"Me siento especialmente confiado respecto a todas aquellas personas que no han olvidado sus años de juventud, el encanto de las nuevas alegrías...
Los viajeros que regresaban del Caribe no me hacían agravio de mis errores o locuras, para mí la isla no sólo se encontraba en el espacio sino también en el tiempo, y el viaje que realicé a lo largo de la sombra de su costa fue fantástico y realmente largo.
Mientras respiraba el arcano de la memoria más profunda, la memoria legada por los ancestros, memoria balsámica, recreada por mí, que brota de la tierra. Como imaginaba me vi sumido de manera a la vez ingenua y apasionada en ella, porque quería reconocer el encanto del que bebe mi juventud, el hogar de todos los hijos queridos, cuyo corazón a menudo no comprendemos, dispuesto a sentimientos más profundos y habitados por grandes sueños."

Marie de Régnie, también conocida por su nombre de soltera Marie de Heredia o su seudónimo de Gérard d'Houville
El seductor


"Soy muy pequeña, muy humilde y siento pena por Nanon desde nuestra infancia llena de alegres bromas; ahora ella en cambio me regaña, me trata a su manera, me dijo que "yo le haría perder su paciencia a los mismos santos del cielo" que "ni siquiera el mismo Dios podría asistir indiferente ante el espectáculo de camisas, medias de seda y enaguas perforadas de tal forma que harían sonrojas a la gente razonable y piadosa y a la dulce madre de Jesús..."
Pero tras regañarme, ella misma cede y me perdona. Hasta me consiente modelar figurillas en el umbral de la habitación como si fuera una suerte de taller.
-¿No se requiere mucho dinero para esculpir dioses buenos? -preguntó ella ingenuamente.
Y después de todo se tranquilizó pensando que soy tranquila y sabia y que debía aceptar lo que ella llamaba mis camisetas de ninfa."

Gérard d'Houville
Tiempo de amar







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