de la mirada
el poema doliente de mi vida.

Eduardo Capriles


El ruego

Una ardorosa lágrima de fuego
se desgranó de tus dolientes ojos,
cuando tu voz pletórica de enojos
con aspereza rechazó mi ruego.

Fuí todo tuyo con pasión y, luego,
ya doblegado, con fervor, de hinojos
te fuí diciendo en plenitud de antojos
cómo te amaba con locura, ciego.

No sé lo que ha pasado, pero insisto
en que estoy padeciendo como Cristo
porque vivo clavado en mis desvelos.

Al trágico madero del destino.
Y así voy caminando mi camino
con la cruz agobiante de mis celos.

Eduardo Capriles










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