A un giboso de delante

Un socarrón mesonero
dijo a un giboso al revés:
– No me neguéis esta vez
que cargasteis delantero.
El gibado, a estas razones
replicó: – Es muy importante
llevar la carga delante
quien se halla entre ladrones.

Baltasar de Alcázar


A una mujer escuálida

Yace en esta losa dura
una mujer tan delgada
que en la vaina de una espada
se trajo a la sepultura.
Aquí el huésped notifique
dura punta o polvo leve,
que al pasar no se la lleve,
o al pisarla, no se pique.

Baltasar de Alcázar



Al amor

Di, rapaz mentiroso, ¿es esto cuanto
me prometiste presto y a pie quedo?
¿Andar mirlado entre esperanza y miedo,
cercado de respetos, hecho un tanto?

¡Sus!, tus varios favores, risa y llanto,
dalos, Amor, a quien se lame el dedo;
los que me diste a mí te vuelvo y cedo:
no quiero soñar más cosa de espanto.

Bien siento las heridas y que salgo
de tu poder para ponerme en cura,
porque tengo aún abiertas las primeras.

Y juro por la fe de hijodalgo
de si mi buen propósito me dura,
dé en no partir contigo, de hoy más, peras.

Baltasar de Alcázar


Cansado estoy

Cansado estoy de haber sin Ti vivido,
que todo cansa en tan dañosa ausencia;
mas, ¿qué derecho tengo a tu clemencia,
si me falta el dolor de arrepentido?

Pero, Señor, en pecho tan rendido
algo descubrirás de suficiencia
que te obligue a curar como dolencia
mi obstinación y yerro cometido.

Mi conversión es tuya y Tú la quieres;
tuya es, Señor, la traza, tuyo el medio
de conocerme yo y de conocerte.

Aplícale a mi mal, por quien Tú eres,
aquel eficacísimo remedio
compuesto de tu sangre, vida y muerte.

Baltasar de Alcázar



Constanza

Dos galanes pelearon
sobre Constanza una tarde:
Mirad, así Dios nos guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y aún tres a necesidad.

Baltasar de Alcázar



Job

A Job el diablo tentó
con tanta solicitud,
que los bienes, la salud
y los hijos le quitó.
Más no pudiendo vencer
su virtud, por inquietarle,
trató de desesperarle
y le dejó… la mujer.

Baltasar de Alcázar


La nariz de Clara

Tu nariz, hermana Clara,
ya vemos visiblemente
que parte desde la frente:
no hay quien sepa dónde para.
Más puesto que no haya quien,
por derivación se saca
que una cosa tan bellaca
no puede parar en bien

Baltasar de Alcázar







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