Al través de mi vida

Es el camarote de un buque mi estancia,
donde retrosinglo derecho a mi infancia.
Mi niñez no supo de hermosa cometa
ni de la peonza que ritma el planeta,
ni nunca en la copa del árbol subido,
saqué los piantes pichones del nido,
ni fui con los otros rapaces al pozo.

Elías David Curiel




Desorientación

Desorientado en medio de la llanura
desolada, no encuentro la dirección,
pues no hay polar estrella, ni tengo brújula,
ni en el Orto sombrío despunta el Sol.

Camino largo trecho, camino mucho,
del imprevisto acaso siempre a merced;
y cuando la fatiga detiene el rumbo,
siempre en el mismo sitio me hallo de pie.

Es porque retrocedo siempre que avanzo.
Los puntos cardinales trastueca el gris
nocturno y soy peonza sobre mis pasos,
sin que del llano negro logre salir.

Fluir oigo en remota clepsidra, el agua,
muerto de sed y ardido por el calor…
Y no sé en mi extravío ni a dónde vaya,
ni en dónde estoy!

Elías David Curiel


Jepthé

- "Jehováh, si me concedes sobre Ammonitas gloria
de mi casa el primero a quien mire, tu holocausto
será", -dijo Jepthé. De Jacob para Fausto,
le dio fulmínea diestra la fe de la victoria!

Coro virgen saluda del regreso la palma.
Avanza su hija única, la primera en el coro.
Él rasga sus vestidos y prorrumpe en un lloro:
-"Jehováh exaltó mi orgullo, para abatirme el alma"-.

La espantosa verdad las trocó en plañideras.
Por dos meses la virgen va a llorar en las eras
y viñas, ebrias de sol, su virginidad.

Entonces en cada nido piaba un huevo roto.
Jepthé violó su alma; pero cumplió su voto.
¡Y llenó su conciencia la Divina Piedad!

Elías David Curiel



Judith

a Aurora Tinoco

Contra tu ley ¡oh, Dios! el inhumano
ultrajó de Betulia el santo fuero,
y en orgullo empinándose altanero,
granito imaginó su empeño vano.

Por mi diestra armó tu soberano
poder. Tu ira tronó contra el Artero:
templé en el propio corazón mi acero
y por tu amor decapité al Tirano.

¡Salve, Elegido de Israel!¡Victoria!
Siempre que nuble la impiedad la gloria
de la justicia con que el Orbe llenas,

troncha y barre, Señor, tus enemigos,
como la hoz del segador los trigos
y el soplo del desierto las arenas.

Elías David Curiel



 Revelación

Nací poeta. En mi niñez temprana,
cuando aun la savia intelectual germina,
vibró en mi ser conmoción divina
que transfigura la materia humana. 

 Y en esa edad en que la voz es vana
copia de lo que el alma se imagina,
la flor del estro me clavó su espina
y me anunció los frutos del mañana.

Elías David Curiel




Y la negra fámula adivinadora
que previó en mi horóscopo una mala hora,
leyendo la cábala oscura que traza
el turbio residuo de café en mi taza.           

¡Oh mi alma, sueño de un dios, incoherencia
de un dios atediado de su omnipresencia! 

     Y la madre… 

Mi madre dormía y oyó mi lamento,
 y llegó, en puntillas, y entró en mi aposento.
Ungióme la frente su heroica ternura.       
No  vino mi madre, sino su escultura:
una diafanísima estatua de hielo,
de ojo infinito cargado de cielo.

(…)

Mientras por la casa voy de Ceca en Meca,
hila que deshila mi madre su rueca.

Elías David Curiel



Y se muere el ruiseñor
en pianísimo cantar,
en que se ha puesto a llorar,
perla a perla, mi dolor.

Elías David Curiel











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