"Ahora bien, esta situación que condena al lector a la pasividad, parece cambiar en uno de los teóricos de la RDA, Manfred Nauman, al intentar rescatar el papel activo del lector, basándose en un texto de Marx, al que ya nos referimos al hablar, en la primera conferencia, de los precursores de la Estética de la Recepción. Se trata de la Introducción a la Crítica de la Economía Política, de 1857. Jauss, en el trabajo antes citado, se refiere a este intento de Manfred Nauman y al texto de Marx en el que pretende basarse.
Nauman, ciertamente, reivindica el principio de la actividad del sujeto tanto en el proceso de producción como en el de consumo o recepción. Y, para ello, se basa -como ya hemos señalado- en el texto citado de Marx en el que producción y consumo se presentan como lados inseparables de un proceso dialéctico. De este trabajo de Marx, forma parte el siguiente pasaje que Nauman cita y que Jauss recoge en su respuesta a los críticos de la RDA y, especialmente a Nauman. Este pasaje de Marx dice así: "El objeto artístico como cualquier otro producto, crea un público de gusto artístico refinado, capaz de gozar la belleza. Por ello, la producción no sólo engendra un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto..." O sea: la producción no sólo crea una obra, sino que tiene también un efecto sobre el sujeto al condicionar su consumo o recepción."

Adolfo Sánchez Vázquez
De la estética de la recepción


Al dolor del destierro condenados

Al dolor del destierro condenados
—la raíz en la tierra que perdimos—
con el dolor humano nos medimos,
que no hay mejor medida, desterrados.
Los metales por años trabajados,
las espigas que puras recogimos,
el amor y hasta el odio que sentimos,
los medimos de nuevo, desbordados.
Medimos el dolor que precipita
al olvido la sangre innecesaria
y que afirma la vida en su cimiento.
Por él nuestra verdad se delimita
contra toda carroña originaria
y el destierro se torna fundamento.

Adolfo Sánchez Vázquez


"Ciertamente, el exiliado no se encuentra como en su tierra en la nueva que lo acoge. Esta sólo será su tierra, y lo será con el tiempo, no como un don con el que se encuentra a su llegada, sino en la medida en que comparte las esperanzas y sufrimientos de sus habitantes. Y en la medida también en que con su obra-la que hace gracias a ellos y con ellos-, y sin dejar de ser fiel a sus origenes y raíces, se va integrando en la tierra que le brindó asilo."

Adolfo Sánchez Vázquez



"Creo que la respuesta a esta cuestión dependerá de lo que se entienda por "estética marxista" y de lo que aporta Marx en este terreno. En él no encontramos en modo alguno un corpus teórico cerrado que pudiéramos llamar "estética marxista" o más exactamente "estética marxiana". Lo que hallamos en Marx es un conjunto de ideas, referidas a cuestiones artísticas y literarias, dispersas a lo largo de su obra y que él ha ido elaborando en su tarea de entender y transformar el mundo. Por eso, el libro que escribí hace ya casi veinte años sobre este aspecto de su pensamiento lo titulé Las ideas estéticas de Marx. Son ideas que contribuyen a entender el fenómeno estético en general y el artístico en particular, pero que en modo alguno constituyen una estética marxiana o marxista. Entre esas ideas están: la concepción histórico-social de la relación estética con el mundo y del arte; la formación histórica de los sentidos estéticos; el papel del trabajo en los orígenes del comportamiento estético y del arte; la positividad intrínseca de la creación artística frente a la enajenación del mundo moderno; la vinculación del arte a través de su función ideológica con las condiciones materiales de existencia y las posiciones de clase; la situación del arte (como trabajo productivo) y de la obra artística como mercancía en un modo de producción (el capitalista) que le es hostil; la dialéctica de la producción y consumo (artísticos); la atención a la forma y a la especificidad del arte para afirmar su autonomía y supervivencia, no obstante su condicionamiento histórico social; la relación del arte y la división social del trabajo; el papel del arte en la formación del hombre nuevo en la sociedad comunista, etcétera. Se trata de ideas que tienen un valor teórico para construir una estética que, por partir de y fundarse en la teoría de la historia y la sociedad del marxismo así como en su metodología, podemos denominar legítimamente estética marxista. La estética luckasiana y la de los autores que parten del materialismo dialéctico constituyen interpretaciones de la estética marxista que, a nuestro juicio, son equivocadas por dos razones: la primera es que parten de una ontología materialista que, como antes hemos dicho, no toma en cuenta la categoría central de la praxis y, por tanto, el arte como forma específica de la praxis, es decir, como actividad práctica creadora; la segunda es que, al concebir el arte como reflejo peculiar de la realidad y absolutizar el aspecto gnoseológico, se trata de una concepción estrecha y limitada del arte que no puede dar razón de toda la riqueza y diversidad de la experiencia estética y de la práctica artística a lo largo de su historia."

