Pincelada

Cuestión de nudos interminables
cuestión de amor incomprendido.
Rebeldías sin cuestionamientos
por ser diferentes
y no poder olvidar
porque el olvido duele menos que el recordar
el buscar esperanzada menos
y el encontrar mucho más
porque llegaría el vacío de la verdad
que no podemos enfrentar.
Vacíos fríos
asesinos del alma del espíritu
ya que soy trilogía en ti
como trilogía eres en mi.
Todo por los nudos
que no podemos desatar.

Eloisa Echeverría



Semilla de silencio...

 Dejé de existir un instante,
 en medio de un silencio ensordecedor que bajaba por mis venas,
engendrando penas en mi vientre maduro,
carcomiendo lo vivido seguro  de forma vertiginosa.
El color y el olor de la rosa se  hizo vacío,
todo el hastío invadió mi estancia sin tu voz de viento fecundo.
No sé a dónde fui,  dónde anduve fosilizando sombras,
encumbrando alfombras con ideas que no eran mías.
No sé si fui doliente, refulgente estrella o algún asteroide al que temían…
Tarde nublada en mis pupilas gastadas de tantos inviernos no amables,
soles sombríos, insondables, que no calientan lo necesario para crecer.
Juzgan mis pasos, mis lazos, mis fracasos y cuando busco ayuda
para no agarrotar mis pupilas, no tienen tiempo para mí.
Dejé de respirar en un instante postrero en que la menguante
 indicó sembrar para cosechar
pero mi piel dijo que es sólo en creciente que mis pasos sinceros
 tienen el destino que requiero para avanzar…
Y  las lunas en sus aposentos  llenan de cemento todas las pisadas,
las manos atadas a bolsillos usureros  retienen en postrero argumento,
 que no deja festejar…
Me quedé deambulando en algún silencio infecundo
que carcomió profundo el vendaval de risas que eran para mí,
dosificó a su antojo el beso anhelado,
 sólo  dejó un helado viento que me hizo llorar…
Me quedé enterrando memorias en los confines del reloj del tiempo
que no  da argumentos para seguir.

Eloísa Echeverría


Voz de tu voz

Voz de tu silencio que se empina en medio de la noche oscura,
voz que se quiebra y retuerce sin altura, muda, que habla con sólo miradas atadas,
sin color, ensimismadas de miedo a los pies de la almohada.
Voz de tu escultura sonriente, entre los que te roban de mis playas imantadas,
con arenas endulzadas para tus manos;
Voz de tu silencio que se quiebra en plena floración,
 no hay canción que salve las alas rotas,
entregando con cuenta gotas  el silencio que nos une…
Frutos secos en el  llanto de lunas quebradas,
todo vuela en lejanías maltratadas, sin claridades.
Las nuevas oportunidades de vida reluciente
son semillas silentes si tu voz no usas…
¡Si  la usaras  para enraizar mi nombre a tu  sonrisa!
Pero los silencios miedosos de cada paso, atan las ganas,
atan insanas, los deseos a tiempos en oscuridad compartidos,
tristemente esparcidos en las almohadas que  sellan
atan y mellan todo sueño anhelado…
Voz de tu voz en silencios encerrada, martillando una oración
que se hace canción en la retina de los oídos de mi alma,
te amo con calma, recitas en tus silencios
y sin aspavientos que grafiquen, al resto, tu sentir,
en silencio me sabes decir el amor con el que me envuelves….

Eloisa Echeverría














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