"Aprende a reconocer y aceptar la multiplicidad que hay en ti. Cuando te enfadas, no eres tú sino ese “yo” enfadado. Cuando te obsesionas en tu apego hacia alguien o algo, no eres tú sino ese “yo” apegado. Ni tampoco el objeto de tu enfado o apego es singular sino una mera parte del todo. Ni siquiera tu emoción (enfado o apego) es una sola sino una simple manifestación de una multiplicidad de emociones que coexisten en tu experiencia. Y entenderlo te libera."

Rita Carter


"Cuando hablamos del "yo" queremos decir dos cosas: un modo de comportarse consistente (características que nos hacen decir por ejemplo "esto es típico de él o ella") y nuestro sentimiento interior de ser yo. Tendemos a pensar que ambos aspectos son permanentes pero la evidencia muestra que no actuamos de manera tan coherente como creemos y que en algunas personas el sentimiento interior de ser yo no es nada consistente. Tal vez nos sentimos ser una persona un día y alguien totalmente distinto al día siguiente. Cuando esto es muy extremo, como en un trastorno de personalidad múltiple, una persona puede tener un conjunto de recuerdos diferentes, e incluso un nombre diferente, en cada personalidad."

Rita Carter


"Dado que el yo es un modo de ser, podemos aprender otro yo, otro modo de ser, sólo desarrollando hábitos de pensamiento hasta que se vuelvan automáticos."

Rita Carter



"Diferentes estudios han demostrado que las personas con más yos -es decir diferentes modos de ser en diferentes circunstancias- son más sólidas bajo presión, porque un contratiempo, perder en un juego, por ejemplo, solo afecta al yo que estaba jugando, y deja intactos los otros."

Rita Carter



"El primer paso es que cada uno reconozca que los otros existen, lo cual no siempre es fácil. Una vez que se consigue aceptar esto, puedes empezar a hacer que ellos se comuniquen entre sí... como en cualquier familia. No es necesario integrar todas las personalidades en el sentido de hacerlas una sola. Mientras puedan coexistir de manera armoniosa puede resultar beneficioso mantenerlas separadas. Lo importante es que sean amigas."

Rita Carter




"Las emociones no son en absoluto sentimientos, sino un conjunto de mecanismos de supervivencia arraigados en el cuerpo que hemos desarrollado para mantenernos alejados del peligro y para impulsarnos hacia cosas que pueden resultarnos beneficiosas."

Rita Carter
Tomada del libro El Futuro de Nuestra Mente de Michio Kaku, página 45



"No se trata de que el yo no exista, sino que es algo más cambiante de lo que pensamos, y que más bien tenemos diferentes yos - es decir, maneras de ser- antes que uno solo."

Rita Carter


Tu familia interna

Todos los personajes de tu familia interna comparten experiencias, recuerdos y necesidades. Sin embargo, hay personajes que comparten funciones diferentes, pomo son los protectores, los controladores, creativos, castigadores, roles o reliquias.

1. Los protectores o defensores nos protegen de las amenazas, tanto reales como imaginarias.

- El guardián. Su función consiste en permanecer atento y advertirnos de los peligros para impedirnos hacer cosas imprudentes y alejarnos de las situaciones y los retos novedosos. La voz del guardián suele ser fuerte e insistente. Aparece en situaciones arriesgadas y poco familiares.
 
- El preocupado. Independientemente de que exista o no una causa real, su función es generar miedo. Siempre está dispuesto a amplificar los pequeños riesgos y convertirlos en grandes peligros.
 
- El obediente. Se asegura de caer bien a todo el mundo y ponerse, de este modo, a salvo de su ira. Cree, erróneamente, que cualquier cosa es mejor que el conflicto. Esta personalidad puede originarse en el miedo, pero también puede derivarse de una simple pereza o falta de interés personal en ese tipo de asuntos.
 
- El luchador. Se enfrenta a todas las amenazas y es el primero en presentar batalla y responde a los ataques. Cree que la mejor defensa es un buen ataque, aunque no haya agresión alguna que contrarrestar. Puede acabar convirtiéndose en un acosador.
 
2. Los controladores movilizan y orientan nuestra conducta.
- El amigo sabio. Voz madura y sensible, detecta rápidamente los peligros advirtiendo cosas que los otros personajes no quieren reconocer. A menudo tiende a ser considerado como el único “yo verdadero”. Todos tenemos la capacidad potencial de contar con un “amigo sabio” pero es una capacidad que debe ser cuidada para no ser sofocada.
 
