“Algo de esto es la poesía: como un viaje de regreso que empieza cuando caemos en la cuenta de que estamos solos, solos y de camino. Quizás, en ese caminar, sea el paisaje la primera noticia de Dios con que el poeta tropieza, hasta caer en la cuenta de que tiene a Dios -o al hueco que Dios debiera ocuparle- más cerca, más hacia su paisaje, en su intimidad.”

Alfonso Albalá


Camino largo

¿Dónde va el camino, si allá, en el horizonte,
se hace cielo la encía azul del monte?

Esa carreta,
hermana del ocaso y del estío,
hermana del poeta,
hermana de los álamos del río,
¿halló su borde en la meseta,
sobre este hirsuto pastizal baldío?

Sendero polvoriento, tensa cuerda
de un arco gigantesco entre dos mares,
cuando la muerte corporal mi vida muerda,
¿será mi alma saeta, Señor, hacia tus lares?

Alfonso Albalá


Este verso que huella mi garganta

Este verso que huella mi garganta,
esta voz que no es voz, esta voz muda,
larva de voz que mi garganta anuda,
¿por qué me hace llorar? ¿por qué no canta?

¿Por qué en mi corazón hoy no levanta
este verso su antena, y se denuda
de forma, y llena el pecho, y hace ruda
esta voz que a su paso se adelanta?

Este verso sin voz, ni prisionero,
como brisa sin viento en la alameda,
verso del corazón, su carcelero,

punzante aguja de dolor, vereda
que lleva hacia el Señor, desde mi otero,
¿por qué se apaga y a mis voces veda?



“¡Coria, ciudad episcopal, anciana,
junto al puente sin río, olvidada, callada!
¿eres mi alma, ciudad hermana?”

Alfonso Albalá


"Te doy gracias, Señor,
por este verso que tu voz me dicta.
El poeta, tu siervo, es una alondra
que al alba canta, estremecida,
tu canción antigua y nueva.
-¡Dulce canción, siempre la misma!"

Alfonso Albalá



Todo en la amada

Allá: todo está allí, en esa orilla.
Todo está en ti, mujer: todo en la amada.
Sobre mi seco pozo de silencio
espero la humedad de tu palabra,

lo mismo que la hiedra: brocal solo,
lodo y cal solo hacia las nuevas aguas.
Aquí todo está aquí, en esta orilla,
hacia mi pozo lleno de nostalgias.

Todo está aquí. Todo está en ti, canción;
eres canción, paisaje, tarde clara,
mis hijos, versos míos, tierra madre...
abre, llueve en mi pozo tu palabra.

Aquí, sobre mi pozo de silencio,
donde mi seca voz amurallada,
llueve, canción, mujer, llueve mi voz,
llueve tu voz, tu hiedra en mi antesala.

Alfonso Albalá



“Tu cauce es ancho, muerte, vieja amiga.
Desde tu orilla esperaré mis siempres:
mis hijos, nuestros hijos...
¡Siempre canción, mujer, hermana muerte!”

Alfonso Albalá


















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