"Absolutamente, lo espiritual. Hay muchas anécdotas que hacen a la letra chica, pero lo cierto es que Jung se formó en un ambiente mucho más ilustrado y con otros intereses: su padre era pastor protestante y en la mesa de su casa había una decena de familiares que también lo eran también. Su abuelo paterno refundó la Facultad de Medicina de Basilea, y existe el rumor de que Jung habría sido bisnieto de Goethe, lo cual lo divertía bastante. Ya en sus conferencias juveniles, en 1894 a 1896, cuando era alumno de Medicina, demostraba un conocimiento notable con una defensa de lo espiritual. Su preocupación era recuperar la experiencia, la conexión de ésta con el saber, y que esa experiencia pudiera trasladarse a un modo de vida. Jung se forma en la Clínica Burghölzli, una de las mejores de Suiza y de Europa, y se dedica a la experimentación en una especie de psicología de laboratorio, como los tests de asociación de palabras, donde advierte que muchas dificultades para asociar no son cognitivas sino emocionales. Cuando Freud publica el libro La interpretación de los sueños Jung lo reseña y además utiliza algunos conceptos freudianos –pese a que en la psiquiatría de en ese momento Freud era mala palabra–, por lo tanto el gesto fue muy apreciado por el austríaco. En ese momento comenzaron a escribirse y desde 1907 a 1913 mantuvieron una relación estrecha aunque asimétrica, dado que Freud le llevaba 19 años. Pero a Jung nunca lo convenció la teoría de la libido freudiana. Cuando escribe su primera obra madura, Símbolo de transformación, que se publica por partes en una revista, Freud se enoja porque Jung dice que la libido no puede ser solamente sexual, y empieza a hablar de una finalidad de la libido a la que después llamó “energía psíquica”. Piensa en una finalidad de la psique que tiene muchas variantes, que tiende a orientar, y esa orientación es, en última instancia, un intento de que lo consciente y lo inconsciente se integren. En esa integración está prefigurada, y naciendo, la imagen de Dios. Freud no lo podía aceptar, no obstante en 1914 empezó a interesarse en la religión."

Bernardo Nante



"El agnóstico dice que no puede afirmar ni negar la existencia de Dios porque no hay ningún argumento racional que pueda demostrar que Dios existe –estoy de acuerdo con Pascal en que aunque se lo convenza a nivel racional, difícil que el agnóstico se convierta–, pero lo que está presuponiendo es que todo se puede dirimir en el plano de la razón, no hay paso ascético, no hay trabajo sobre sí. Yo confío en que alguien que se compromete con su interioridad profundamente, desde la disposición natural, no podrá dirimir todo desde el plano puramente racional. La interioridad tiene una profundidad que excede la mera subjetividad. Como decía san Agustín, Dios es más íntimo que uno a sí mismo. En definitiva está diciendo que hay una posibilidad de hacer presente nada menos que a Dios. Creo que esto es lo que necesita el mundo contemporáneo, que está yermo de ascética. En este sentido, la música, la literatura, toda la cultura que es resultado de la irradiación de la profundidad nos orienta."

Bernardo Nante



"La que no da cuenta de la epimeleie, del “cuidado de sí”. La new age es una versión posmoderna del Dios de bolsillo, la cafetería espiritual, pero ya está casi en decadencia. Hay mucha desorientación a la hora de dar sentido a la propia vida. En Vocación Humana no damos doctrina, pero compartimos saberes."

Bernardo Nante


"La filosofía me interesa no entendida solamente como un ejercicio racional y profesional, como la formulación de sistemas racionales que puedan dar cuenta de la realidad, sean escépticos o no, sino también como forma de vida. Estoy pensando no sólo como episteme sino como sophia, como una aproximación que involucre la vida, una perspectiva que por cierto se pierde bastante en el ámbito académico."

Bernardo Nante


“La religiosidad es una dimensión humana, más allá de especificidad que pueda tener en el contexto de una confesión.”

Bernardo Nante




"Lo más importante de la filosofía antigua y medieval, a mi entender, es que da cuenta de que la filosofía y la vida no están separadas; pensemos en Aristóteles con las virtudes no éticas; en Platón así como en la filosofía cristiana. Sin embargo, en la Modernidad, con la presencia de la ciencia e incluso cierto idealismo, el sujeto que interesa pasa a ser el del conocimiento. Si uno va a Sócrates, en Alcibíades, está la idea de que para gobernarse a sí mismo uno debe conocerse, pero no basta: hay también que cuidarse a sí mismo; la epimeleia es central. En efecto, en la tradición pitagórica la filosofía tiene que ser también cuidado, entendiendo ese concepto como el atender a la profundidad propia y atender al otro."

Bernardo Nante


"Lo que dice Jung es que la individuación, la no división, es un proceso de integración, de personalización en el sentido de una mayor conciencia del centro interior y, por lo tanto, una forma de vincularme más profundamente con el otro. Si bien reconoce que hay otros modelos antropológicos valiosos, a él le interesa sobre  todo el hombre occidental, y considera que el proceso de individuación se da en una cultura determinada. Por eso me interesa retomar el aspecto de la epimeleia, el “cuidado de sí”: un trabajo espiritual pero a partir del cuerpo y de la psique. Tarkovsky lo entiende muy bien."

Bernardo Nante


“Lo que me interesa no es sólo el fenómeno religioso sino cómo lo religioso es apropiado por un sujeto (…) Cómo esa experiencia es vivida y cómo se traduce no sólo en un modo de vida, cómo se refleja en el arte, en la ética, en todos los aspectos.”

Bernardo Nante















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