- El movilizador. Es el que nos hace seguir adelante y perseverar. El que nos pone en acción cada mañana y nos impide abandonar ante el primer obstáculo. Cuando se descontrola puede provocar compulsiones que obstaculicen el logro de los objetivos que quiere cumplir.
 
- El organizador. Ordena, clasifica, archiva y almacena toda cosa que encuentra en su camino; es el que se encarga de que el mundo nos resulte lo más estable, seguro y organizado posible. Nunca está satisfecho hasta que pone orden a su alrededor pero a veces su efecto es paralizante.
 
3. Los castigadores son controladores o defensores cuya energía se orienta en una dirección inadecuada.
- El crítico. Controla lo que hacemos y hacen los demás y nunca está satisfecho, siempre concluye que no estamos a la altura de las circunstancias. No es feliz criticando y a menudo expande su visión negativa.
 
- El acosador. Era el luchador protector pero ha acabado dirigiendo su ira hacia personas que no constituyen una amenaza. Impide el establecimiento de relaciones íntimas, o al menos próximas y cordiales con el exterior. Puede haberse originado en la angustia de alguna experiencia pasada que le hizo sentir débil y no quiere que vuelva a repetirse. 
 
- El mártir. Pudo comenzar siendo un obediente pero acabó sacrificando sus propios objetivos sin que le importarse denigrarse para seguir complaciendo a los demás.  Esta actitud impide que los demás personajes de su familia (sus yoes) puedan satisfacer sus propias necesidades, lo que genera en ellos un gran resentimiento interno y hace que el mártir se sienta culpable y se sacrifique aún más. Puede alentar a los demás a abusar de él y luego se siente mal cuando los otros lo hacen.
  
4. Los roles son personajes creados para enfrentarnos a una situación o un objetivo concreto.
- El éxito. Suele emplearse para mantener las apariencias en una cultura en la que lo contrario está mal visto. Nos lleva a esforzarnos en sobresalir en todas las situaciones y eleva las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos.
 
- El jefe. Trata de controlar las situaciones y a las personas con las que se encuentra y tiene la última palabra hasta en las situaciones más innecesarias. Este personaje se ha desarrollado para los demás y a veces es insustancial y se achanta ante las dificultades.
 
- El payaso. Llama la atención de los demás. O distrae la atención de otro miembro de la familia interna (otro yo) que podría verse desaprobado. O simplemente quiere hacer felices a sus semejantes.
  
5. Las reliquias son personajes menores que fueron útiles tiempo atrás pero que ya han dejado de cumplir su función.
- El niño abandonado. El niño que, sintiéndose abandonado, ha renunciado a llorar y reprime su miedo y soledad sumergiéndose en la resignación. Puede surgir cuando alguien a quien amamos se ha ido o cuando estamos solos sin haberlo decidido.
 
- El obstinado. Es intransigente y se niega a cooperar. Le resulta difícil acceder al debate o a una forma más digna y razonable de negociación. Es una estrategia negativa pero, a menudo, muy eficaz.
 
6. Los creativos son personajes creadores de nuevas ideas, objetivos y visiones.
- El artista. Es un creador. No sólo ve las cosas que ha que hacer sino que también sabe cómo hacerlas y se esfuerza por llevarlas a cabo. A veces puede necesitar verse alentado.
 
- El soñador. Ve más allá de lo que las cosas son y cómo pueden ser (como el artista),pero carece del impulso y las habilidades prácticas para llevar a delante sus proyectos y acaban convirtiéndose en una mera ilusión. Puede ser inofensivo y muy divertido pero también puede perder el tiempo y agotar recursos que podrían resultar útiles para otros personajes.

Rita Carter


"Una vez que conoces los yos que tienes, puedes comprobar cuáles son útiles y cuáles son destructivos, y trabajar para consolidar los útiles. Cuando los conoces muy bien, puedes también aprender cómo pasar al modo de ser más apropiado para la situación en la que te encuentras. Si tienes un yo serio, por ejemplo, y también uno más divertido o atrevido, puedes asegurarte de que el serio aparezca cuando estás estudiando o trabajando, y el otro para las fiestas."

Rita Carter












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