A una hermosa

    - Mira; no así tan alta
    Lleves esa cabeza, que aunque es linda,
    Un adorno le falta
    Del que tampoco es justo se prescinda.
    - ¿Le faltará una flor? - Muy poco exalta
    Tu hermosura una flor.- ¿Una corona
    De diamantes y perlas? - No; tu cara
    Es una muestra rara
    De cuanta joyería se pregona.
    Te falta..., y yo lo siento,
    El femenino adorno que te haría
    Invencible de amor en la porfía...
    ¡Te falta el pensamiento!

Carlos Germán Amézaga


Alquimia

    Desde tiempo inmemorial
    Busca el hombre con ardor
    La piedra filosofal:
    Medio de hacer un metal
    Que es el oro corruptor.
    Y aunque la ciencia resista,
    Que hay tal piedra yo aseguro
    Frente de tanto alquimista,
    Rico, dichoso, egoísta
    Y ante las lágrimas duro.
    ¿Qué importa el ajeno mal?
    Quien bien practica, no medra
    O malversa su caudal...
    La piedra filosofal
    Es el corazón de piedra.

Carlos Germán Amézaga


Amor tren

    Este pícaro vapor
    Impera en reino tan vasto,
    Que hasta en el ramo de amor
    Ha extendido su furor
    En pro del tiempo... y del gasto.
    - ¿Me quieres? - Correspondido.
    - ¿Y son tus bienes gran cosa?
    - Algo como tú. - Concluido;
    Chica, ya soy tu marido.
    - Hombre, pues ya soy tu esposa...
    Y queda ejecutoriada
    La contrata de partida,
    Como quien no dice nada,
    Para hacer de una tirada
    Todo el tirón de la vida.
    Que hoy día no se enamora,
    Sino se engancha pareja
    Cual veloz locomotora
    Que toma un carro a tal hora
    Y que... a tal otra lo deja.
    Así no es extraño ver,
    De estos enganches violentos
    En el furioso correr,
    Ya de marido o mujer
    Muchos descarrilamientos.

Carlos Germán Amézaga


El Fonógrafo

    ¡Edison es el siglo diez y nueve!
    Edison es más grande que Colón:
    El con su genio el Universo Mueve,
    El llena con su luz la Creación.

    ¡Oíd todos!, ¡los brujos del pasado
    Nada en alianza hicieron con Luzbel,
    Que el fonógrafo iguale! Es un dechado
    Que causa envidia al corazón más fiel.

    No guarda el corazón las armonías
    Como el cilindro aquel los guardará...
    ¿Bórranse sus pesares y alegrías
    Todo en el corazón, todo se va!

    ¿Para el extraño ser que ama y no olvida,
    Qué consuelo no obstante el de una vez
    Que al morir en los labios, otra vida
    Igual por siempre en el metal halló!

    Aquí se escucha a la mujer amada
    Aquí se fija el inmortal placer,
    Y en lucha con las sombras de la nada
    El mañana es el hoy como el ayer.

    Lo que amor nos juró dulce al reclamo
    No podrá recoger, nunca su voz...
    Te amo repetirá, te amo, te amo,
    Aunque ingrata después, niegue a su Dios.

Carlos Germán Amézaga


Gran tarja

    Plebe del pensamiento, erguida plebe
    En gracia de la casta o la fortuna,
    ¿Dónde está tu labor? Desde la cuna
    Tan sólo el hambre o el placer te mueve.
    La ley del adelanto ¿qué te debe?
    ¿Cuál es tu gloria en el poder? Ninguna.
    Despreciando el trabajo, a la Comuna
    Pábulo das en su argumento aleve.
    Y esa chusma ignorante, maldecida,
    Es superior a ti, porque a su azada
    Debes el grano que tu vientre anida...
    Hombres que nada hacéis ni valéis nada,
    Sobre el papel manchoso de la vida
    Os quisiera borrar de una plumada.

Carlos Germán Amézaga


Todo en su lugar

    Eres hermosa entre las más hermosas;
    Te quiero con ardor exagerado:
    Pero... hija mía, pides ciertas cosas,
    En medio de caricias voluptuosas,
    Que me dejan también muy apurado.

    Ante súplicas tales me sublevo
    Y, por primera vez, siento fastidio...
    ¿Que me case?... ¡Imposible! ¡Yo no llevo
    Mi amor hasta el suicidio!

Carlos Germán Amézaga











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