"Algunos sostienen que el proceso de apertura de los manicomios coincide con el descubrimiento de los psico-fármacos, haciendo posible que muchos enfermos mejoraran o por lo menos se aliviaran. Yo siempre lo he negado. En España, los psicofármacos se utilizaron para que en los asilos cupiera aún más gente. Los fármacos fueron, en algún momento, un instrumento útil, pero nada que ver con el afán mercantil que en verdad dirige hoy la clínica. La cronificación y los internamientos durante décadas es un efecto de su uso desmesurado. La anti-psiquiatría fue la que primero luchó contra ese abuso. A finales de los años setenta, hubo una campaña mundial de prensa para vender la idea de que el Valium producía dependencia, en la época en la que la gente estaba muy sensibilizada por las drogas. Se sintetizaron después productos que no era benzodiacepínicos y, en principio, no creaban dependencia: Alprazolam, el Trankimazin, tranquilizantes menores, en realidad tan adictivos que se venden en el mercado negro."

Enrique González Duro



"Cuando llega el PSOE al gobierno central, me despiden. “Lo que estás haciendo no es lo que nosotros queremos”, me dijo un director general. Yo contesté que mi plan había sido aprobado por la diputación de Jaén. Luego gané el juicio en magistratura y tuvieron que indemnizarme. Ahí me di cuenta ya de cómo iba a ser Felipe González. No sabéis lo que os espera, pensaba cuando veía a los españoles tan ilusionados con él. El PSOE pensaba que una reformita de mierda, limpiando la fachada de la psiquiatría, iba a bastar. Por eso nos despidieron a los cuatro directores de psiquiátricos que nos coordinábamos para emprender reformas. E incluso nos represaliaron: yo no podía dar ni una conferencia en toda Andalucía. Me vetaron. Incluso intentaron no readmitirme en mi plaza en Madrid. Se cebaron en mí. No sé por qué razón, pero yo era el temido. Quizá porque mantenía cierta ascendencia entre los medios después de lo que había pasado en 1970."

Enrique González Duro



"El PSOE de Felipe González, el de la modélica transición, fue un traidor en todos los ámbitos. En el primer ministerio de Sanidad de FG, había un director general que era bastante progre y reformista. Primera orden que recibe de Felipe: “A los laboratorios ni tocarlos”. Y los laboratorios empiezan a sobornar a los psiquiatras con viajes, congresos exóticos, regalos etc. Pero es que, además, el gobierno concede a los laboratorios categoría para formar personal. El lobo en el gallinero. Lo que hace el PSOE es dar primacía a la psiquiatría biologicista y farmacológica hasta un grado invasivo. Fue un retraso, y la industria farmacéutica, gozosa."

Enrique González Duro



"En la época más dura del franquismo había una especie de oasis legal. El consumo de morfina era prácticamente legal. La Dirección de Sanidad daba un carnet a los toxicómanos, que entonces abundaban. En las farmacias recogían su dosis. No tenían que delinquir y, en general, no había un problema social. El hachís, por otra parte, era una droga que se consumía en todos los barrios bajos de Madrid, y supongo que en toda España. El cuartel general de la distribución estaba en El Pardo. La Guardia Mora de Franco la distribuía. No estaba ni perseguida por la policía. Lavapiés, que de aquella era un barrio marginal, estaba repleto de gente que te asaltaba al salir del metro para venderte porros. La policía ni se molestaba. Hasta el año 1967 que llegan los americanos y se dan cuenta de que en España no hacemos ni caso de su cruzada contra la droga. Se crea, así, la famosa Brigada de Estupefacientes y se prohíbe absolutamente todo. Eso es una fábrica de drogadictos para la llegada, más tarde, de la heroína."

Enrique González Duro



"En los manicomios del franquismo, el tratamiento era básicamente el electrochoque y el choque insulínico, todo dirigido por la santa monjería."

Enrique González Duro


"La anti-psiquiatría se está reivindicando desde determinados sectores de gente joven. Tienen claro que tanto medicamento no puede ser bueno. Me llama la atención esa curiosidad o nostalgia de algo que se daba por muerto. Hay un cierto retorno que está produciéndose entre grupos de clínicos todavía no muy organizados. También entre pacientes. Colectivos que tienen un discurso mucho más avanzado que las familias. Hay también ciertas aproximaciones desde el arte y la cultura en general. Es importante que se abra el debate de la salud mental, normalmente desde fuera se ven las cosas con más claridad. Hay que terminar de derribar la relación entre locura y peligrosidad social."

Enrique González Duro


"La locura no siempre es enfermedad; el loco dice cosas que los demás no se atreven a expresar."

Enrique González Duro


"La opresión franquista me hizo de izquierdas. La opresión eclesiástica me hizo ateo."

Enrique González Duro



"La psiquiatría hoy no existe, solo hay fármacos."

Enrique González Duro


"López-Ibor odiaba el psicoanálisis por su incidencia en el sexo, en la libido... Estando con él, como yo ganaba dinero, empecé a tener sesiones con psicoanalistas. De forma clandestina. Necesitaba un enfoque distinto."

Enrique González Duro


"Vallejo-Nágera ya había muerto cuando me licencio en 1964. En mi época, la psiquiatría española ya estaba totalmente controlada por Juan José López-Ibor. Fue el sucesor de Vallejo-Nágera. Controlaba las oposiciones a cátedra y las instituciones públicas, los tribunales, los nombramientos. Era un cacique absoluto. Tenía una visión muy clásica del tratamiento psiquiátrico. Pero la psiquiatría, que estaba en una situación miserable, al menos empezaba a recibir algo de dotación económica con el primer plan de desarrollo.
También aparecen profesionales más abiertos, incluso ideológicamente, como Carlos Castilla del Pino, comunista, que empieza a publicar los primeros libros en los años 60. Era una especie de luz abierta, aunque ahora ha caído en el olvido. Conectaba una visión social psicoanalítica y situacional. Hoy está bastante olvidado, porque tenía más relevancia su aperturismo que su contenido."

Enrique González Duro



"Yo era un chaval muy estudioso, y cuando hice la especialización en psiquiatría la hice con López-Ibor, que después me contrató para su clínica privada. Eso me resolvía el problema económico. La psiquiatría que se hacía allí era una porquería, un engaño, una mitificación. Y nosotros teníamos que seguir esos dictados o nos echaban a la calle. El mito López-Ibor era una mierda. Carecía de contenido real. A mí, particularmente, me vino muy bien, porque allí tuve la oportunidad de conocer a todo tipo de enfermos. No podíamos hacer nada por aquellos clientes ricos, pero por lo menos aprendíamos."

Enrique González Duro
















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