A Lope de Vega

Si a la boca del tiempo, que devora
duros bronces y mármoles, la fama
robó tu nombre, y con ilustre llama
renace cada día con la aurora:

¿qué importa que la envidia finja ahora
niebla, oh Lope, a tu gloria, que derrama
océanos de luz, donde se inflama,
y espléndida por ti, más se decora?

Vende escribiendo, imítate a ti mismo,
pues no has dejado a quien; que a la serena
virtud la detracción en vano ofende.

¿Mas cómo ya te ofenderá su abismo,
si como a sí la envidia se condena,
la verdad a sí propia se defiende?

Baltasar Elisio de Medinilla

No hay comentarios: