Yo Siempre
  
VII

YO SIEMPRE

tuve sentido
de justicia:
siempre he aborrecido
los numerosos aspectos de la avaricia,
pero hab¡a un desacuerdo
entre mi vida y mi cabeza,
un desacuerdo cuerdo
en quien tuvo cuna burguesa.

El vigor de la juventud
puso de acuerdo a la vida con el yo,
y me ech¢ entre la multitud,
en nuevo campo y nuevo sol.

Y supe que desde siempre llevo
la igualdad dentro de m¡,
porque nada me tomó de nuevo
entre todo lo nuevo que vi.

VIII

CERTEZA de que el sol va a salir;
toda la vida en los ojos;
los cerros del oriente, rojos,
y los ojos en el porvenir.

Todo lo vi f cil, lo tuve en la mano,
en la mano inexperta que temblaba de acción,
pero la realidad fue la bofetada del hermano
traidor.

Experiencia comprada,
pero una bofetada
no es absolutamente nada
en la vida de un luchador.

Ya lo ves, camarada,
de una bofetada
puede brotar una canción
de liberación.

IX

CON LOS años que me resten de vida
y con un poco de serenidad
dejaré cumplida
la misión vital,
la que me dio la Naturaleza
y la que se trazó mi voluntad.

(En el canto, la mejor belleza
es la igualdad.)

La misión que me impuse es tremenda
y todo el largo de la senda
es mortal,
pero llevo una doble convicción
en el cerebro y en el corazón:
la verdad y la voluntad.

X

POETA, te felicito,
poeta de mi yo,
porque has proscrito
De tu lira la inútil canción.

¨Canciones para divertir
al maestro de arte?
-No, canciones para redimir
a los que mueren de hambre.

Canciones más humanas,
más galanas
en verdad,
porque las canciones vanas
son pompas de jabón, bellas de ociosidad.

La canción tumultuaria y roja,
el verso acometivo como un toro
y la idea brillante y fuerte que despoja
ahorcando a los `señores` como una soga de oro.

Carlos Gutiérrez Cruz








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