A través de la ventana

A través de la ventana
llega el rumor de tus lágrimas,
sé del dolor que atraviesa las sombras
para morir susurrando
en la lividez de mis manos.

El tiempo se adueña de mis sueños,
borrando en un olvido tus recuerdos,
que se va llevando esta lluvia que empapa.

En esta historia que nos prestó el destino
se perdió el final entre la ausencia de tu cuerpo
y aquellos ojos que huyeron en el camino a tu mirada.

Estas tempestades que abaten sentimientos
se hacen largas alimentando soledades,

Anteceden a la última palabra y
aniquilan con silencios,
el grito de amor que se esconde en
el sendero que te lleva al origen de mis letras.

Ana Mercedes Villalobos Pérez


Dulces palabras

Justificas la ausencia,
desamor que aflora,
insistente en mi puerta.

Desvaneces mis sueños amado poeta,
deshojando en mis letras
la tristeza que estrena.

¿Por qué los versos
aflorando en tus versos?
¿Por qué los sueños
que duelen, y sangran?

Porque en los versos
te dejo mi alma
y en todos los sueños
habito tus sábanas.

Ay! tormenta, llorando
como lluvia de mayo,
como letras perdidas,
en los mares y ríos.

Ahoguen nostalgias
que inundan miradas,
apaguen el fuego
que enciende mis ansias.

Los recuerdos son olas,
los recuerdos se bordan,
en el camino austero,
que jamás recorrimos.

Se iluminan de plata,
se borran de lágrimas,
se hacen navajas,
en dolor infinito.

He olvidado recuerdos,
en postrer despedida,
como la lluvia aquella
que mojó nuestros pechos,
en el andén de mis sueños,
tus sueños, los sueños.

Más no logro apagar
el amor que me mata,
llenando mi piel
con la miel de tus besos,
que me dice al oído
una dulce palabra...
tu nombre amor mío,
hilvanado de tiempo.

Ana Mercedes Villalobos Pérez


Te voy a dejar mis palabras

Te voy a dejar mis palabras,
que en la arena sembraron
nostalgias.

Te voy a dejar mis te quieros,
en hojas bordadas de besos,
mis lágrimas con sabor de caricias
que nunca tocaron tus dedos.

Te voy a dejar en mis manos,
mañanas de sal y de frío,
y en la luna con cara de niño,
promesas que nunca cumplimos.

Y allá en aquella montaña,
donde hilamos antaño los sueños,
te voy a dejar un suspiro
que en tu boca derrame mi aliento.

Ana Mercedes Villalobos Pérez










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