Azulada

Tengo una pena azul de aguamarina
en el lado lateral del parpadeo
una migraña azul
que araña al beso quebrado
y hace surcos en las sienes
de dolor azul entumecido.
Furtivo sueño azul
inmerso dentro del átomo que me habita.

Ana Valdés-Miranda Crespo



"Contemplándote, miro como ríes, como amas, como deseas un mundo mejor,
 y en lo profundo veo que nada ha cambiado, solo las formas, solo las formas..."

Ana Valdés-Miranda Crespo


El mejor rincón

El mejor rincón es este donde te inhalo
en el aliento que sube por un hilo de sombra
dibujado en las ondas del humo
que se cobija en la luz.

Me fumo tu nombre y en cada calada
saboreo mi adicción a ti
y en la bocanada de la ausencia
abocada a los límites del aire
me vuelvo ceniza en un susurro ahogado.

Ana Valdés-Miranda Crespo


El sueño astillado

Ese sueño tan miope y fenecido
al que vas abrazado ciegamente
y en su furia de amor tan convincente
redimió un argumento demolido.

Aferrado a un concepto ensombrecido
de qué vale en la sombra a tu costado
urgir ese fantasma mutilado
que al reverso de él vive vencido?

Preso en esa agotada geografía
se tornó su catarro en afonía
y en un retórico dolor nublado.

Y ese amor fracasado y zozobrante
que entre escombros se esconde sollozante
sucumbe en la batalla pisoteado.

Ana Valdés-Miranda Crespo


El verbo

La palabra es hoy un mudo gesto
que remonta el vuelo
de un espacio atrapado de una calle sin número.
La voz, aliento perdido de poeta
que reclama esa acera interminable
de un paisaje equivocado con ventanas silenciosas
donde un halo vertical de sol cae vencido
desprendiendo olor a isla quieta.

El verbo tiene un tono malva
con difusas pinceladas blancas
que se diluye en una estrofa de delgadas sílabas
detrás de otro,
desgarrado
manchado con tinta de patria omnipresente,
que reza sin remedio con lágrimas de ira.

Ana Valdés-Miranda














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