Los hijos

Esas inquietas criaturas
poseedoras de incontenible fuerza,
fe y sostén de la raza
en generaciones futuras.

Genios dominantes
de nuestros amores,
crecen ignorantes
de peligros y temores.

Mármol tosco e inculto
donde moldear la vida,
dejando en la obra "esculpida"
la gloria de un arte oculto.

Los protegemos y amamos
con fuerza insuperable,
y cuando la vida terminamos
sentimos una satisfacción inigualable.

Cuando queremos insensibilizarnos,
con un "papá" nos desarman,
con gran fuerza corren a abrazarnos
y con toda sinceridad nos aman.

Son capaces de obrar maravillas
cuando nos hallamos agobiados;
con sólo sentirlos a nosotros abrazados
se terminan nuestras pesadillas.

Constituyen esa fuerza sobrenatural
que a los padres unen más cada día,
los que sentimos más fe conyugal
cuando creíamos que todo moría.

Francisco José Toral Córdova











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