Al enjambre magnífico del idioma sonoro
cuya música grata da deleite al sentido,
yo prefiero el idioma del silencio dormido
que circunda las almas en su clima de oro.

El silencio es la puerta del país del decoro:
allí no nace el llanto ni crece el alarido
y en la verde penumbra de un jardín escondido,
la verdad nos ofrece su divino tesoro.

La plenitud se vive sólo cuando callamos:
tácitamente cuajan las vides sus racimos;
en silencio, la tierra, sus polícromos ramos.

Y al final de la vida nosotros descubrimos
que la canción más bella fue la que no cantamos,
y el poema más puro el que nunca dijimos.

Benjamín Sánchez Espinoza



El poema del amor invencible

No sé por qué tu amor huracanado
que se inició como furtiva brisa
hoy, en mi soledad, me martiriza
con ardores de incendio desatado.

¡Nunca le satisface lo entregado!
Con cada donación crece la prisa
por convertir en fuego y en ceniza
lo que de mí me queda reservado.

¡Unión es el amor...! ¡y me divide!
Introduce en mi ser el desacuerdo:
queriendo no querer, lucho y porfío;

resisto siempre a dar lo que me pide,
y en la estéril fatiga en que me pierdo
ni acabo de ser tuyo, ni soy mío.

Benjamín Sánchez Espinoza



"Mi intención, al escribir poesía, ha sido hacer digerible los conceptos áridos de la teología para facilitar la comprensión de los Misterios Divinos."

Fr’ Asinello (el hermano burrito), seudónimo del sacerdote, poeta y escritor don Benjamín Sánchez Espinoza








No hay comentarios: