Aldeanueva del camino

Ábreme por esta página
y te encontrarás conmigo.
Si la cierras y te enfadas
no podré yo estar contigo.

Tengo un gran saco de historias
regalado por mi abuelo,
historias de viejas glorias
que hicieron grande mi pueblo.

Si sigues atentamente, te quedará en el recuerdo.

Mi pueblo tiene garganta, por eso canta.
Tenemos humilladero, y como somos muy dignos
lo llamamos "mullaero".
Hay caños y bebederos, procesiones de calderos.

Mi pueblo tiene garganta, por eso habla.

Rodeado de sequeros de tabaco y pimentón,
aroma de trabajo duro, que ningún duro dejó.
Leche recién ordeñada, pero el avance prohibió,
ahora somos todos sanos, el hambre no nos tocó.

Mi pueblo tiene garganta, por eso canta.

Las montañas nos acogen en el Valle del Ambroz,
nos protegen, nos alegran, nos ensanchan la visión.
Huele a tierra removida, mojada por sus cascadas,
tierra tierna generosa, en su entraña amamantada.

Mi pueblo tiene garganta, por eso habla.
Mi pueblo tiene montañas, y a ellas mira.
Mi pueblo tiene violetas, y perdura su esencia.
Mi pueblo tiene a mi gente, y la acoge para siempre.

Mi pueblo tiene garganta, por eso canta.

Cristina López Muñoz










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