Álbum

Las carretelas de la panadería La Fortuna
ya no pasan por mi barrio
Gisela ya no salta la araucaria del jardín
ni el Piduco, el estero de mi pueblo donde se bautizaban
los canutos, tiene tres brazos
Antes, cuando me tendía en los prados de la Alameda
cruzaba un auto cada diez minutos
y los plátanos orientales se llenaban de jilgueros
los carabineros rondaban a caballo por las calles oscuras
y nadie les tiraba piedras
en el almacén de don Lalo no vendían fósforos a los niños
el escaño aún congrega la ausencia de los que partieron:
nunca más pedaleó en su bicicleta la niña del vestido azul
los trenes de carga se hundieron en la niebla
y aunque tras lluvias y lluvias caídas sobre el muro
se volvió a leer Mejoral
por el vidrio roto entró un aroma desconocido
No importa; hoy creo recordar las manos de mi abuelo
poniéndole tirantes al primer volantín
hoy creo tener una tuna verdeagua acortando la tarde
creo ver al gallo cacareando parado en el techo de la cocina
mientras la Elbita entona una canción de Leo Dan…
Y parece que nada de esto ha transcurrido
que todo está por suceder
salvo que las fotografías me contemplan

Bernardo González Koppmann



Cárcel de noche

Tras los muros duermen los reclusos
con los ojos abiertos
escuchan en la celda
rumores del viento sobre las garitas
fusiles que se cargan y descargan
como un juego
la orina que cae y cae a un tarro
silencio absoluto, a veces
que intenta huir del camarote
Sólo el ruido del eco del recuerdo
penetra a escondidas
en pasos conocidos
que nunca terminan de llegar
en un beso que choca con las rejas
en sollozos reptando entre las sombras
en el zumbido de la mano
de alguien masturbándose
o en el agujero de la frazada
que mira incrédulo
creyendo ver la puerta abierta
a un patio sin gendarmes…
Cuando amanece
el día es el mismo

Bernardo González Koppmann



"La poesía es una de las artes mayores desde lo helenístico; puede explicarse desde la totalidad de las posibilidades, para introducir un elemento cuántico. No podría jerarquizar las artes, pero tiene la poesía virtudes notables: conectividad y puertos de accesos activados en forma permanente, altamente plural en fondos y democrática en formas. Los habitantes de las redes sociales hacen uso democrático de la poesía y muchas veces con notables e inesperados resultados. La masividad de la poesía es muy buena. Y hacia esa expansión aporta de manera significativa la música. Muchos cantautores latinoamericanos, y algunos europeos, en sus propuestas musicales utilizan como plataforma la palabra poética. Incluso en planos tan pedregosos como la oratoria política clásica (filípicas, parresía, etc.) hacen constantes giros a la poesía. El cine y las otras artes mayores, de la misma manera. La puerta de entrada, en alguna época de la humanidad, a la ciencia y a los mundos desconocidos (religiones), fue posible gracias a la poesía. Jesús es un gran poeta: habla, en el arrebato místico, incluso sin palabras. En un complejo sistema también, de comunidades electrónicas, articuladas y vibrantes, se ponen a prueba los modelos de adaptabilidad que tiene la poesía. Como decía el documento de Puebla, que espero tenga vigencia aún: “La cultura se va formando y se transforma en base a la continua experiencia histórica y vital de los pueblos; se transmite a través del proceso de tradición generacional. El hombre, pues, nace y se desarrolla en el seno de una determinada sociedad, condicionado y enriquecido por una cultura particular; la recibe, la modifica creativamente y la sigue transmitiendo. La cultura es una realidad histórica y social”. En una sociedad que te reconoce por el número del RUT no es fácil ser persona. En una sociedad que profundiza diferencias sociales, sabemos que no es fácil ser justo. En una sociedad que camina hacia la globalización, cuesta tener identidad y sentido de pertenencia. En una sociedad que prioriza el tener, cuesta ser sujeto de comunidad."

Bernardo González Koppmann



Mar

 Me tenderé a orillas de tu cuerpo
con los ojos llenos de gaviotas
pasarán las nubes con mi corazón a bordo
canciones desnudas bailarán sobre el agua
y los moluscos se hundirán en las rocas
huyendo de la resaca

Entonces tú
tan solemne como el recuerdo
me regalarás la espuma de las olas
las pisadas de alguien sobre la arena
y las astillas de un falucho
para encender el fuego

Bernardo González Koppmann


"Mi poesía es una forma de vencer y verbalizar la soledad (ahora), la timidez en alguna época y el silencio en muchos otros momentos. También el miedo. Mi poesía siempre se jugó en los límites. Es una búsqueda permanente de un algo que no conozco por caminos muchas veces intransitables. Entre muchos otros temas, me interesa el miedo, el misterio, la muerte. No quiero esconder la cabeza y quiero alcanzar la mayor conciencia posible de la realidad. El acceso a múltiples formas de interpretar la realidad me obligó a releerme, a instalarme cerca de los saberes y el conocimiento (aunque me parece que son tiras del mismo cuero) para hacer una adecuada lectura de los signos de este tiempo. No tuve la capacidad, ni la tengo, de abarcar y sintetizar esos chispazos, así que busqué apoyo en otros: directores espirituales, especialistas en recursos genéticos, analistas del cambio climático, sociólogos de la vida buena, etc. Mi evolución poética fue marcada por la duda, mucho más que por las certezas. Le debo a la duda parte de mi trabajo literario, porque fue un motor de búsqueda activado a tiempo completo. La cultura (otra vez intentando definirla más acertadamente) se presenta como el ámbito de libertad del individuo, “donde éste puede realizar sus deseos, y a su vez éstos tienen que ver con sus gustos personales, puros y honestos. Incluso Durkheim destaca la relación inversa entre el grado de moralidad de una sociedad y la libertad estética de la misma”."

Bernardo González Koppmann



"Nunca he dejado de estar en Chile. He seguido en todo momento los procesos. Esta época de creciente revolución científica y tecnológica, de progresiva globalización de los mercados, de competitividad basada en la incorporación y difusión del progreso técnico y aceptación social de la “paradoja de la productividad”, instala al hombre que sufre en el centro de la mirada. Desde el mundo de las relaciones internacionales se explica todo esto con el planteamiento de Manuel Montobbio: “Frente a la emergencia y la consolidación de lo cultural y lo identitario como factores y ejes estructuradores de las relaciones internacionales, el multilateralismo se configura como escenario y factor decisivo para su canalización por la dinámica de la cooperación; al tiempo que dicha emergencia y otras transformaciones del sistema internacional hacen posible y requieren la emergencia de nuevos espacios multilaterales”. Y cumplimos esa tarea de diversas formas, manteniendo como soporte principal la cultura; por lo tanto, mediante esta vía de relacionamientos permanentes, siempre estuve allá y siempre estuve aquí."

Bernardo González Koppmann



Testamento

Si ves a la mujer más hermosa de la tierra
y te pregunta por mí
y ya esté muerto
dile que me alejé a las montañas
y allá vivo en el canto de los pájaros
Si la mujer más hermosa de la tierra
te pregunta por un poeta
no dudes
dile que en cada pez sigo nadando en el río
Si la mujer insiste
dile que estoy durmiendo bajo un boldo
tendido sobre la hierba
y que en cada piedra se refleja mi alma
Si la mujer no calla
y aún te pregunta por un simple hombre
con mucha paciencia dile que, seguramente
está esperando el tren
tomando vino
Si aquella mujer, entonces
se retira en silencio
ha llegado la hora de mencionar su nombre:
Poesía.

Bernardo González Koppmann



Último vuelo

En la playa encuentro
el esqueleto seco de una gaviota
y lo cubro de arena
con la punta del pie…
Las nubes se hacen flores
y sólo el viento pasa
dándome el pésame

Bernardo González Koppmann












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