Adolfo Sánchez Vázquez
Los trabajos y los días



"De mi tesis [se refiere a su tesis doctoral Sobre la praxis] surgió la obra mía que yo considero fundamental: Filosofía de la praxis (1967) profundamente revisada y ampliada en la última edición (1980). En ella cristaliza –sobre todo en los aspectos filosófico y teórico-político– el punto al que ha llegado mi visión del marxismo.  Mi actitud crítica hacia otras concepciones de él, y en particular hacia la visión cientifista, althusseriana, se pone de manifiesto en mi libro Ciencia y revolución. (El marxismo de Althusser). Y a mí preocupación constante por esclarecer la verdadera naturaleza del pensamiento marxiano responde mi Filosofía y economía en el joven Marx (Los Manuscritos del 44)."

Adolfo Sánchez Vázquez



“El criterio de verdad está en la práctica, pero sólo se descubre en una relación propiamente teórica con la práctica misma.”

Adolfo Sánchez Vázquez


"El Socialismo real no es realmente socialista; tampoco puede considerarse como una sociedad capitalista peculiar. Se trata de una formación social específica surgida en las condiciones históricas concretas en que se ha desarrollado el proceso de transición –no al comunismo, como había previsto Marx, sino al socialismo. […] En el Socialismo real, Estado y Partido se funden y, con ello, se funden los intereses particulares de la burocracia estatal y la burocracia del Partido. Al poder político de ambas burocracias, que tienen respectivamente en propiedad real al Estado y al Partido, corresponde su poder económico en cuanto poseen efectivamente los medios de producción aunque no detentan –ni individual ni colectivamente– la propiedad jurídica sobre esos medios. Porque el lugar que ocupa la burocracia en las relaciones reales de producción constituye no sólo una élite política dominante, sino una nueva clase."

Adolfo Sánchez Vázquez



"La praxis es el gozne en que se articula el marxismo en su triple dimensión de proyecto, crítica y conocimiento. Su introducción (desde las Tesis sobre Feuerbach) produce un cambio radical en la filosofía no sólo en su objeto, sino también en el modo de hacerla."

Adolfo Sánchez Vázquez



"La teoría cuya validez depende de su verificación por la práctica política u otras modalidades de la praxis –distintas de la propia actividad teórica– son teorías programáticas o propositivas, es decir, formulaciones ideológicas donde se postulan determinados objetivos y mecanismos mediante los cuales se espera alcanzar tales objetivos. La teoría misma no puede validar esas formulaciones ideológicas y en todo caso esa validación proviene de fuera de la teoría. En cambio, la verdad de las teorías explicativas sólo puede decidirse en el interior de la teoría. Habría que distinguir, por una parte, la cuestión de la verdad o falsedad de los enunciados explicativos y, por otra parte, el asunto de la validez de las formulaciones ideológico-programáticas. Esta distinción tiene consecuencias, es claro, sobre la manera de ver la relación de teoría y práctica."

Adolfo Sánchez Vázquez


Miseria de una poesía

Poesía enfermiza sin más huella
que la escoria que dejas en el alma;
sólo entre odios tu dolor se calma
y sólo con la vida es tu querella.
Al declarar la guerra a la ternura
ni una tierna sonrisa te detiene;
sólo veneno tu metal contiene,
sólo la podredumbre en ti perdura.
Te reconozco en ese recoveco
revuelto entre cenizas y gusanos
en este muladar de tu porfía.
Tu voz ya no es tu voz, sólo es un eco,
un rescoldo de fuegos inhumanos,
un cadáver que escribe todavía.

Adolfo Sánchez Vázquez


Nostalgia

Como río que pierde sus riberas
mi corazón invades. Yo te siento
en cuanto se repliega el pensamiento
hacia sus más recónditas laderas.

Quema tu paso, queman tus hogueras
y la razón se queda sin sustento.
El alma la modela el sentimiento
y se exaltan las viejas primaveras.

¡Oh ciega fuente de melancolías
que se lleva tan sólo nuestro olvido
y nos deja tan sólo la tristeza!

¡Cómo mueres en mí todos los días
y en tu niebla recobra su sentido
la España a la que vuelvo la cabeza!

Adolfo Sánchez Vázquez



"¿Qué es, entonces, la naturaleza al margen del hombre, fuera de su relación con él?
"La naturaleza, considerada abstractamente, de por sí, separada del hombre, es nada para éste."
¿Cómo interpretar este pasaje de Marx? ¿Se trata de una nueva versión idealista del "no hay objeto sin sujeto"? ¿Estamos ante una nueva forma de idealismo: el "idealismo de la praxis"?
El hombre solamente existe en la relación práctica con la naturaleza. En cuanto que ésta -y no puede dejar de estar- en esa relación activa, productiva, con ella, la naturaleza se le ofrece como objeto o materia de su actividad, o como resultado de ésta, es decir, como naturaleza humanizada.
Puesto que la naturaleza sólo se presenta en unidad indisoluble con su actividad, considerarla por sí, al margen del hombre, es considerarla abstractamente. La naturaleza es entonces la naturaleza sin su huella; vale decir, es el hueco de lo humano, o la presencia de un mundo no humanizado. Sólo se da esa naturaleza en sí, porque falta lo humano. Ahora bien, únicamente puede darse esto en una relación exterior, abstracta, ya que el hombre, como ser activo, práctico, sólo existe para él en cuanto que deja de ser pura naturaleza, en la medida en que la transforma y humaniza con su trabajo. Fuera de esta relación, la naturaleza es nada para él. Nada, puesto que para él hombre en cuanto tal, sólo existe como objeto de su acción o como producto de su actividad. Al margen de toda relación con el hombre, la naturaleza es lo inmediato, lo mediado por el hombre, la realidad no integrada en su mundo mediante su actividad. Al margen de toda relación con el hombre, la naturaleza es lo inmediato, lo mediado por el hombre, la realidad no integrada en su mundo mediante su actividad. Con este carácter de inmediatez, Marx admite su existencia, e incluso su prioridad. Pero para él, la naturaleza real es la que es objeto o producto de su actividad, de su trabajo. "La naturaleza tal como se forma en la historia humana -acta de nacimiento de la sociedad humana- es la real del hombre; por donde la naturaleza, al ser formada por la industria, aunque sea en forma enajenada, es la verdadera naturaleza antropológica." La naturaleza no formada, no tocada por el hombre, es para él nada. Pero esta nada que es la naturaleza pura originaria, sólo es tal mientras el hombre no la integra en su mundo. Lo que ayer era nada para él (nada para el hombre) acaba por cobrar un sentido humano. A partir de este sentido humano, se revela su prioridad ontológica, pero la naturaleza que el hombre conoce es ya no una naturaleza en sí, pura, originaria, sino integrada en su mundo mediante la práctica, como la naturaleza ya humanizada, es decir, como producto de su trabajo, o en vías de humanización, como objeto de su acción. El conocimiento que el hombre tiene de esta naturaleza es, por tanto, un conocimiento antropológico."

Adolfo Sánchez Vázquez
Filosofía de la praxis



Sentencia

Si el árbol de la sangre se secara
y el corazón, ya seco y sin latido,
fuera polvo total, norte abolido
que nadie en este mundo recordara;

si el alma sin soporte se quedara
y la tierra, materia del olvido,
de muertos se cubriera y lo podrido
en un bosque de heridas germinara;

si el crimen no tuviera más oficio
que escarbar en la tierra desolada
para dejar al mundo su simiente,

la dulce brisa, el leve precipicio
tornaríanse, al fin, en cuchillada
o en abismo mortal para tu frente

Adolfo Sánchez Vázquez



"Ser marxista hoy significa no sólo poner en juego la inteligencia para fundamentar la necesidad y posibilidad de esa alternativa (al capitalismo), sino también tensar la voluntad para responder al imperativo político-moral de contribuir a realizarla."

Adolfo Sánchez Vázquez


Tierra de dolor

¿En qué región del aire, por qué mares
— oh latitud humana del tormento —
tuvo el crimen tan claro yacimiento
y la muerte más vivos hontanares?
¿En qué bosques las hachas seculares
gozaron de tan largo valimiento?
¿Dónde tuvo el dolor mejor cimiento?
¿Dónde el llanto tan pródigos lagares?
Labrador de la muerte que en mi tierra
sólo con sangre riegas los terrones
y con huesos abonas nuestro suelo.
¿Qué esperas cosechar si nada aterra
a quien sabe encontrar a borbotones,
en el terrón más duro, su consuelo?

Adolfo Sánchez Vázquez


"Una truncada práctica literaria y, más precisamente, poética, me llevó a problematizar cuestiones estéticas, y una práctica política me condujo a la necesidad de esclarecerme cuestiones fundamentales de ella y, de esta manera, casi sin proponérmelo, me encontré en el terreno de la filosofía."

Adolfo Sánchez Vázquez


Yo sé esperar

Si para hallar la paz en esta guerra
he de enterrarlo todo en el olvido,
y arrancarme de cuajo mi sentido
y extirpar la raíz a que se aferra;
si para ver la luz de aquella tierra
y recobrar de pronto lo perdido,
he de olvidar el odio y lo sufrido
y cambiar la verdad por lo que yerra,
prefiero que el recuerdo me alimente,
conservar el sentido con paciencia
y no dar lo que busco por hallado,
que el pasado no pasa enteramente
y el que olvida su paso, su presencia,
desterrado no está, sino enterrado.

Adolfo Sánchez Vázquez


Yo sé que hay un sol escondido
que muerde ya de noche nuestras manos desnudas
y una tierra que seca las raíces
buscando enloquecida la sangre del rocío

Adolfo Sánchez Vázquez










No hay comentarios: